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miércoles, 25 de junio de 2014

Los Pilares de La Buena Competidora

Los Pilares del buen competidor
Son muy parecidos a Los Pilares de La Felicidad
Que Tengo en un IMÁN
En la Nevera de Casa
Son los Pilares de La Felicidad de Bernabe Tierno
-Amor
-Empatia
-Autocontrol
-Tranquilidad
-Disfrutar
-Pasarlo bien

Tenemos 2 Mentes La Consciente y La Mente Inconsciente

La Mente Inconsciente
Es la causa de nuestras creencias
Es la causa de comportamientos Inconscientes y automáticos
Están hay como consecuencia de experiencias pasadas y de nuestra genética

Redes 114 Inteligencias Multiples a Inteligencia Personalizada.mov

Teoría tres inteligencias de Robert J. Sternberg

martes, 24 de junio de 2014

La Educación de las Emociones

Es esencial
Para mejorar tu manera de GESTIONAR las EMOCIONES
Y poner EL CORAZÓN en lo que haces.
Es una Teoría de Cambio y de MEJORA
La Forma de Ser
Y la Forma de Hacer de las Personas
Depende de como se Siente
Hay muchos Autores que han hablado de La Mejora EMOCIONAL
- GOLEMAN
- Caude Steiner

Los Niños y Jovenes han de buscar su Equilibrio y su mejora Emocional
Si desarrollas tu INTELIGENCIA EMOCIONAL

Vas a poner a trabajar tus Emociones a Favor de TUS LOGROS
A favor de tus objetivos

La Importancia del Reconocimiento
Cuidarte a ti mismo
La importancia de las caricias

Levántate con Animo
Sonriele a la vida
Sigue tu camino

Inteligencia Exitosa Robert Sterngbeg

Inteligencia exitosa[editar]

En este libro explica las 20 características comunes a las personas exitosas, con independencia del área a la que se dediquen. Estas son:
  1. Las personas con inteligencia exitosa se automotivan.
  2. Se concentran en sus objetivos.
  3. Tienen capacidad para aplazar la gratificación.
  4. Aprenden a controlar sus impulsos (lo que se relaciona con la autorregulación que plantea Goleman en cuanto a la inteligencia emocional).
  5. Saben cuándo perseverar.
  6. Saben cómo sacar el máximo partido de sus habilidades.
  7. Traducen el pensamiento en acción.
  8. Se orientan hacia el objetivo.
  9. Completan la tarea y llegan hasta el final.
  10. Tienen iniciativas.
  11. No tienen miedo de arriesgarse, ni de fracasar.
  12. No postergan.
  13. Aceptan la crítica justa.
  14. Rehúsan la autocompasión.
  15. Son independientes.
  16. Tratan de superar las dificultades personales.
  17. No hacen demasiadas cosas a la vez, ni demasiado pocas.
  18. Ven, al mismo tiempo el bosque y los árboles (dicho).
  19. Tienen nivel razonable de autoconfianza y creen en su capacidad para alcanzar sus objetivos.
  20. Equilibran el pensamiento analítico, creativo y práctico.
La inteligencia consiste en pensar bien de tres formas diferentes, de manera creativa, analítica y práctica. Las tres se encuentran muy relacionadas. La primera es necesaria para formular buenas cuestiones y buenas ideas. La segunda se utiliza para resolver los problemas y juzgar la calidad de las ideas. La tercera se aplica para usar las ideas de manera eficaz en la vida cotidiana. Es importante aprender a saber cuándo y cómo usar cada una de estas inteligencias de manera efectiva.
En una empresa, por ejemplo, la inteligencia analítica es importante para conocer el mercado del producto o el servicio; pero la creativa es, ante todo, la que permite generar nuevos productos para ponerlos a la venta. Cuando esto ocurre, ya se está generando el sucesor. La mayoría de las ocupaciones en el mundo empresarial son muy pragmáticas y se necesita generar ideas innovadoras constantemente.
La inteligencia exitosa tiene una serie de características tales como:
  1. Es modificable, se puede aumentar o disminuir, es susceptible de cambios.
  2. No es un problema de cantidad sino de equilibrio de cada uno de sus componentes.
  3. Se debe aprender a saber cuándo usar cada tipo: analítica, creativa o práctica.
  4. A menudo, quienes usan en exceso la analítica son menos efectivos en la vida que quienes la usan sólo en las situaciones que lo requieren.
  5. Las escuelas tienden a premiar habilidades que no son importantes después en la vida laboral. Alguien puede ser lento en las instituciones docentes y ser brillante fuera de ellas.
  6. La inteligencia es, en parte, heredada y, en parte de influencia ambiental.
  7. Las diferencias entre la inteligencia de las personas son, en su mayoría de origen social o ambiental.
  8. Un elemento importante de la inteligencia es la flexibilidad, hay que enfocar los problemas desde una variedad de puntos de vista, ver cómo otras personas y otras culturas abordan los problemas.
Las personas con inteligencia exitosa conocen sus virtudes y compensan o corrigen sus debilidades, pues nadie es bueno en todo. Ellas valoran el medio, en el que se encuentran, para saber si éste puede o no capitalizarlos para sacar el máximo partido a su talento.
Buscan los ambientes en el que no sólo puedan realizar su trabajo con efectividad, sino también introducir la diferencia. Crean sus propias oportunidades, antes de aceptar las limitaciones que le imponen las circunstancias en las que les toca vivir.
Para desarrollar la inteligencia exitosa, pueden existir obstáculos. Uno de ellos, son las expectativas negativas por parte de las figuras que enmarcan la autoridad, como los padres, los maestros y los administradores. Las expectativas pobres suelen llevar al individuo a que alcance sólo lo que se espera de él. Pero, las personas con inteligencia exitosa desafían las expectativas negativas. No permiten que la evaluación de otras personas les impida alcanzar sus objetivos. Encuentran su camino y luego lo siguen, conscientes de que encontrarán inconvenientes, a su paso, y que parte de su reto consiste en superarlos.
La inseguridad sobre la propia eficacia es otro impedimento. Las personas con inteligencia exitosa son autosuficientes, confían en sus posibilidades. Advierten, con claridad, que sus limitaciones están más en lo que se dicen a sí mismas que no pueden hacer, que en lo que realmente no pueden realizar.
Las personas con inteligencia exitosa tienen modelos por los cuales se guían para actuar. Los modelos son ejemplos de personas o arquetipos a imitar. Posiblemente, tengan varios modelos de personas que los inspiren a lo largo de su vida, y su propio éxito represente la unificación de los mejores atributos de esos diversos modelos. No son completamente fieles a un modelo, sino forman su propia identidad distintiva. Cuando las personas con inteligencia exitosa fracasan en algo, toman nota de la causa.

