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sábado, 28 de diciembre de 2013

Sobreponerse a la vida

Cómo sobreponerse a los golpes de la vida

Las personas resilientes ven los problemas como misterior a los que hay que dar salida. Abandone el victimismo, le dejará fuera de juego.

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Cada vez que en alguna presentación de equipos pongo el vídeo de Rocky, cuando habla con su hijo y le dice durante el discurso: “Hay que soportar sin dejar de avanzar; si tú sabes lo que vales, ve y consigue lo que quieres. Pero tendrás que soportar los golpes de la vida”, me emociono.
Frente a los problemas, más o menos graves, parecidas circunstancias socioeconómicas, familiares y laborales, hay personas que se hunden y que contemplan la vida como un lugar en el que ya no hay capacidad de reacción, o personas que piensan que la vida vale la pena, que ahí fuera quedan oportunidades para todos, y que a mal tiempo, buena cara.
La resiliencia se define como la capacidad de soportar los golpes y los avatares de la vida y sobreponerse a las circunstancias. La persona resiliente sufre, siente y padece, pero no se recrea en estas emociones, no se recrea en el dolor. Sino que lo interpreta como parte del proceso, o del bache. El dolor y las circunstancias difíciles forman parte de la vida, son parte del juego.
¿Alguna vez se ha preguntado si tiene resiliencia? ¿Es capaz de olvidar el pasado, sobreponerse y mirar hacia delante?

Para conectarnos

Frase: “La totalidad está presente incluso en las piezas rotas” (Aldous Huxley)
Película: ‘Patch Adams’, comedia-drama protagonizada por Robin Williams y dirigida por Tom Shadyac. Basada en una historia real
Imagine la existencia como un juego; un juego en el que parte de las reglas las escribe usted, pero otra parte vienen determinadas. La definición que haga de cada piedra determina la forma como se enfrenta o huye de ella. Si vemos la vida como ese lugar en el que tiene que aprender a vencer obstáculos, luchar como un guerrero fuerte contra los dragones, un tablero con pruebas de lógica y estrategia en las que debe pensar para resolver las situaciones, seguro que será más atractivo que si define las piedras como mala suerte, desgracias, o como algo dado en lo que no puede intervenir. Esta visión le hace ser víctima y no protagonista.
La vida es un juego en el que tiene que ganar; entendido este concepto como la capacidad de ir solventando obstáculos, aprendiendo de los errores y de sus victorias, siendo feliz y disfrutando de los detalles. Y también significa no dejar que el pasado le condicione, de tal forma que siempre pueda estar en la casilla de salida. Siempre hay oportunidades, pero se deben tener los ojos bien abiertos para poder verlas. Su atención es como un faro que alumbra en la oscuridad. Deje de enfocar a lo que no funciona, esto no le va a ayudar a avanzar.
Stephen Crane: “El que puede cambiar sus pensamientos, puede cambiar su destino”
¿Por qué hay personas con resiliencia y otras no? ¿Podemos entrenarnos para convertirnos en alguien resiliente, o tiene que aceptar su victimismo y derrotismo como modo de vida? Es importante tener presente:
Aceptar la parte injusta de la vida. Todos vivimos alguna vez una situación que no nos merecemos. ¿Qué hacer? La decisión inteligente es centrar la atención en cómo puede actuar para sumar. Refunfuñar, quejarse sin sentido, dedicarse a hurgar en la herida no le devolverá la justicia. Abandone el victimismo, le hace débil y le deja fuera de juego.
Valorar sus recursos y capacidades. Se percibirá como alguien valioso si le da valor a lo que funciona, si en su memoria están más presentes los éxitos que los fracasos. Tener un autoconcepto positivo da confianza y autoestima. Es importante fomentar esto en los niños, para que sean adultos resilientes. Reconozca y potencie sus fortalezas.
Cómo observa su potencial. A pesar de que el juego de la vida le haya ganado una partida, quedan muchas por delante. Debe contemplarse como alguien con capacidad para volver a superarse. ¿Por qué? Porque tiene capacidad de aprendizaje. Los fracasos nos dicen cómo no hacer algo, pero no dicen que no sea capaz de volver a intentarlo. Analice el error para aprender de él. Y luego haga borrón y cuenta nueva. Es el momento de empezar otra vez.
Solución de problemas. Las personas resilientes ven los problemas como misterios a los que hay que dar salida. No son problemas que bloquean sus vidas. Son enigmas, juegos y pruebas. Imagine que es otra persona, con una manera distinta de observar el mundo… más positiva, más atrevida, más creativa. Intente buscar propuestas desde ese punto de vista.
Viktor Frankl: “El hombre que se levanta es aún más fuerte que el que no ha caído”
Diga adiós al victimismo. Las personas resilientes no se lamentan de su pasado, ni del que ellos provocaron, ni del que fueron víctimas. Su pasado les sirve para analizar y tomar decisiones, pero no para sufrir. Su atención está puesta en hoy, en qué puedo hacer ahora para ser más fuerte, más feliz y para alcanzar mi objetivo. Se trata de evitar que la vida decida por usted. Deje de mirar por el retrovisor.
Implicarse con responsabilidad. A principio de los años setenta, Kobasa y Maddi definieron la personalidad resistente. Y una de sus virtudes era la responsabilidad con lo que depende de uno mismo. Busque atribuir sus éxitos y sus fracasos a variables internas suyas. Así sabrá qué tiene que repetir la próxima vez que se enfrente a un reto y qué tiene que cambiar para mejorar ante futuros problemas.
Comprométase. El compromiso es una de las características de los resilientes. Depende de su escala de valores, del respeto que tenga a su palabra. Pero también está vinculado a su implicación, a cómo se involucra en sus obligaciones y en sus placeres. Tener compromiso significa decir que va a hacer algo y hacerlo; tener palabra con uno mismo y con los demás. Si tiene dudas de no ser capaz de llevar a cabo lo que está diciendo, es mejor pecar de prudente que de bocazas.
Ponga un ritmo diferente en su vida. Si se dedica a pasar por la vida a toda velocidad, no será consciente de qué le está pasando, de qué puede disfrutar ni de vivir en el presente. Querrá todo el rato buscar la felicidad en el futuro, llegar a ese lugar en el que cree que será feliz. Pero la felicidad está aquí, hoy, con usted y con todo su entorno. Tiene que aprender a relacionarse de forma diferente, de manera que le favorezca, que sea capaz de contemplar y degustar lo que ve, oye, siente, huele y toca. El presente es el lugar en el que tiene margen de maniobra, no lo desprecie ni lo ningunee.
Observe la vida de forma positiva. Confíe en que la vida le deparará momentos felices e involúcrese para conseguirlo. Puede dirigir su cerebro, su mente, sus pensamientos, y orientarlo como un radar para buscar los aspectos positivos. Su manera de pensar determina en gran parte cómo se siente y las cosas que hace.
Buscadores de tesoros. La vida es un continuo desafío, un lugar en el que aparecen oportunidades. Si se aferra a la idea de que hay un tren y que si no se sube al vagón preferente perderá la oportunidad, se está condicionando. La vida está llena de trenes, de todos los tipos y de todas las clases; si no pasa hoy, será mañana. En alguno tiene que subirse, pero no hay solo uno que si se le pasa, pierda la oportunidad. La vida ha dejado de tener ese carácter de “para toda la vida”. Ahora se acepta el cambio, tanto en la vida personal como en la profesional.
Enfrentarse en lugar de huir. Los resilientes postergan menos. ¿A qué le conduce postergar? A nada positivo. Solo a que retrase la obligación, se sienta mal consigo mismo y le aumente el nivel de pereza y ansiedad para resolver lo que tiene pendiente. Los obstáculos se analizan, se solucionan, se saltan, pero no se evitan. Evitar no es la solución, sino parte del problema y de su malestar. No tenga miedo, ni siquiera a pasarlo mal. ¿Realmente lo va a pasar tan mal “metiéndole mano al asunto”? Seguro que no, es más lo que cree que es que lo que realmente tiene frente a usted.
Recuerde: la vida no le deja en el camino si usted no se lo permite.

