LOURDES DOMÍNGUEZ BUSCA SU MEJOR RANKING PASADA LA TREINTENA
Cuando el depósito se llena de ganas, ilusión y actitud
Lourdes Domínguez descansa estos días en Pontevedra, donde se lame las heridas de la batalla junto a su familia y amigos. Acaba de firmar una temporada sobreasaliente que ha finiquitado entre las mejores. Ahora es tiempo de coger fuerzas para seguir luchando, algo que hará mientras tenga ganas, ilusión y actitud. Una privilegiada que sabe disfrutar del tenis.
Lourdes Domínguez está viviendo una segunda juventud. A sus 31 años ha conseguido acabar el año en el puesto 48 del ranking WTA, su mejor registro al final de una temporada. "Estoy muy contenta de cómo se ha desarrollado el año. Después de la lesión con la que acabé el 2011 -fractura por estrés en su pie derecho y un tumor benigno en su ojo derecho- era una incógnita en qué condiciones podía regresar. La gira australiana de principios de año fue difícil para mí porque no podía competir, por lo que me lo tomé como una pretemporada. En la gira sudamericana ya me encontré bien y eso me hizo ganar confianza. Luego las lesiones me han respetado y he podido ser regular todo el año", analiza. La gallega achaca la clave de su éxito al cóctel formado por "las ganas, la ilusión y la actitud".
La gallega ha descansado un par de semanas en su Pontevedra natal, donde ha aprovechado para pasar con su familia y amigos el tiempo que el tenis le roba el resto del año. "Cada vez es más duro viajar y estar fuera de casa. La veteranía te hace tener otras perspectivas de la vida y afrontar de manera diferente cada situación", destaca. "Sé que no me quedan muchos años en el circuito. Uno, dos, tres, ... hasta que el cuerpo aguante y la ilusión continúe. De momento ni me lo planteo. Pero por eso afronto cada partido, cada torneo, como si fuera el último. Un día lo será. Me siento una privilegiada por jugar al tenis y por eso creo que tengo que vivir y disfrutar cada momento", añade.
Aunque no es el guión que sigue para dirigir la temporada, Lourdes tiene ante sí la opción de mejorar el puesto 40 que llegó a alcanzar el 11 de septiembre en 2006. "Es bonito que a mi edad pueda verme en elTop-50, es algo que me anima a seguir. Sé que no defiendo puntos en Australia y poder mejorar mi mejor marca es una motivación más para mí. Voy a intentarlo. Si se cumple bien; y si no, lo seguiré intentando más adelante", asevera. Podría ser en la gira sudamericana, donde ha logrado sus dos títulos (Bogotá 2006, Bogotá 2011). "No puedo negar que tengo un cariño especial por ese torneo. Allí suelo jugar muy bien y cada año que voy pienso que puedo volver a conseguir un título. ¿Por qué no va a ser el que viene?", cuestiona.
La gallega ha tenido la habilidad de hacer valer su portento físico y su rocoso juego para contrarrestar su corta estatura (163 centímetros) ante la altura y potencia con la que juegan las jugadoras que hoy en día dominan el circuito. "Al final cada una utiliza sus armas y mi principal es no dar una sola bola por perdida nunca. Sé que mi juego es molesto para muchas de ellas y de mí depende sacarle partido", dice. El tiempo pasa, las generaciones se suceden, pero Lourdes ejerce de camaleón para adaptarse a las circunstancias. "Es cierto que tenemos tres jóvenes jugadoras en el Top-100 (Garbiñe Muguruza, Lara Arrubarrena,Tita Torró), pero lamentablemente detrás de ellas no hay mucha esperanza. Hay gente con talento, pero hace falta más apoyo para que prosperen", subraya. Antes de volver a los entrenamientos y comenzar la pretemporada en la Academia Elitia de Barcelona, Lourdes ha apurado hasta el último minuto en su tierra. ¿Un capricho? "Una tapa de pulpo con una caña". Se lo ha ganado a pulso. Ahora es tiempo de volver a coger la raqueta...
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