Actuar contra El FRACASO ESCOLAR José Antonio Marina

• Ante los datos de fracaso escolar de nuestro país (32%), debemos dejar atrás las quejas y pasar a la acción. En cinco años se podría mejorar drásticamente, y se puede hacer sin elevar el presupuesto.
• El aumento de prosperidad económica debe comportar, paralelamente, el aumento del nivel educativo. Si no sucede así (como pasó en España), se produce una burbuja que acaba estallando.
• En 2020, el 85% de los puestos de trabajo serán de alta cualificación. En un mundo globalizado, todos competirán por el trabajo. El capital irá a parar allí donde haya la gente muy formada.
• Tenemos que acabar con el discurso pesimista: los padres culpan a la escuela del fracaso; la escuela, a los padres; todo el mundo culpa a la televisión. Y los gobiernos lo único que hacen es cambiar la ley y que todo vuelva a empezar.
• Hay que movilizar a toda la sociedad porque todos educamos. Es la tribu entera la que educa.
El talento
• La riqueza de las regiones ya no se basa en el territorio, las materias primas o el capital sino en el talento colectivo e individual.
• El talento no es solo inteligencia. El talento depende de cómo se usa la inteligencia: enfrentarse a problemas, buscar información, la capacidad de generar soluciones, la virtud de la acción, la inteligencia resolutiva, la inteligencia práctica, la valentía de atreverse a poner en práctica la solución elegida. El conocimiento científico resuelve solo problemas teóricos. Los problemas prácticos se resuelven con la acción, buscando la solución y aplicándola.
• ¿Se puede generar el talento? Sí. Con educación. Antes de la educación, las personas solo tienen biología. Para conseguir talento hay que formar en inteligencia emocional y ejecutiva.
• Cuáles son las virtudes que debe desarrollar un niño para adquirir talento:
1. La virtud de la acción. Un niño pasivo, siempre en retirada, rutinario, bordeando la depresión no afrontará los problemas.
2. La resistencia. Un niño siempre tendrá problemas en la vida. Si formamos niños vulnerables, se nos romperán ante los problemas.
3. Optimismo. Porque permite movilizar energías que el pesimismo agota.
4. Sociabilidad. Porque entenderá mejor a las personas que lo rodean.
5. Seguridad. Los niños inseguros se esconden, tienen miedo.
Cómo se educa para el talento
• Tenemos que saber cómo funciona el cerebro de los niños y de los adolescentes. Es el momento de la epigenética (somos híbridos de biología y cultura). Ahora sabemos que los lóbulos frontales, que son como el director de orquesta del cerebro, establecen conexiones con la parte de las emociones. Sabemos que la mayoría de estas conexiones se producen entre los doce y los veinticuatro meses de los niños. Pero también sabemos que, si bien hay una primera época de aprendizaje muy importante hasta los tres años, en la adolescencia vuelve a rediseñarse el cerebro y se produce una segunda etapa también muy importante de aprendizaje. «El cerebro de un adolescente es como un coche muy potente en manos de una persona sin carné de conducir. Es decir, tiene muchas posibilidades, pero hace falta que aprenda a usarlas».
• Los currículos escolares de las distintas asignaturas tendrían que estar integrados. Las habilidades para enfrentarse con los problemas pueden generarse en todas las asignaturas. Por ejemplo, la evolución histórica se ha producido por una serie de problemas bien o mal resueltos. La resolución de problemas no es solo una cuestión de las matemáticas o la física.
Cómo es el talento que hay que enseñar
• Activo. «No huiré. Me enfrentaré con el problema».
• Emprendedor. Que tengan proyectos y los desarrollen. Hay que introducir los proyectos en todos los niveles educativos. Es una forma de fijar la atención de los niños. Se habla de un 15% de niños hiperactivos. La realidad es que solo un 4% tiene problemas neurológicos de hiperactividad. El resto simplemente no han aprendido a prestar atención.
• Motivación para aprender a lo largo de toda la vida. Hemos de tener cuidado para que aprender sea una buena experiencia para los niños. La tendencia es que hemos cambiado el deseo de los niños de aprender por el deseo de los estudiantes de sacar buenas notas.
• Capacidad de crear. Hay que oponerse a la rutina, la repetición y los sistemas automatizados. Los problemas son cambiantes. Hay que enseñar a encontrar soluciones. La creatividad también se puede enseñar.
• Capacidad de evaluar. Para distinguir lo que es valioso de lo que no lo es. Actualmente vivimos en un periodo de fuerte credulidad.
• Perseverancia y resistencia. Para enfrentarse al fracaso y aprender de los errores.
Quién tiene que enseñar el talento
• La escuela es la conciencia educativa de la sociedad y tiene la obligación de dar las líneas que hay que seguir. Pero necesita la colaboración de la familia. Hay que desarrollar una pedagogía conjunta.
Conclusiones
• Importancia de la educación durante toda la vida.
• Importancia de la colaboración entre la escuela y la familia.
• La escuela es la que tiene que marcar las pautas de cómo se logra el talento.
• La consecución del talento no es cara.
• Y entonces, si nos parece importante, ¿por qué no lo hacemos?
Y también (respuestas a las intervenciones)
• Los padres tienen distintas vías para enseñar: el ejemplo; el premio; la sanción (que bloquea conductas, pero no es eficiente para dirigir conductas); ayudar a romper creencias negativas (por ejemplo, cuando un niño piensa que no sirve para algo); suscitar los sentimientos de aprendizaje (todos los niños tienen derecho a experimentar el éxito. Si damos esta oportunidad al niño, querrá aprender para volver a hacerlo bien para volver a tener éxito y que se le reconozca); el razonamiento (tiene que ser la última línea que se siga, sobre todo con los adolescentes, que tienen una capacidad agotadora de razonamiento).
• Los sistemas educativos siempre han sido conservadores y han ido a remolque de la sociedad. Cada sociedad decidía qué había que transmitir a las próximas generaciones por medio de la educación. Ahora la cosa se complica porque la sociedad no sabe muy bien qué hay que transmitir: ¿hay que educar para la realidad actual? ¿Hay que educar para la realidad futura que se prevé? ¿Hay que educar para la realidad futura que debería ser? En este punto entran en juego las nuevas tecnologías, que son una posibilidad enorme y también un peligro, porque se generaliza la idea de que no hay que aprender y memorizar nada porque todo puede dárnoslo la tecnología. En realidad nos interesa gente que entre en internet y sepa mucho.