Las Virtudes habilidades y valores


Educando a los hijos en la incertidumbre

Educar a los hijos nunca fue fácil, y en una sociedad sin certezas aún lo es menos. Si no sabemos qué necesitarán en el futuro, la clave es criarlos, como dicen los expertos, como juncos: dotarles de una base psicológica fuerte y actitudes flexibles que les permitan adaptarse

ES | 27/12/2013 - 07:45h
Mayte Rius | Sigue a este autor en Twitter
Educando a los hijos en la incertidumbre
La situación actual ofrece pocas seguridades y certidumbres, desde el punto de vista individual y colectivo. Conceptos como formación, carrera profesional, empleo estable, vivienda en propiedad, domicilio habitual, pareja o familia están en transformación, y muchas de las ideas y creencias que durante años han servido de referencia o han regido la sociedad están en crisis. En estas circunstancias, la tarea de educar se complica porque padres y madres han de afrontar problemas para los que no pueden usar los métodos que sus padres utilizaron con ellos. “Cada generación lo tiene más difícil que la anterior para educar porque hace cien generaciones –por decir una cifra–, todo lo que tenía que aprender un niño se lo podían enseñar sus padres, y hoy los padres ni siquiera saben qué debe aprender el hijo o tienen que aprenderlo ellos”, explica Mariano Fernández Enguita, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.
No es sólo que padres y madres no tengan referencia sobre a qué edad hay que dejarles utilizar Facebook o cuando es adecuado facilitar a un niño un móvil. Es también que no saben en qué han de formar más o mejor a sus hijos para que tengan más oportunidad de trabajar, ni si han de promover en ellos el compromiso y la firmeza con los proyectos y las relaciones personales o alentar el relativismo para entrenarlos en la ruptura y los cambios constantes. Y esta falta de certezas a menudo paraliza a los padres. Maria Batet, maestra y responsable de Valorsdemprendre.org, desde donde desarrolla metodologías para fomentar la emprendeduría y aprender a convivir con incertezas, asegura que el mejor antídoto ante las incertidumbres actuales es recuperar la capacidad de pensar. “En vez de resolver los problemas que nos plantean los hijos de forma rápida e impulsiva, hay que desgranar el problema, desglosarlo y ver las consecuencias que pueda tener, analizar por qué sí o por qué no el chaval ha de tener móvil, o ha de hacer o no hacer cualquier cosa”, comenta.
Resulta importante, dicen los expertos, que los padres no conviertan su falta de referentes o sus incertidumbres sobre el futuro en inseguridad. “Los padres transmiten su seguridad –o lo contrario– por ósmosis, es decir, por contagio; por eso las circunstancias actuales de inseguridad son muy negativas para los niños”, apunta Gonzalo Hervás, profesor de Psicología de la Universidad Complutense. Y añade que la adversidad económica es una potente fuente de estrés para los niños incluso aunque no les afecte directamente, “porque el estrés de los padres se contagia en muchos casos de forma automática y sabemos que eso genera vulnerabilidad psicológica a desarrollar trastornos de ansiedad, de depresión, e incluso más graves”.
Fuertes y adaptativos Sea complicado o no, a los hijos hay que seguir educándolos y probablemente la mejor forma de hacerlo sea prepararlos para esa incertidumbre que les toca vivir, para resolver problemas, afrontar imprevistos, detectar posibilidades, renunciar a lo que ya no vale… Porque, tal como apunta Fernández Enguita, un futuro incierto puede verse como algo preocupante, de riesgo, o como la posibilidad de un futuro más abierto, menos marcado por el pasado y con más oportunidades y sorpresas. “Hoy, como siempre, los padres pueden y deben ser para los hijos un referente moral, además de enseñarles a seguir aprendiendo, a aceptar lo nuevo y lo diverso, a responder de forma adaptativa y creativa al cambio social”, apunta el sociólogo. Y explica que, como nadie puede saber hoy con certidumbre las tendencias de empleo de mañana ni qué formación será la más adecuada en unos años, “lo esencial para los hijos es aprender a aprender y entender que lo que aprendan hoy ni les obliga a nada ni les garantiza nada para mañana, salvo una capacidad aumentada de afrontar la vida”.
Gonzalo Hervás cree que la incertidumbre sobre el futuro puede tener ciertas ventajas. “El no tener certezas sobre lo que la sociedad espera o necesita puede permitir centrarnos en lo importante, en las personas, en desarrollar la humanidad de los hijos más allá de modelos centrados exclusivamente en competencias”, dice. Y subraya que aspectos como la tolerancia a la frustración, la capacidad para conectar con los demás, el autoconocimiento, el desarrollo emocional o la madurez son intemporales, pero a menudo se quedan en un segundo plano educativo tras los idiomas y la tecnología.
Porque, después de hablar con sociólogos, psicólogos y educadores, parece claro que aunque los padres no puedan vislumbrar cómo será el día a día de sus hijos en el futuro, sí pueden prever que la sociedad de la incertidumbre necesitará gente más flexible y creativa, personas muy autónomas y seguras de sí mismas que puedan ver distintas soluciones a un problema, capaces de afrontar con éxito la adversidad y el estrés y muy adaptativos.
El sociólogo e investigador Javier Elzo ofrece un símil muy gráfico: “Necesitamos criar juncos: jóvenes que tengan unas raíces firmes, es decir, un equilibrio psicológico e intelectual sólido, pero que sean flexibles para adaptarse a los vientos que vayan soplando”. En su opinión, la aspiración de los padres –y de la sociedad– habría de ser contribuir a formar chicos y chicas con una buena competencia personal, “entendiendo por ello que tengan cierto equilibrio psicológico y la autoestima suficiente para sentirse contentos con ellos mismos, sin querer ser como otros, pero también una cabeza relativamente amplia y estructurada, con la capacidad de hacerse preguntas para situarse en la vida, de saber dónde recurrir para encontrar respuestas y de tener criterio para valorar las buenas y las malas”.
