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viernes, 15 de febrero de 2013

La Manera de Motivar a los Estudiantes


Claves para motivar a los estudiantes en clase

La motivación es fundamental para favorecer el aprendizaje de los alumnos. Con unas sencillas pautas, el profesor puede potenciarla. Introducir actividades lúdicas en el aula, pero formativas; vincular el contenido temático a los intereses del alumno o hechos tan sencillos como saberse su nombre son algunas de ellas.

EVA SERENO - REDACCIÓN APRENDEMAS - 20/12/2012
Mejora del rendimiento
Estar motivado y mantener esa motivación no siempre es fácil en el caso de los estudiantes ante las dificultades que pueden tener para abordar algunas materias o el desánimo por no obtener los resultados que se deseaban y en los que puede que las expectativas fijadas fuesen demasiado elevadas. Sin embargo, la motivación puede trabajarse. Pero es labor de todos: profesores, tutores o padres deben preocuparse de hacerlo. Con unas pautas a seguir puede ser más fácil. [Ver cursos de Motivación]

Desde Edudemic.com ofrecen varias vías para impulsar esa motivación. De utilidad es definir los objetivos para que los estudiantes sepan lo que se espera de ellos. De esta manera, es conveniente que se especifiquen los objetivos de forma clara, así como las reglas y las expectativas para que no haya confusión y puedan trabajar motivados conforme a esos parámetros.

Además, según se recoge en esta página de información educativa relacionada con las nuevas tecnologías, una buena manera de motivar a los alumnos es que éstos tengan opciones y el control sobre lo que sucede en el aula. Por ejemplo, se les puede dar a elegir el tipo de tarea que quieren realizar o los problemas sobre los que se va a trabajar en clase.

Fundamental también es que no se produzcan amenazas y que el ambiente en clase sea seguro y se apoye a los estudiantes para que tengan más fe en sus habilidades. Tampoco hay que olvidarse de que, de vez en cuando, es conveniente cambiar el entorno. Es decir, que no siempre hay que dar la clase en el pupitre para evitar que los estudiantes se aburran. Es mejor optar por hacer excursiones, ir a la biblioteca… u otras acciones en la medida que se pueda.

Importante igualmente es dar experiencias variadas, que pueden variar en función del alumno porque no todos van a responder a ellas de la misma manera. En este sentido, leer libros, mostrar experiencias prácticas, trabajar en grupo… son herramientas que permiten trabajar en esta dirección.

Las acciones divertidas deben formar parte inexcusablemente de la educación de los estudiantes. Por ejemplo, se pueden introducir juegos para aprender en clase para que los alumnos vean que la escuela es un centro para divertirse y no sólo para hacer tareas.

Interesante es utilizar la competencia en el aula, pero de forma positiva para que contribuya a la motivación y los estudiantes trabajen para sobresalir por encima del resto. Pero esto siempre debe hacerse con un espíritu amistoso.

Positivo es ofrecer algunas recompensas que puedan gustar al estudiante y que sean sencillas como una fiesta de pizzas o ver películas. No hay que olvidarse de que a todo el mundo le gusta que le den premios y que se reconozca su labor y esfuerzo. Los alumnos no son una excepción. En este sentido, también se puede recurrir a alabar ese trabajo de forma pública con elogios y compartiendo ese trabajo ejemplar con el resto.

Otra opción para trabajar la motivación es que los alumnos tengan una responsabilidad dándoles puestos de trabajo en el aula, que deben ser vistos como un privilegio y no como una carga para que permitan que se esfuerce más. Estos puestos pueden rotarse para que todos se sientan igualmente importantes y valorados.

Y otra manera es que los estudiantes trabajen juntos en grupos porque es una forma divertida a través de la que podrán resolver problemas, hacer experimentos…, pudiendo además motivarse unos a otros. Pero los grupos deben ser equilibrados para que unos estudiantes no hagan más trabajo que otros o se sientan en condiciones de inferioridad por tener menos conocimientos.

Una técnica indicada es el fomento de la autorreflexión para que los estudiantes puedan saber qué es lo que necesitan para llegar a su objetivo o meta y tener el éxito que desean. Una forma para ello es que se analicen y determinen sus fortalezas y debilidades. Una crítica que contribuye a aumentar la motivación de forma más efectiva que si estos comentarios los refleja un profesor.

Y vital es que los adultos compartan su entusiasmo para llegar a los estudiantes. Si el profesor muestra su emoción sobre la enseñanza, los alumnos van a estar más motivados para aprender. Asimismo es clave ayudar a los estudiantes a encontrar una motivación intrínseca, es decir, que puedan generar su propia motivación. En esta línea, es preciso que se les apoye para que sepan encontrar las razones personales para trabajar.

Fundamental es que se gestione la ansiedad del estudiante para que no sea un handicap para realizar bien el trabajo y se aprenda adecuadamente, así como no establecer metas que sean inalcanzables. Cabe señalar que las metas pueden ser altas para que el estudiante se sienta desafiado, pero deben ser realistas y estar dentro de sus posibilidades para que tenga un efecto positivo sobre la motivación. También que hay que facilitarles oportunidades para el éxito con el fin de que no se frustren ni se desmotiven y puedan sentir sus fortalezas y que vean que se les valora.

Otras posibles maneras es dar retroalimentación y oportunidades para que los estudiantes no sientan frustrados. En este caso es importante que los profesores expliquen a los alumnos lo que se ha hecho mal y cómo se puede mejorar para la próxima vez. Y, por supuesto, hacer un seguimiento del alumno, sobre todo, en los temas que son para ellos más complicados o difíciles para apoyarles y enseñarles para que mejoren progresivamente a lo largo del curso.

Pero nada de estas pautas serán de utilidad si no se conoce bien a los estudiantes con sencillos hechos como saberse sus nombres de memoria o mostrar interés por ellos. Unos aspectos que contribuyen a aumentar su motivación en la que igualmente para incrementarla hay que aprovechar los intereses del alumno para relacionar con ellos el material de clase, lo que aumentar su atención e interés por la materia.

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