Marina Jose Antonio La Educación de los Talentos es Personalizada

Este ensayo de mi admirado filósofo José Antonio Marina no ha resultado ser lo que yo pensaba, en el sentido de que yo esperaba encontrar unas pautas para estimular el desarrollo de unas habilidades concretas y ya innatas en las personas (pintar, hacer música, bailar, enseñar, actuar…). Sin embargo he descubierto que en el libro se habla del talento desde un punto de vista más amplio, más general. Se habla de talento como un conjunto de recursos básicos que todos poseemos y que es posible y necesario desarrollar  para así podernos enfrentar más eficazmente a la tarea de vivir, o de vivir mejor. Talento como capacidad de gestionar bien y explotar adecuadamente la inteligencia humana.

El autor nos va exponiendo a lo largo de las páginas su teoría de la inteligencia, cómo funciona ésta, los distintos tipos que existen, así nos explica qué es la inteligencia generadora de ideas, pensamientos, deseos, sentimientos, etc., o la inteligencia ejecutiva, necesaria para llevar a la práctica el potencial que nuestro cerebro produce; también analiza el papel tan importante que desarrolla la voluntad y la capacidad de evaluación.

La educación del talento es un ensayo filosófico en defensa de la educación a nivel individual y a nivel social. Es necesario lograr entre todos (la sociedad entera es responsable y beneficiaria a partes iguales) un entorno educativo adecuado a los intereses de la comunidad. Concretamente un centro educativo o una familia son escenarios idóneos en los que hay que actuar para que ellos actúen a su vez en nuestros hijos y por consiguiente, en nuestro entorno social.

De todos depende el fomentar en nuestros niños y jóvenes el desarrollo paulatino del talento como capacidad de resolver problemas, de dar respuestas adecuadas, de generar habilidades de forma creativa, de gestionar bien el comportamiento y de alcanzar el mayor grado posible de libertad y de espíritu crítico para afrontar con éxito la vida.

José Antonio Marina se explica con claridad en estas reflexiones suyas extraídas del libro:

. La inteligencia depende a partes iguales de la herencia y de la educación

. Los tres grandes recursos educativos de los padres son la ternura, la exigencia y la comunicación

. Los humanos mejoramos si interactuamos con los mejores y empeoramos si lo hacemos con los peores (es una versión del dicho popular: dime con quién andas y te diré quién eres, que tanto preocupa a los padres de adolescentes) Aprendamos de los sabios y para eso hay una herramienta muy eficaz, la lectura.