Javier Urra, doctor en Psicología y también en Ciencias de la Salud, considera que enseñar a los hijos a convivir con la incertidumbre requiere desarrollar su inteligencia emocional y creativa, su inteligencia social, y su capacidad crítica, de pensamiento y de reflexión para que tengan respuesta ante los dilemas éticos, los problemas y las rupturas que les irá planteando una sociedad más compleja. “Si van a vivir un mundo de inseguridad laboral, de ruptura de parejas, de accidentes inesperados… hay que prepararles para ello, para que sean flexibles, para que no pasen del amor al odio, para que asuman que las cosas se rompen o se pierden pero la vida sigue y han de poder ver distintas soluciones a un mismo problema”, indica Urra.
Para ello es necesario cultivar las fortalezas y talentos de cada niño o niña, sin tratar de que encajen en un patrón y dejándoles que se equivoquen y que aprendan por sí mismos, “algo que siempre es duro para los padres”, advierte Hervás. Y apunta que en lugar de fomentar el “siempre se ha hecho así”, hay que dar pie a lo contrario, a la creatividad aplicada. “La capacidad de innovación se puede desarrollar en el cajón de los cubiertos; basta preguntarles ¿es esta la mejor forma de ordenarlos? ¡Hazme una propuesta que lo mejore!”, ejemplifica.
Porque, como explica Maria Batet, los padres no pueden educar para garantizar el futuro de sus hijos, pero sí pueden darles herramientas para que ellos sean capaces de construir ese futuro, de buscarse la vida, de encontrar recursos y de organi­zarlos. Hay unanimidad entre los expertos con­sultados en que en una sociedad llena de incertezas les será útil identificar los miedos y superarlos, ser reflexivos, tener espíritu crítico y saber pensar, el entusiasmo y la creatividad, saber explicarse, tener una actitud positiva y una buena autoestima, saber planificar, tener empatía, ser resilentes para reponerse de las adversidades y humildes para buscar ayuda… Batet anima a los padres a trabajar estas habilidades –las mismas que permiten salir adelante a los emprendedores–, desde casa.


DIEZ HERRAMIENTAS CLAVE
Habilidad comunicativaTener habilidad para explicar las ideas y proyectos, para convencer, dialogar y seducir es crucial para cualquier circunstancia y para cualquier empleo. Los padres pueden trabajar estas habilidades comunicativas no cortando a los niños cuando hablan y alentando que expliquen cosas de distintas formas para potenciar su capacidad de expresión.
Trabajo en grupo
En momentos difíciles trabajar en grupo socializa y la colaboración ayuda a encontrar opciones y soluciones. Por eso desde casa conviene fomentar que los niños se acostumbren a compartir, a colaborar con otros en sus ratos de ocio, a desenvolverse en grupo…
Autoconocimiento
Cuando uno sabe cuáles son sus puntos fuertes y débiles puede lidiar mejor con los problemas y las incertidumbres. Por ello conviene ayudar a los hijos a conocerse mejor, a saber bien lo que les gusta y lo que se les da bien. “Si a tu hijo le gusta jugar al baloncesto, pregúntale por qué, si le gusta porque compite, porque le gusta formar parte de un equipo…; y si le gusta el ajedrez, ayúdale a saber por qué, si es porque se le da bien, porque disfruta con un ambiente tranquilo, porque le gusta pensar qué hará el contrincante… Así irá descubriendo sus habilidades”, explica Batet.
Identificar y superar los miedos
En una sociedad de incertidumbres, donde hay situaciones que no se controlan, surgen muchos miedos. En lugar de inculcar a los niños que no hay que tener miedo y ser valientes, Maria Batet propone enseñarles a identificar a qué tienen miedo, a ponerle nombre y a evitar que los paralice. “Si un niño tiene miedo a dibujar porque no se le da bien, conviene que lo hable, que lo identifique como un hecho concreto y luego incentivarle a que pruebe otra manera de hacerlo”, comenta.
Capacidad organizativa
Para desenvolverse en un mundo incierto resulta clave saber buscarse la vida, idear proyectos, detectar recursos para llevarlos a cabo y or­ganizarse para conseguirlos. Los padres pueden desarrollar estas habilidades en sus hijos si desde pequeños los hacen partícipes de pequeños proyectos y les animan a ingeniárselas para llevarlos a cabo. “Si enseñamos a los niños a desarrollar proyectos a medio plazo –puede ser aprender a montar una bicicleta a partir de un kit u organizar un torneo de baloncesto en el colegio y buscar patrocinadores para ello– aprenden a tolerar la frustración y a desarrollar la capacidad de planificación”, justifica el psicólogo Gonzalo Hervás.
Entusiasmo
Si uno no se siente seguro ni tiene certezas sobre su futuro es fácil caer en el desánimo. Por eso, Maria Batet aconseja educar a los hijos en el entusiasmo. “Lo primero es ser uno mismo entusiasta y no mostrarse decaído; después ayudarles a vivir con entusiasmo las pequeñas cosas, desde salir a montar en bici hasta comerse unas palomitas, porque lo que crea el aprendizaje es el hábito, la repetición”, explica.
Creatividad
Tirar de creatividad, saber leer el entorno para extraer ideas es una herramienta muy útil para desenvolverse en medio de la incertidumbre. Para fomentarla, conviene fomentar la curiosidad en los hijos, alentar que se hagan preguntas, que tengan una mente despierta. En lugar de aplicarles la máxima de esto es así porque siempre ha sido así, promover que propongan nuevas soluciones a cuestiones cotidianas, desde la forma de tender la ropa a la organización de un armario. 
Fortaleza
Si hay una capacidad útil en la sociedad de la incertidumbre es la resiliencia, la capacidad de hacer frente a las adversidades, de sobreponerse a ellas y aprovecharlas para salir reforzado. Se desarrolla enseñando a los niños a tener relaciones y amigos en quien apoyarse, a tener empatía, a fijarse metas razonables, a tener una actitud positiva y a aceptar que el cambio forma parte de la vida. “La sociedad actual es más volátil y hay que tener capacidad de adaptación para afrontar noticias negativas, rupturas, etcétera, y si educamos a los jóvenes de una forma muy rígida y los sobreprotegemos, cuando salen de casa y nadie les marca las pautas no funcionan, se hunden”, advierte Javier Elzo.

