El deporte ayuda a paliar el absentismo escolar: casi el 31% de los niños que lo practican presentan mayor motivación por ir al colegio y por aprender

Los alumnos sacan mejores notas, hacen más los deberes, destinan menos horas a ver la televisión y pasan menos tiempo en la calle sin hacer nada

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16 de abril 2012 — Es bien sabido que el ejercicio físico es esencial para el normal desarrollo de la persona y la mejora de la salud y de la calidad de vida. Sin embargo, pocos padres saben que también potencia el rendimiento académico de sus hijos. Según un informe realizado por el Observatorio de Estudios del Comportamiento (OEC) de ESADE a partir del análisis de la conducta de más de 5.000 escolares entre 6 y 12 años que acuden a las Escuelas Deportivas de Danone, la práctica de deporte y la educación en valores atenúan el abandono escolar y mejoran la actitud de los menores tanto en las aulas como en casa.
El estudio pone de manifiesto que estas actividades extraescolares les convierten en mejores estudiantes. Alrededor del 40% de los alumnos con peor expediente académico aumentan sus notas a lo largo del curso. En concreto, los menores que afirman mejorar sus resultados académicos pasa del 17,80% al 37,03%.
También ganan en actitud. Y es que en las escuelas deportivas se trabaja el cambio de comportamiento en hábitos, el uso del tiempo libre, la alimentación, la higiene y las relaciones sociales.
A través de estas clases en valores, el número de niños que dice comportarse mejor en casa y en el colegio se dobla a lo largo del periodo lectivo (del 19,93% al 40,70%).

Hacen más los deberes
Este progreso en las notas se vincula a la mejora del comportamiento ante la responsabilidad de hacer los deberes. Así, si en el primer trimestre sólo un 16% decía que le gustaba hacer los deberes, al final del curso este número se dobla hasta llegar a más del 29%.
Por otro lado, se reduce a la mitad la proporción de aquellos niños que suelen poner más resistencias a la hora realizar las tareas escolares.

Fútbol, aliado de padres
En particular se observa que la práctica de fútbol se convierte en un gran aliado de padres y tutores. Esta actividad es, de entrada, la más atractiva para los niños. Además de su función lúdica, cumple un papel en la transmisión de valores. Destaca especialmente el respeto hacia los compañeros, indistintamente del género o de la raza, y aprenden a cumplir las reglas y a ser honestos con el contrario.
Según el estudio, el deporte ayuda a paliar el absentismo escolar. Casi el 31% de los niños que lo practican presentan mayor motivación por ir al colegio y por aprender.
Igualmente, disminuye el porcentaje de aquellos que no les gusta ir a la escuela del 33,90% al 18,40%.
De igual modo, ayuda a trabajar hábitos de higiene y salud y complementa la formación académica.

Las clases de apoyo reducen el abandono escolar
El análisis revela que los barrios que presentan unos niveles de paro superiores a la media nacional y en los que la coyuntura actual ha tenido una especial incidencia padecen un mayor índice de fracaso escolar. Estos condicionantes han contribuido a empeorar los índices de asistencia a clase y de abandono escolar antes de finalizar la primaria.
En ese sentido, el informe revela que los niños que reciben clases de apoyo de una manera continuada también mejoran su rendimiento académico a lo largo del segundo trimestre. De esta forma, se observa que al final del periodo lectivo el número de alumnos que requiere clases de apoyo se reduce en 2 puntos.

Más horas productivas
El estudio también contempla cómo estas actividades contribuyen a reducir el consumo de televisión. Si al inicio del curso más de la mitad de los alumnos decía ver más de dos horas diarias de televisión; al final, sólo lo hace uno de cada tres.
Igualmente, el deporte y las clases de apoyo contribuyen a llenar las horas de los alumnos con ocio positivo. En este sentido, se reduce el tiempo que pasan en la calle sin “hacer nada en concreto” en favor de “jugar con los amigos”.

Aumenta el respeto a los profesores
Cabe destacar que también evoluciona el respeto hacia los profesores. Según el informe, al principio del curso sólo un 26,2% obedece a los profesores; en cambio, esta proporción asciende a más del 38% al final del periodo.
Del mismo modo, es muy significativa también la reducción de alumnos que dicen no respetar a sus tutores, pasando del 16,1% al 7,7%.
Mayor conciencia de la necesidad de una alimentación sana

Ante estos nuevos hábitos diarios, el menor adopta nuevas actitudes frente a una alimentación más sana. Así, se triplica el número de los alumnos que son cada vez más conscientes del papel que tiene una buena alimentación en su salud (del 11,33% al 32,77%).
En esta línea, se observa que a lo largo del curso aumenta la ingesta diaria de frutas y verduras, pasando del 15,8% el primer trimestre al 25,9%. En detrimento, por otro lado, del consumo de chucherías y de bollería.
Otro aspecto a tener en cuenta tiene que ver con el consumo de alcohol y tabaco. El porcentaje de alumnos que afirma que el tabaco es perjudicial para la salud va aumentando a lo largo del curso, pasando del 13,5% al 33,4%.

Aumenta la confianza entre compañeros y el civismo
El futbol u otros deportes genera un sentimiento de pertenencia al grupo y refuerza lazos de amistad. En este sentido, el estudio apunta que la confianza entre compañeros aumenta a lo largo del curso.
Además influye positivamente en la actitud de los menores en casa, de tal manera que tienden a colaborar más en las tareas domésticas. Por otro lado, mejora su comportamiento cívico en los espacios públicos, siendo más respetuosos con el mobiliario urbano y con lo que les rodea.