. El deseo de conocer, de explorar es una constante en los seres humanos

. Un pobre control de impulsos en la infancia es también un predictor muy fiable de la delincuencia posterior

. El niño debe sentir la frustración para crecer

. Felicidad es la armoniosa satisfacción de nuestras tres grandes necesidades: el bienestar, la vinculación social, la ampliación de posibilidades

. Todos estamos construyendo una catedral, colaborando en el grandioso proyecto de mantener la humanidad de nuestra especie, de garantizar el futuro, de edificar un mundo habitable, y eso libra a nuestras acciones diarias de la insignificancia y el sinsentido. Con la pequeñez de nuestras acciones estamos creando un mundo, haciendo realidad una utopía.

La Educación del Talento de los Talentos de José Antonio Marina



Cuando hablamos con preocupación de la situación de la educación, solemos centrarnos en la enseñanza reglada, olvidando otros elementos al menos tan relevantes. Todos coincidimos en que la familia es otra pieza clave de la educación; difícil es la tarea de un profesor si no cuenta con el respaldo y apoyo de los padres del alumno.

Pero con más frecuencia olvidamos otros dos factores que condicionan igualmente la educación de nuestros hijos (en general, la educación como habilidad para aprender y desarrollar nuestras potencialidades, sea cual sea nuestra edad), como son la cultura y la sociedad.

La cultura como conjunto de conocimientos, actitudes y talentos fruto de un largo proceso de decantación que refleja nuestro modo de entender la vida y nos inserta en un cuadro completo y coherente (lo que no impide cierto grado de adaptación y flexibilidad) que facilita la comprensión de nuestro entorno, nuestra posición en la vida y nuestra relación con los otros.

Hay culturas que favorecen la iniciativa individual, la asunción de riesgos y sus consiguientes responsabilidades, que no penalizan el fracaso pero premian el éxito. En el lado opuesto, hay culturas en las que la acción colectiva prima sobre la individual, en las que la estabilidad es un valor y desconfían de cualquier modo de diferenciación que rompa la homogeneidad social. Culturas que favorecen o toleran la violencia y culturas que la limitan, culturas que fomentan el respeto por el otro o culturas que elevan barreras.

Dependiendo de la cultura en la que nos desenvolvamos, nuestra vida potenciará unas habilidades en detrimento de otras. Queda margen para la decisión y el carácter individual, por supuesto, pero en términos generales, el condicionante cultural será un elemento muy relevante.

El otro factor apuntado que afecta directamente a nuestra capacidad de aprendizaje y al modo en que lo hacemos es el entorno social en el que nos desarrollamos. Éste es un elemento más inmediato y cambiante que la cultura, y quizá por ello, igual o más influyente. Una sociedad que prime el éxito rápido generará unos alumnos diferentes a otra sociedad en la que el aplazamiento de la recompensa suponga un estímulo, no un freno, a nuestros esfuerzos. Una sociedad que no valore la formación y la educación, que convierta en referencia para sus jóvenes modelos de conducta que hacen gala de su escasa preparación, está favoreciendo que sus próximas generaciones repliquen dicho modelo.

Todo el trabajo de profesores y padres suele quedar en nada cuando se enfrenta a las opiniones de los compañeros de pupitre o a los estereotipos que divulgan la publicidad o las series de moda. Cuando estos valores son asumidos por la sociedad en su conjunto, o cuando no se ofrece un marco alternativo coherente y atractivo, poco o nada se puede hacer.

En conclusión, sobre los pobres y sufridos alumnos se ciernen fuerzas con fines y objetivos dispares. El sistema institucionalizado de enseñanza (con sus vaivenes políticos), la familia, la cultura y la sociedad, todo ello luchando por educar a nuestros hijos para un entorno igualmente complejo y con todas las incertidumbres sobre el futuro que podamos imaginar. Porque, ¿qué tipo de educación requieren nuestros hijos para los desafíos del año 2025? ¿Podemos siquiera anticipar cuáles serán?

Ante este panorama, José Antonio Marina decidió hace varios años fundar la Universidad de Padrescon el fin de orientar y formar a padres (también a docentes) en las habilidades y técnicas que mejor puedan ayudar a hijos y alumnos para los retos del mañana fomentando los talentos que todos tenemos desde una perspectiva global, no sólo de conocimientos. Las aspiración por tanto no es el éxito escolar sino el éxito vital.

domingo, 15 de junio de 2014

El Amor Conyugal medio para alcanzar la Felicidad

Enrique Rojas, catedrático en Psiquiatría y Psicología Médica, presentó ayer su libro 'No te rindas' en una nueva edición de las Tardes de Tertulia del Club de Amigos de Intereconomía. En este encuentro, el catedrático en Psiquiatría y Psicología Médica dio las recetas para ser feliz en la vida.
El doctor puso por encima de cualquier otra cosa el amor, especialmente el conyugal, como medio para alcanzar la felicidad. "El amor es el primer argumento de la vida. Para no rendirse, es necesario vivir un amor fuerte y sólido". Aconsejó a los socios y amigos de Intereconomía trabajar cada día el amor. "El amor es un trabajo. Hay que cuidar los pequeños detalles. Se pierde si no cuida", subrayó Enrique Rojas.
También animó a "mantener la admiración por la otra persona" y buscar "una buena relación entre proximidad y distancia: ni demasiado lejos ni demasiado cerca". Enfatizó la importancia de poseer "capacidad para perdonar". No en vano, Enrique Rojas alertó de que "la primera epidemia mundial son las rupturas matrimoniales". 
Además del amor, el doctor explicó en la décima edición de las Tardes de Tertulia de Intereconomía que para ser feliz es necesario recibir una educación sustentada en el orden, la constancia y la voluntad; tener amor por el trabajo bien hecho; cultivar la cultura; y fomentar la amistad, basada en la afinidad, donación y confidencia. 
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La Importancia de SER frente a TENER