Flexibles y Autonomos

después de hablar con sociólogos, psicólogos y educadores, parece claro que aunque los padres no puedan vislumbrar cómo será el día a día de sus hijos en el futuro, sí pueden prever que la sociedad de la incertidumbre necesitará gente más flexible y creativa, personas muy autónomas y seguras de sí mismas que puedan ver distintas soluciones a un problema, capaces de afrontar con éxito la adversidad y el estrés y muy adaptativos.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Influir

The first comes from Benjamin Franklin: "A man convinced against his will is of the same opinion still." This would seem like a basic truth, but it gets ignored all the time. Think back on the times when someone persuaded you to go along with something that you didn't really believe in. Years can pass, and still you will be skeptical or resentful about being persuaded against your will.

There is really only one secret to changing other people's minds, but it's a big one: Follow practical psychology. If you heed this advice, you will get better at persuading and influencing people over the years. On the other hand, if you ignore or sidestep psychology, you will find yourself with less and less influence as time passes. Here are five ways to put practical psychology to work that you may have overlooked or not known about. Each way comes with a tactic you definitely shouldn't try, since it's proven not to work.

1. Be sincere and truthful. Don't be manipulative.

2. Appeal to what someone else already believes. Don't impose your own belief system.

3. Be aware of the other person's blind spots. Don't assume they are open-minded.

4. In general, persuade through reason, not emotion. Don't assume that emotions aren't in play, however.

5. Make the other person feel right. Don't make them feel wrong.

These are all effective ways to change someone else's mind, but the tricky part is that if any one of them goes wrong, the others won't be of much use. If you're a woman applying for a job and the interviewer is dead set on hiring a man, nothing else will matter - blind spots, prejudice, and ingrained biases are among the hardest things to overcome. On the other hand, a really skillful use of practical psychology might get you the job, especially if you can make him feel right about his decision.

Let’s consider each of the five points a bit further.

1. Be sincere and truthful. Don't be manipulative.

You can't sell other people on something you don't actually believe in. That's why infomercials on late-night television do everything they can to persuade you of their honesty. Testimonials, authority figures, before and after photos, and research data are called upon to make the viewer believe that they aren't simply watching a commercial, even though they are. We shut out commercials instinctively because we know from experience that they are manipulative and insincere. We also put up our guard when a salesman says, "I really believe in this product." The upshot is that you shouldn't try to be a master manipulator. It only works on weak-willed people, and in the end they are fickle allies. Rely on your listener's natural ability to detect sincerity.

2. Appeal to what someone else already believes. Don't impose your own belief system.

People identify with their beliefs. If you've ever slammed the door when someone tries to offer you a religious pamphlet, or had the door slammed in your face when you went canvassing for a political party, the truth of this point will be obvious. In a different world beliefs would be flexible and open to change, but that world isn't at hand. So you need to know what someone else really, truly believes. With that knowledge at hand, you can align yourself with their beliefs. Without that knowledge, you are throwing darts at a brick wall. If you try instead to impose your own beliefs, the other person will feel that you are making him wrong, and immediate shutdown follows.

3. Be aware of the other person's blind spots. Don't assume they are open-minded.

A blind spot is a fixed opinion that is so strong, the person shuts out any input to the contrary. It's the supreme example of rigid thinking. If you are self-aware, you know that you have your own blind spots - there are certain things you simply can't stand or that bring out your most stubborn reactions. There are also positive blind spots, as when a mother feels that her beloved child can do no wrong. No one announces their blind spots, so you have to feel them out. Is the other person balking, contradicting you, trying to change the subject, crossing his arms over his chest? Look for sure signs of resistance, and you will generally be hitting close to another person's blind spots. It seems discouraging that almost no one has an open mind, but it's a fact of practical psychology that must be considered. Your task is to avoid sensitive topics and to appeal to the part of your listener that wants to agree with you.

4. In general, persuade through reason, not emotion. Don't assume that emotions aren't in play, however.

One of the most confusing aspects of persuasion has to do with being reasonable. Everyone thinks they are, and decision-making is supposed to be rational. Yet psychological research has shown time and again that emotions cannot be separated from the choices we make. Therefore, should you appeal to someone else's emotions? Unless you have a personal relationship, the answer is generally no. You risk insulting their intelligence or coming off as being manipulative. To be persuasive, you must argue rationally while always monitoring the emotional atmosphere. (It's worth noting too that competitive personalities regard a show of emotion as a sign of weakness - with them, you must muster all the rational reasons you can.) Some people can be persuaded by a show of emotion, but if you look a bit deeper, they either wanted to be persuaded or agreed with you in the first place - think of the cheers at political rallies for a speech that would be greeted coldly if it was delivered to the other political party.

5. Make the other person feel right. Don't make them feel wrong.

This point might win the prize for what gets ignored most often. Anytime you bully somebody, lord it over them, use your position of authority, or act superior, you are making that person feel wrong. We all feel wrong when we are judged against. We feel right when we are accepted, understood, appreciated, and approved of. (I've met at least one hugely successful executive who built his entire career on making other people feel that they were the most important person in the room.) If you make someone else feel accepted, you have established a genuine bond, at which point they will lower their defenses. If you push someone away instead by making them feel wrong, their defenses will turn twice as strong.


These five points are really just elaborations on Ben Franklin's aphorism, but they are worth learning and testing out if you want to be successful at getting others to change their minds.

El Colegio Hoy

"La misión de la escuela ya no es enseñar cosas. Eso lo hace mejor la TV o Internet." La definición, llamada a suscitar una fuerte polémica, es del reconocido pedagogo italiano Francesco Tonucci. Pero si la escuela ya no tiene que enseñar, ¿cuál es su misión? "Debe ser el lugar donde los chicos aprendan a manejar y usar bien las nuevas tecnologías, donde se transmita un método de trabajo e investigación científica, se fomente el conocimiento crítico y se aprenda a cooperar y trabajar en equipo", responde.
 Para Tonucci, de 68 años, nacido en Fano y radicado en Roma, el colegio no debe asumir un papel absorbente en la vida de los chicos. Por eso discrepa de los que defienden el doble turno escolar.
"Necesitamos de los niños para salvar nuestros colegios", explica Tonucci, licenciado en Pedagogía en Milán, investigador, dibujante y autor de Con ojos de niño, La ciudad
de los niños y Cuando los niños dicen ¡Basta!, entre otros libros que han dejado huella en docentes y padres. Tonucci llegó a la Argentina por 15a. vez, invitado por el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, a quien definió como "un lujo de gobernante".
Dialogó con LA NACION sobre lo que realmente importa a la hora de formar a los más chicos y dejó varias lecciones, que muchos maestros podrían anotar para poner en marcha a partir del próximo ciclo escolar.
Propuso, en primer lugar, que los maestros aprendan a escuchar lo que dicen los niños; que se basen en el conocimiento que ellos traen de sus experiencias infantiles para empezar a dar clase. "No hay que considerar a los adultos como propietarios de la verdad que anuncian desde una tarima", explicó.
Recomendó que "las escuelas sean bellas, con jardines, huertas donde los chicos puedan jugar y pasear tranquilos; y no con patios enormes y juegos uniformes que no sugieren nada más que descarga explosiva para niños sobreexigidos".
Y que los maestros no llenen de contenidos a sus estudiantes, sino que escuchen lo que ellos ya saben, y que propongan métodos interesantes para discutir el conocimiento que ellos traen de sus casas, de Internet, de los documentales televisivos. "¡Que se acaben los deberes! Que la escuela sepa que no tiene el derecho de ocupar toda la vida de los niños. Que se les dé el tiempo para jugar. Y mucho", es parte de su decálogo.
De hablar pausado y de pensamiento agudo, Tonucci transmite la imagen de un padre, un abuelo, un educador que aprendió a ver la vida desde la perspectiva de los niños. Y recorre el mundo pidiendo a gritos a políticos y dirigentes que respeten la voz de los más pequeños.
-¿Cómo concibe usted una buena escuela?
-La escuela debe hacerse cargo de las bases culturales de los chicos. Antes de ponerse a enseñar contenidos, debería pensarse a sí misma como un lugar que ofrezca una propuesta rica: un espacio placentero donde se escuche música en los recreos, que esté inundado de arte; donde se les lean a los chicos durante quince minutos libros cultos para que tomen contacto con la emoción de la lectura. Los niños no son sacos vacíos que hay que "llenar" porque no saben nada. Los maestros deben valorar el conocimiento, la historia familiar que cada pequeño de seis años trae consigo.
-¿Cómo se deberían transmitir los conocimientos?
-En realidad, los conocimientos ya están en medio de nosotros: en los documentales, en Internet, en los libros. El colegio debe enseñar utilizando un método científico. No creo en la postura dogmática de la maestra que tiene el saber y que lo transmite desde una tarima o un pizarrón mientras los alumnos (los que no saben nada), anotan y escuchan mudos y aburridos. El niño aprende a callarse y se calla toda la vida. Pierde curiosidad y actitud crítica.
-¿Qué recomienda?
-Me imagino aulas sin pupitres, con mesas alrededor de las cuales se sientan todos: alumnos y docentes. Y donde todos juntos apoyan, en el centro, sus conocimientos, que son contradictorios, se hacen preguntas y avanzan en la búsqueda de la verdad. Que no es única ni inamovible.
-¿Cuál es rol del maestro?
-El de un facilitador, un adulto que escuche y proponga métodos y experiencias interesantes de aprendizaje. Generalmente los pequeños no están acostumbrados a compartir sus opiniones, a decir lo que no les gusta. Los docentes deberían tener una actitud de curiosidad frente a lo que los alumnos saben y quieren. Les pediría a los maestros que invitaran a los niños a llevar su mundo dentro del colegio, que les permitieran traer sus canicas, sus animalitos, todo lo que hace a su vida infantil. Y que juntos salieran a explorar el afuera.
-Varias veces usted ha dicho que la escuela no se relaciona con la vida. ¿Por qué?
-Porque propone conocimientos inútiles que nada tienen que ver con el mundo que rodea al niño. Y con razón éstos se aburren. Hoy no es necesario estudiar historia de los antepasados, sino la actual. Hay que pedirles a los alumnos que se conecten con su microhistoria familiar, la historia de su barrio. Que traigan el periódico al aula y se estudie sobre la base de cuestiones que tienen que ver con el aquí y ahora. Esto los ayudará a interesarse luego por culturas más lejanas y entrar en contacto con ellas.
-¿Cómo se puede motivar a los alumnos frente a los atractivos avances de la tecnología: el chat, el teléfono celular, los juegos de la computadora, el iPod, la play station?
-El colegio no debe competir con instrumentos mucho más ricos y capaces. No debe pensar que su papel es enseñar cosas. Esto lo hace mejor la TV o Internet. La escuela debe ser el lugar donde se aprenda a manejar y utilizar bien esta tecnología, donde se trasmita un método de trabajo e investigación científica, se fomente el conocimiento crítico y se aprenda a cooperar y trabajar en equipo.
-¿Es positiva la doble escolaridad?
- En Italia llamamos a este fenómeno "escuelas de tiempo pleno". La pregunta que me surge es: ¿pleno de qué? Esta es la cuestión. La escuela está asumiendo un papel demasiado absorbente en la vida de los niños. No debe invadir todo su tiempo. La tarea escolar, por ejemplo, no tiene ningún valor pedagógico. No sirve ni para profundizar ni para recuperar conocimientos. Hay que darles tiempo a los niños. La Convención de los Derechos del Niño les reconoce a ellos dos derechos