Ha llovido mucho desde que Erich Fromm publicó Ser o tener, un ensayo profundo y riguroso donde reivindicaba la cultura del ser frente a la cultura del tener. El pensador humanista, heredero del mejor Freud y del mejor Marx, criticaba, con ahínco, la sociedad de consumo, idólatra del tener. No fue el único. Los filósofos de la Escuela de Frankfurt, Theodor Adorno y Max Horkheimer, también criticaron, con convicción, una sociedad donde la razón instrumental lo regula todo y donde se valora a una persona, a una institución o a un país entero por su productividad o por su rentabilidad.
Luego, ya en la primera década del siglo XXI, Gilles Lipovetsky desarma intelectualmente la sociedad del hiperconsumo, donde todo se convierte en objeto de consumo, se consume mucho más de lo que se precisa y donde se vincula estrechamente la felicidad con la capacidad de poseer, de acumular, de gozar de bienes materiales. Una felicidad que califica de paradójica porque sólo quienes tienen capacidad para consumir pueden gozar, provisionalmente, de tal Estado de bienestar, pero que causa más dependencia y más sed, en lugar de liberar. Es evidente que el ser humano, para poder desarrollarse dignamente, necesita consumir objetos, pero no está hecho para consumir. Más allá del Homo consumens está el Homo sapiens, el Homo ludens, el Homo contemplans. Estamos hechos para amar, para pensar, para gozar, para una pluralidad de actividades que trascienden el poseer.
El singular filósofo coreano afincado en Berlín Byung-Chul Han, una estrella emergente en el panorama germano, también se ha pronunciado críticamente respecto de una sociedad, la nuestra, fundada en el valor del rendimiento y en el binomio explotación-consumo, donde vale más el que más produce, el que más consume, el que más tiene, porque el destino final de esta mentalidad es la fatiga, la sociedad del cansancio, el hastío existencial.
Frente a la cultura del tener que provoca exclusión, discriminación y resentimiento, es fundamental reivindicar la cultura del ser. Desde esta concepción, lo que hace valiosa a una persona no es su capacidad de producir o de consumir, su poder adquisitivo; es su ser, su naturaleza, el carácter único e irreductible de su existencia, o, como repite el filósofo danés, Søren Kierkegaard, su unicidad. La cultura del ser subraya la necesidad de desarrollar el talento oculto de cada persona, activar sus posibilidades latentes para que pueda dar lo mejor de sí misma a la sociedad. Esta tesis tiene su eco en la práctica educativa, pues su objetivo no radica en preparar niños para ser consumidores, sino para ser personas plenamente libres y responsables, capaces de aportar lo mejor de sí mismas a la sociedad y de no renunciar jamás a su unicidad.
Desde la cultura del ser, el fundamento de la felicidad no radica en el consumir; radica en la donación de sí. Este movimiento, paradójicamente, colma a la persona, porque a través de ella experimenta que su existencia no es estéril, que aporta valor a la sociedad.
En la segunda década del siglo XXI emerge un nuevo paradigma, una nueva mentalidad que reacciona críticamente frente a esta cultura del tener que sólo causa frustración y devastación ecológica. Desde este paradigma, se subraya el valor del ser, el cultivo de cada ser humano, de su exterioridad y de su interioridad, de sus cualidades corporales, pero también de sus facultades internas, de la imaginación, la memoria, la voluntad y la inteligencia. En las sociedades más desarrolladas emerge esta sensibilidad posmaterialista, hastiada del hiperconsumo y de la hiperproducción, que atiende a valores personales eclipsados durante décadas, que vela por forjar relaciones humanas de calidad y que cuida el patrimonio cultural, artístico y natural.
La crisis económica que sufrimos ha activado el interés por el tener, pues la lucha por los bienes básicos para subsistir se ha convertido en la preocupación cotidiana de muchos ciudadanos. Es lógico. No puede ser de otro modo. Aun así, es preciso recordar que la cultura del tener no colma las aspiraciones más hondas del ser humano. Garantiza, a lo sumo, el bienestar material, lo cual no es irrelevante en los tiempos que corren, pero desde la cultura del tener no se atisba, ni lejanamente, la felicidad, pues esta sólo se percibe cuando uno puede ser lo que está llamado a ser, cuando puede dar a los otros lo que hay latente en su naturaleza. Esto exige un profundo cambio de orientación en los modos de pensar y de obrar, una revolución silente, pero tenaz, que relativice lo material y lo sitúe en su justo lugar, para subrayar el valor de lo intangible. Desde la cultura del ser, el capital espiritual más relevante de una sociedad son sus ciudadanos, su potencial y su capacidad para innovar, para crear y para transformar lo real.


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miércoles, 11 de junio de 2014

Reconocer las necesidades de nuestros hijos para que puedan avanzar

1.-Reconocer las necesidades de tus Hijos
  -estabilidad
  -animo
  -dulzura
  -orientación
  -muestras de estima
  -contenerlo
  -apoyarlo
2.-Crear conexiones saludables
3.-Darle vitaminas emocionales
4.-Potenciar sus competencias
5.-Ayudar al desarrollo
6.-Ayudar en autonomía
7.-Estructura
8.-Estabilidad
9.-Establecer Limites
10.-Esfuerzo
11.-Ilusión
12.-Paciencia
13.-Intensidad
14.-Mejor Actitud
 -Animo
 -Fuerza
 -Ganas
15.-Aceptación


domingo, 8 de junio de 2014

Convertirte transformarte en una mejor Persona

patri
¿Cansado del trepa, del que espera que tropieces para hacerse con tu puesto, del que sabes que te pone buena cara y al girarte te está poniendo verde, del que solo piensa en él mismo y carece de empatía? Esto es la selva. La experiencia nos dice que hay deshonestos, desleales, corruptos, imbéciles, desagradecidos, oportunistas, imitadores y un sinfín de especímenes que a veces no sabes ni cómo clasificar.
Pero tú no eres así, por eso estás leyendo este artículo. Tiendes a replantearte tu forma de ser y actuar porque cada vez que te comportas conforme a tu escala de valores y eres benevolente, alguna de esas fieras te hace dudar.
Mucha gente te dirá: "Tú es que eres tonto, de bueno eres tonto de remate, así no llegarás a ningún sitio porque siempre habrá uno que te quiera hacer daño. Espabila que este mundo es para los listos".
Pues queridos, yo me he llevado en la vida una hostia detrás de otra, y las que me quedan por enchufarme. Pero me niego a sucumbir al poder de los insensibles, a los que practican la crítica despiadada porque es la única herramienta que tienen para hacerse valer. No serían nada si no desacreditaran a quien bienintenta ganarse la vida. Son unos amargados, que necesitan contagiar su ira y avinagramiento al resto de la humanidad. Porque cuando los demás comparten y son generosos, la rabia les mata por dentro. Y si pudieran, desaparecerían del mapa y se desintegrarían con tal de perderse tu victoria.
¡No desistas! Ni se te ocurra, no te cambies de bando. ¿Y sabes por qué? Porque hay cambios que en lugar de enriquecerte, te empobrecen y te convierten en tan mediocre como los buitres. Lo bueno de ser bueno, es que en algún momento tiene su recompensa, y el que es como tú, te descubre, se pega a ti y generas sinergias. Yo he conocido a gente maravillosa, con ganas de compartir, de sumar, de ofrecerse. Y solo por esto, vale la pena cualquiera de las puñaladas recibidas.
Si buscas que tus actos tengan un efecto bidireccional, igual equivocas el objetivo. Aquí no se trata de recibir, sino de comportarte de forma honesta y coherente con tu escala de valores. Nada más. No busques recoger, solo sembrar. Tarde o temprano, algo vuelve a ti. Porque la buena gente se siente cómoda con los de su misma escala de valores y poco a poco os iréis encontrando. Es cuestión de selección de personal.
1. Agradece a quien te ayuda y agradece el trabajo que te dan. Los valores, las fortalezas, la bondad de las personas se mantiene porque alguien, en algún momento, lo valora. Si actúas pensando que te lo mereces todo, en poco tiempo te encontrarás solo.
2. Ofrécete. No esperes que la gente te pida ayuda. Si ves que puedes echar una mano, si ves que tu consejo o experiencia puede servir a alguien, ¿a qué esperas? Las personas, aunque no juguemos a fútbol o baloncesto, también podemos trabajar en equipo.
3. Presta lo tuyo y deja que te copien. Nadie quiere copiar algo malo. Lo honesto sería que te citaran si utilizan tu trabajo, tus contenidos, metodología o tus ideas.
4. Espera cosas buenas de los demás. Cuando esperas cosas buenas, las encuentras. Tu cerebro está más pendiente de quien te ayuda que de quien te falla. Hay de todo en este mundo. Trata de prestar atención a quien suma contigo.
5. Ignora la crítica sin fundamento. Solo trata de destrozarte. Ni siquiera la analices. Analiza la crítica de quien bien te quiera. Cuando las personas no saben cómo crecer por sí mismas, necesitan destruir a los que tienen alrededor para sentirse ellos más valiosos.
6. No entres al trapo. Habrá mucha gente que quiera despiezar tu trabajo y tus buenas intenciones. "Cartucho, cartucho que no te escucho".
7. Sonríe, es gratis.
8. Deja la conveniencia en tu casa. Puedes hacer cosas por los demás sin que haya un intercambio. Si lo hay, mejor. Pero no es el objetivo principal.
9. No critiques ni descargues tu rabia sobre los demás. Si te superan, valóralos y trata tú de crecer y superarte. Pero no te los cargues, joder, que así no se funciona. Las personas criticonas pierden toda la credibilidad.
10. No permitas que critiquen a otros delante de ti. Pregúntales algo así como: "¿Estás seguro que la persona de la que estás hablando desearía que me contaras lo que estás diciendo sobre ella?"
11. Si en algún momento sientes envidia, no sufras. Acepta esa emoción y transfórmala pensando algo como "es normal anhelar lo que deseo cuando otros lo obtienen. Voy a tratar de aprender cómo lo hicieron y trabajar en ellos para conseguirlo".
12. Contra los ataques verbales, ignora. No hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Los mediocres no pueden ser tu caballo de batalla. Hay batallas que debes elegir no tener. Sencillamente, ni valen la pena ni conseguirás tu objetivo.
13. Guardar un as en la manga es una función de magia, pero no de la buena gente. Sé prudente con lo que compartes, pero comparte.
Que no te dé pena perder a la gente que no vale la pena. Mantener este tipo de relaciones por no estar solo o porque te conviene es más tóxico que estar solo. Y siéntete increíblemente bien por no ser una persona mediocre. Olé ahí.