lunes, 23 de diciembre de 2013

La FELICIDAD de Cada Hijo

Las nuevas tecnologías y en especial los smartphones han cambiado para siempre la forma en que nos relacionamos con los demás. Y, como ocurre con toda innovación que irrumpe en la cotidianidad de manera tan fulgurante, aún estamos lejos de comprender todos los efectos que ocasionan en el ser humano. Por esa razón, los estudios que analizan el impacto de las nuevas herramientas tecnológicas se suceden sin parar.
El último de ellos pone su foco en los aspectos negativos de los nuevos teléfonos al señalar que hacen aumentar la ansiedad de sus usuarios y, con ella, la infelicidad. La investigación llevada a cabo por tres profesores de la Universidad de Kent en Ohio, Jacob BarkleyAryn Karpinski y Andrew Leep, sugiere que las personas capaces de desconectar de sus aparatos tecnológicos son mucho más felices en su vida personal y más productivas en su vida profesional que aquellas que no lo hacen.
Cuando el teléfono no para de vibrar
La ansiedad es la consecuencia más clara de ser continuamente demandado por nuestro teléfono, afirma el estudio. La investigación fue llevada a cabo con más de 500 alumnos de la Universidad de Kent, a los que se solicitó que llevasen un registro diario de su utilización del teléfono móvil junto a sus niveles de satisfacción y felicidad. Al final del año escolar, estos datos se compararon con sus calificaciones, medidas según el GPA (grade point average).
Los móviles me hacen sentir como si tuviese otra obligación másAquellos que manifestaban que eran capaces de olvidar su teléfono móvil y no atender a las llamadas o a los mensajes solían obtener unas mejores notas que aquellos que no lo hacían. La explicación aducida por los científicos es que la ansiedad generada por el smartphone impide concentrarse en el estudio, lo que dificulta significativamente el aprendizaje.
Frente a la visión optimista que considera estos nuevos adelantos como una forma de facilitar nuestras relaciones con nuestro círculo de amigos, sean estos cercanos o lejanos, el estudio sugiere que estos instrumentos crean una nueva serie de obligaciones que necesitan respuesta de manera inmediata.
Uno de los entrevistados en la investigación señalaba que “la red social a veces me hace sentirme un poco atado a mi teléfono”. “Me hace sentir como si tuviese otra obligación en la vida”, manifestaba dicho estudiante, poniendo de relieve algo que muchos psicólogos ya han señalado: que los smartphones nos distraen continuamente de nuestras obligaciones.
Todos necesitamos sentirnos solos
El estudio, que ha sido publicado en la revista Computers in Human Behavior, reconoce que si bien las nuevas tecnologías pueden ser útiles a la hora de mejorar las relaciones de determinadas personas, especialmente de aquellos que tienen peores habilidades sociales, pueden contribuir a la infelicidad de los usuarios. Como recuerda el investigador Andrew Leep, “no hay tiempo para la soledad en la vida de estos universitarios y creo que la salud mental requiere cierto tiempo para la reflexión, la mirada interna, el procesamiento de los acontecimientos de la vida y la recuperación de las fuentes de estrés diarias”.
Cuando estamos solos, nos concentramos mejor y nos esforzamos másLa soledad como fuente de conocimiento ha sido reivindicada en tiempos recientes por algunos psicólogos. Mihaly Csikszentmihályi, autor de Creatividad: El fluir y la psicología del descubrimiento y la invención (Paidós Ibérica), descubrió a través de una investigación realizada en 1994 que los adolescentes que no son capaces de pasar tiempo solos por lo general gozan de un talento creativo menor que aquellos que disfrutan de la soledad.
Los investigadores de la Universidad de Harvard Bethany Barum y Daniel Gibert demostraron en otra investigación que la memoria funciona mejor cuando estamos solos. No únicamente porque nos concentremos mejor, sino porque cuando nos encontramos permanentemente conectados con otras personas, tendemos a esforzarnos menos ya que pensamos que otros lo van a hacer por nosotros o dividimos nuestra atención entre lo que estamos haciendo y la interacción con nuestros compañeros.
Una enfermedad global
Diversas investigaciones han señalado los negativos efectos que puede acarrear estar todo el día pendientes de nuestras cuentas de correo electrónico, WhatsApp o redes sociales como Facebook y Twitter. En el caso del estudio que nos ocupa, algunos participantes reconocieron enviar mensajes constantemente desde primera hora de la mañana hasta última de la noche lo que, como señala Lepp, “es en sí mismo una actividad estresante”.
Una encuesta publicada este mismo año ponía de manifiesto, con cierta sorna, que hasta el 62% de las mujeres y el 42% de los hombres habían dejado de hacer el amor para atender una llamada o consultar su teléfono móvil. Una estadística algo tramposa que, no obstante, nos recuerda que somos criaturas cada vez más dependientes de esa extensión de nuestro ser que es el teléfono móvil.
Una pequeña interacción en las redes sociales puede mejorar nuestro estado de ánimo¿Nos han hecho estos aparatos más estúpidos? Esa es la tesis que mantiene Nicholas Carr en el ya célebre Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? (Taurus), en el que critica la insoslayable dispersión a las que nos conducen los timbres, vibraciones y notificaciones de los aparatos electrónicos. Ello explicaría la imposibilidad de obtener buenas notas académicas pero, ¿qué ocurre entonces con la felicidad?
Cada vez que nuestro teléfono vibra, recibimos un “me gusta” en Facebook o tenemos un nuevo seguidor en Twitter, nuestro cerebro reacciona de manera positiva, excitando la zona conocida como núcleo accumbens, que está relacionada con el placer y las recompensas. Por eso, una pequeña interacción puede mejorar de manera significativa nuestro ánimo. Pero, como todo lo bueno, tiene su contrapartida negativa: se trata de la zona cerebral relacionada con las adicciones, lo que provoca que necesitemos continuamente nuevas interacciones para seguir sintiéndonos bien. Además, el placer producido por este tipo de interacciones es transitorio, muy lejano a lo que realmente nos ayuda a ser felices.