Las Personas Difíciles y Toxicas

Están ahí
Y no vamos a poder evitarlo
Ni tampoco cambiarlos.
Sí podemos reconocerlos para que no nos joroben la vida

Seguro que usted se ha visto alguna vez en esa situación en la que después de mantener una conversación con un amigo se ha sentido desolado, ha contemplado el mundo con más tristeza y menos entusiasmo que antes de empezar la conversación, o ha pensado: “Madre mía, a este amigo no le pasa nada bueno, siempre tiene una queja”. Y en situaciones extremas, ha escuchado el teléfono, ha visto el nombre de la llamada entrante y ha dejado de atenderlo porque sabe que esa persona, de alguna manera, le va a complicar la vida: le va a contar un nuevo problema o seguirá hablando de su monotema, por lo general con temática “desgracia”. La pregunta que uno se plantea siempre después de pasar un rato con las personas víricas es: “¿Y yo qué necesidad tengo de estar oyendo esto?”.
¿Quiénes son las personas víricas? Aquellas que llegan y le contagian de mal humor, de tristeza, de miedo, de envidia o cualquier otro tipo de emoción negativa que hasta ese momento no se había manifestado en su cuerpo. Es igual que un virus: llega, se expande, le hace sentir mal y cuando se aleja, poco a poco, usted recobra su estado natural y, con suerte, lo olvida.
El origen de la persona vírica puede ser variado: el mal genio, la envidia, la falta de consideración, el egoísmo, la estupidez o la falta de tacto. Lo importante es verse con recursos suficientes para protegerse del contagio. El mundo está lleno de personas víricas de diferentes tipologías, unas menos dañinas y otras malévolas que dejan memoria y cicatriz.
Víricos pasivos. En esta categoría incluyo a los victimistas, los que echan la culpa de todo su mal a los que tienen alrededor, nunca son responsables de lo malo que les ocurre porque son los demás o las circunstancias los que provocan su malestar. Si les escucha y a usted le va bien, llegará a sentirse mala persona por disfrutar de lo que los victimistas no tienen. Y no porque no tengan posibilidad de hacerlo, sino porque han aprendido a obtener la atención a través de la queja y eso es cómodo. Se sienten maltratados por la vida y abandonados de la suerte. Por supuesto, le hacen sentir mal a quien no les presta la atención de la que se creen merecedores. Con estas personas sufrirá el contagio del virus tristeza, frustración y apatía.

“Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien” (Víctor Hugo)
Víricos caraduras. Son los que siempre le pedirán favores, pero a la vez no son capaces de estar atentos a sus necesidades. No mantienen relaciones bidireccionales en las que entreguen tanto como reciben. Tiran de otros sin preguntarles si están bien, si necesitan ayuda, si les viene bien prestársela en ese momento. Son egoístas y egocéntricos, y en el momento en el que se deja de satisfacer sus necesidades comienza la crítica y el chantaje emocional. Con estas personas sufrirá el contagio del virus “siento que abusan de mí”, aprovechamiento y resignación.
Víricos criticones. Viven de vivir la vida de otros porque no les vale con la suya. Su vida es demasiado gris, aburrida o frustrante como para hablar de ella, así que destrozan todo lo que les rodea. No espere palabras de reconocimiento hacia los demás ni que hablen de forma positiva de nadie, porque el que a los demás les vaya bien, les potencia su frustración como personas. No saben competir si no es destruyendo al otro. Arrasan como Atila. Con estas personas sufrirá el contagio del virus desesperanza, vergüenza, incluso culpa si participa en la crítica. Y la culpa luego arrastra al virus del remordimiento.

Compañías peligrosas


ILUSTRACIÓN: JOSÉ LUIS ÁGREDA
Frase
– “Se puede confiar en las malas personas, no cambian jamás”, de William Faulkner, narrador y poeta estadounidense, premio Nobel de literatura en 1949.
Canción
– ‘Las malas compañías’, de Joan Manuel Serrat.
Película
– ‘Las amistades peligrosas’, con Glenn Close, John Malkovich,
Michelle Pfeiffer, Keanu Reeves y UmaThurman.
Víricos con mala idea. Manténgalos bien lejos. Están resentidos con la vida, ya sea porque no han sido capaces de gestionar la suya o porque la suerte no les ha acompañado. Anticipan que las personas son interesadas y no esperan nada bueno de ellas. Todo lo interpretan de forma negativa, a todo el mundo le ven una mala intención. Viven en un constante ataque de ira, como si el mundo les debiera algo. No soportan que otros tengan éxito, esfuerzo y fuerza de voluntad, porque estas actitudes de superación les ningunean todavía más. Con estas personas sufrirá el contagio del virus indefensión, inseguridad, impotencia y ansiedad.
Víricos psicópatas. Para los que no lo sepan, no hace falta ser asesino en serie para ser un psicópata. El psicópata es aquel que inflige dolor a los demás sin sentir la menor culpabilidad, remordimiento y sin pasarlo mal. De estos hay muchos de guante blanco. Son los que humillan, faltan al respeto a propósito, pegan, amenazan y provocan que se sienta ridículo, menospreciado, y se cargan la autoestima. Ante ellos, salga corriendo, porque el que lo hace una vez, repite. Si le permite que le maltrate, usted terminará pensando que ese es el trato que merece. Con estas personas sufrirá el contagio del virus miedo y odio. Muy difícil de erradicar, perdura durante mucho tiempo en su memoria.
Mecanismos de defensa. Para evitar el contagio de los víricos victimistas, lo primero que hay que hacer es pararles. Decirles que estará para ayudarles a tomar decisiones y solucionar problemas, pero no para ser el pañuelo en el que ahogan sus penas sin implicarse. Estas personas se acostumbran a llamar la atención con sus desgracias, pero son incapaces de responsabilizarse y actuar porque optan por el camino fácil: llorar.
Dígale que estará encantado de ayudarle siempre y cuando se movilice. Y si no lo hace, decida alejarse de alguien que ha tomado la decisión de ser un parásito toda la vida. No lo está abandonando, le está dando aliento para que actúe. Si decide no tomar las riendas de su vida, ser su paño de lágrimas, tampoco será una ayuda. Se gasta la misma energía quejándose que buscando soluciones. La primera opción consume y resta, y la segunda suma.

“La tristeza del alma puede matarte
mucho más rápido
que una bacteria”
(John. E. Steinbeck)
Ante el virus de pedir, el antivirus de decir no. Si usted no hace prevalecer sus necesidades y prioridades, ellos tampoco lo harán. Una cosa es ser solidario y otra muy distinta estar a disposición de todos y no estar nunca para uno mismo.
No permita que la persona vírica criticona haga juicios de otras personas que no estén presentes. Si lo hace con otros, también lo hará cuando usted no esté presente. No entre en su juego ni se identifique con esa conducta. Dígale que no le gusta hablar de personas que no están presentes. Y si se trata de rumores, dígale que no tiene la certeza de que el rumor sea cierto. Los rumores, la mayoría de las veces, son infundados, falsos o exagerados. Se propagan como el viento, y a pesar de que luego se compruebe que son falsos, el daño ya está hecho. Actúe como le gustaría que lo hicieran, con respeto, discreción y veracidad. Es más importante ser ético que evitar un conflicto con un criticón.
Y por último, no permita que nadie le falte al respeto y mucho menos le maltrate ni psicológica ni físicamente. Como personas, todos merecemos un trato digno. Hágase valer. Pida ayuda, póngase en su sitio, no consienta una segunda oportunidad a quien le ha hecho daño. El que le daña no le quiere; olvídese de justificarle por su pasado, su carácter, su educación, el alcohol o sus problemas. Nada, absolutamente nada, autoriza la falta de respeto y el maltrato físico y psicológico. Y esto es válido en el ámbito familiar, laboral y entre los amigos.
Rodéese de personas de bien, que le quieran y que se lo demuestren, que le hagan feliz, con las que salga con las pilas recargadas. Tenemos la obligación de ser felices y disfrutar. Hay mucha gente dispuesta a ello. No las deje escapar. Las personas estamos para ayudarnos, somos un equipo.

sábado, 7 de junio de 2014

El profesor emocionalmente competente, de Juan Vaello Orts, editorial Graó.

El profesor emocionalmente competente, de Juan Vaello Orts, editorial Graó.
Leer a Juan Vaello Orts es comenzar a comprender con más claridad la importancia de las habilidades socioemocionales en el entorno educativo.
Este libro es un espejo perfecto de quienes habitan los centros educativos y una invitación a la reflexión del entramado de relaciones, de la que saldrás con una visión más sabia y buenas estrategias.
Escuchar a Juan Vaello Orts es el contagio irremediable de una actitud docente proactiva, en la que los problemas se afrontan con futuro y con la convicción de encontrar soluciones.
Para quienes consideran que además de la función académica en la enseñanza también hay una ineludible función educativa, en la que se desencadenan relaciones interpersonales llenas de emociones que matizarán enormemente los aprendizajes, todo lo que transmite Juan Vaello nos hará mejores.
Las competencias y habilidades sociales y emocionales se entrenan.
Hay personas que dominan estas habilidades de manera espontánea o intuitiva, pero en general, hay que aprenderlas y practicarlas. Y esto es bastante novedoso.
Esta formación, tan poco trabajada en entornos educativos, conlleva una gran dosis de reflexión y de práctica que conduce al aumento de la satisfacción personal, a la prevención de problemas, la resolución de conflictos, a la mejor adaptación al contexto y  al acceso de logros. Y en especial, a una actitud activa que desea y promueve cambios positivos cuando son necesarios.
Este curso hemos tenido la oportunidad de compartir con Juan Vaello dos días de formación llenos de claridad, realidad, buenas ideas, pequeños retos, consejos acertados y análisis de situaciones educativas realizadas con tal coherencia, que no nos faltan ganas de hacer de nuestra vida profesional un reto positivo.  Y que te pase esto, es una maravilla.
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Recomendamos sus libros para la biblioteca de profes y sin duda, sus encuentros.
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Este es el último libro que ha publicado:
  • Si quieres acercarte ahora un poco a sus ideas, puedes leer la entrevista en la revista Clave XXI desde aquí.
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