Leer más:  La clave para ser mucho más feliz (y sacar mejores notas) - Blogs de Empecemos por los principios  http://blogs.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/empecemos-por-los-principios/2013-12-23/la-clave-para-ser-mucho-mas-feliz-y-sacar-mejores-notas_64601/#lpu6AgamG2UAJgoa

jueves, 19 de diciembre de 2013

El ALCOHOL MATA

El 82% de los estudiantes de entre 14 y 18 años ha consumido alcohol en el último año y el 74% en el último mes, según se desprende de la última Encuesta Escolar sobre Drogas (2012-2013) adelantada por la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, con motivo de la presentación de la campaña Menores ni una gota elaborada por el Ministerio junto a la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE).
La ministra ha subrayado hoy que los adolescentes “no son conscientes” del peligro del alcohol, ya que la mitad de ellos considera que “tomar cinco o seis copas un fin de semana no tiene ninguna consecuencia” para la salud. “Casi un tercio de nuestros hijos e hijas menores de edad se emborrachan cuando salen a divertirse”, ha advertido la ministra, quien también ha lamentado la alta “permisividad social” en relación con este tema.
El 82 % de los adolescentes reconoce haber bebido en el último año, más de la mitad admite haber realizado “botellón”, y el 40 % de los que beben se emborrachanPara la titular de Sanidad, permitir que los adolescentes beban alcohol “no es ningún juego” y la tolerancia “debe ser cero”. La encuesta revela que la edad media de inicio en el consumo de alcohol es de 13,9 años. “Demasiado pronto”, según la ministra. El consumo de alcohol entre los menores ha aumentado en un 10% respecto a la encuesta de 2010. Ahora, el 82% de los adolescentes reconoce haber consumido alcohol en el último año, más de la mitad admite haber realizado “botellón” en el último mes, y el 40% de los que beben se emborrachan: beben en forma de atracón (seis o más copas para los hombres y cuatro o más copas para mujeres, en una sola "sesión").
“Debemos preguntarnos si sabemos qué hacen nuestros hijos cuando están fuera de casa y valorar en qué medida estamos adoptando una actitud adecuada”, ha insistido Mato. Esta es la primera encuesta del Plan Nacional sobre Drogas en la que se pregunta de forma específica por el botellón, que un 53% de los encuestados practicaron en el último año. Este hecho ha sido denunciado por la ministra, que ha recordado que la venta de alcohol a los menores está prohibida.
Mato ha achacado estas cifras a la “poca conciencia” que hay sobre los peligros que tiene el consumo de alcohol entre esta población.
Cambios en la regulación de la publicidad
Con el objetivo de concienciar a la población del peligro que conlleva el consumo del alcohol por parte de los jóvenes –un hábito que es más peligroso que en los adultos–, Mato ha anunciado que su departamento está trabajando en la elaboración de nuevo proyecto ley para la Prevención del Consumo de Bebidas Alcohólicas en Menores de Edad y sus Efectos.
Este borrador incluye medidas como la regulación de la exposición del menor a la publicidad, el uso de nuevas estrategias de prevención en redes sociales y medios de comunicación entre los más jóvenes y el desarrollo de acciones en el ámbito educativo y familiar, incorporando medidas de promoción del ocio saludable.
Se va a establecer la exigencia de incluir rótulos en los envases que recuerden la prohibición del consumo de alcohol por parte de menoresAsimismo, en el texto se va a incluir el establecimiento de cursos de formación específicos obligatorios para el personal que dispense bebidas alcohólicas; contenidos para potenciar hábitos de vida y consumo saludables en el ámbito de la educación para la salud; y se va a establecer la exigencia de incluir rótulos en los envases y promociones que recuerden la prohibición del consumo de alcohol por parte de los menores.
Según ha comentado Mato, más allá de la problemática de este consumo, se sitúa el hecho de que está asociada con una mayor prevalencia de consumo de otras drogas. “Sólo el 9 por ciento de los menores abstemios ha tomado drogas ilegales, mientras que el 40% que ha bebido alcohol en el último mes también ha consumido alguna droga ilegal. Son cuatro veces más y de este dato también deberíamos sacar conclusiones”, ha apostillado.
Una campaña dirigida a los jóvenes
La campaña que ha presentado la ministra, en colaboración con la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE), lleva por lema Menores, ni una gota: más de 100 razones para que un menor no beba alcohol. Cuenta con el apoyo de rostros conocidos como la psicóloga Rocío Ramos Paul, el deportista Chema Martínez o el rapero Rayden, y pretende concienciar a la sociedad de los riesgos del consumo de alcohol en menores, así como retrasar la edad de inicio.
Todas nuestras acciones en relación con los menores persiguen que no beban ni una gota de nuestras marcasEn este sentido, el director ejecutivo de la FEBE, Bosco Torremocha, ha dicho que la intención es evitar que los menores comiencen a beber “antes de la mayoría de edad” y conseguir que “toda la sociedad se implique” para reducir los factores de riesgo. “Desde FEBE somos muy conscientes del problema y queremos formar parte de la solución”, ha asegurado Torremocha, por lo que “todas nuestras acciones en relación con los menores persiguen que no beban ni una gota de nuestras marcas”.
La campaña presentada hoy se prolongará durante 18 meses y su objetivo es emitir un mensaje de “responsabilidad, prudencia, moderación” a toda la sociedad, especialmente a las familias, ”motores del cambio”. Para ello, se servirá de diversas plataformas y canales, desde la televisión a la radio, internet y las redes sociales, desde las que se irán lanzando una serie de vídeos “virales” de personalidades de diferentes ámbitos artísticos y deportivos, que comienzan con el rapero Rayden, que ha creado un videoclip especial para la campaña.
Por último, se va a llevar a cabo un programa de co-branding con las empresas del sector que deseen adherirse a esta iniciativa y los establecimientos que quieran sumarse utilizarán un sello creado para la ocasión con el lema de la campaña y, además, ofrecerán ventajas y otro tipo de ocio que no sea este consumo.


Los HÁBITOS de la GENTE de ÉXITO

5 Cosas que la gente super exitosas hacer antes de los 08 a.m.

Levántate y brilla! Tiempo de mañana sólo se convirtió en su nuevo mejor amigo. El amor o el odio, la utilización de las horas de la mañana antes del trabajo pueden ser la clave para una vida exitosa y saludable.Así es, levantarse temprano es un rasgo común que se encuentra en muchos CEOs, funcionarios gubernamentales y otras personas influyentes. Margaret Thatcher fue todos los días a las 5 am, Frank Lloyd Wright a las 4 am y Robert Iger, CEO de Disney se despierta a las 4:30 am sólo para nombrar unos pocos. Sé lo que estás pensando - usted hace su mejor trabajo por la noche. No tan rápido.Según Inc. Revista , gente de la mañana se han encontrado para ser más proactivo y más productivo. Además, los beneficios de salud para los que tienen una vida antes de que el trabajo de seguir y seguir. Exploremos 5 de las cosas que las personas exitosas lo hacen antes de las 8 de la mañana.
1. Ejercicio. Ya lo he dicho una vez, lo diré de nuevo.La mayoría de las personas que trabajan a diario, hacer ejercicio en la mañana. Ya se trate de una sesión de yoga por la mañana o un viaje al gimnasio, hacer ejercicio antes del trabajo le da un impulso de energía para el día y ese sentido merecido de logro. Cualquier persona puede hacer frente a un montón de papeleo después de 200 repeticiones abdominales! Los entrenamientos de la mañana también eliminan la posibilidad de formación de escamas sobre su cardio después de un largo día de trabajo. Incluso si usted no está con los ojos brillantes y tupida cola ante la idea de un 05 a.m. jog, intenta levantarse 15 minutos más temprano para un conjunto de noche rápido de flexiones o estiramientos. Le ayudará a despertar su cuerpo y prepararlo para su día.
2. Planifica tu día. Maximice su potencial mediante la asignación de su horario para el día, así como sus objetivos y tareas pendientes. La mañana es un buen momento para esto, ya que a menudo es uno de los pocos momentos de tranquilidad que una persona consigue lo largo del día. Las primeras horas de fomentar la reflexión más fácil que ayuda a la hora de priorizar sus actividades. También permiten problema ininterrumpida resolver cuando se trata de poner todo en su calendario. Si bien la programación, no se olvide de su salud mental. Planee un descanso de 10 minutos después de esa reunión estresante para un rápido paseo alrededor de la cuadra o un momento de meditación en su escritorio. Tratar de comer sano? Programe una pequeña ventana en la noche para empacar un par de bocadillos nutritivos para llevar al trabajo al día siguiente.
3. Coma un desayuno saludable. Todos sabemos que salir corriendo por la puerta con una taza de café y una sensación de estómago vacío. Usted se sienta en su escritorio, y ya se está preguntando qué tan temprano ese taco truck establece un campamento fuera de su oficina. No es bueno. Tome el tiempo extra en la mañana para alimentar su cuerpo para las tareas por delante de él.Esto ayudará a mantener su mente en lo que está en la mano y no el estómago gruñendo. No sólo es el desayuno bueno para su salud física, sino que también es un buen momento para conectarse socialmente. Incluso cinco minutos de hablar con sus hijos o cónyuge, mientras que comer un plato rápido de avena pueden aumentar su estado de ánimo antes de salir por la puerta.
4. Visualización. Estos días se habla sobre nuestra salud física hasta la saciedad, pero a veces nuestra salud mental se pasa por alto. La mañana es el momento perfecto para pasar un rato tranquilo en el interior de su mente meditando o visualizar. Tome un momento para visualizar el día por delante, centrándose en los éxitos que tendrá. Aunque sólo sea un minuto de visualización y pensamiento positivo puede ayudar a mejorar su estado de ánimo y las perspectivas de su carga de trabajo para el día.
5. Haga su Día Top Heavy. Todos tenemos que un artículo en nuestra lista de tareas que tememos. Se cierne sobre ti todo el día (o semana) hasta que finalmente lo entiendan y lo hace después de muchas dilaciones. He aquí un consejo fácil de ahorrarse el estrés - no esa tarea menos deseable en su lista en primer lugar. En lugar de anticiparse a lo desagradable de que desde el primer café a través de su hora de almuerzo, sacarlo del camino. La mañana es el momento en que usted es (generalmente) más bien descansado y su nivel de energía es hacia arriba. Por lo tanto, es más bien equipado para manejar los proyectos más difíciles. Y lo veo de esta manera, su día se van haciendo progresivamente más fácil , y no al revés. En el momento de su jornada de trabajo está terminando, que está terminando con la más fácil de tareas pendientes y de cara a su tiempo libre más relajado. ¡Éxito!