«Los padres somos los sparring de nuestros hijos adolescentes»
En educación siempre es el momento perfecto para hacer lo que no hicimos antes, dice Fernando Alberca, autor de «Adolescentes, manual de uso»
Día 23/09/2012 - 16.53h
Entrevista a Fernando Alberca
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De la adolescencia se dice que es una etapa de crisis, una desgracia o, incluso, una enfermedad transitoria. Una visión desalentadora que quiere desterrar Fernando Alberca, autor del best seller ‘Todos los niños quieren ser Einstein’, en el que aboga por el afecto y la motivación para formar genios desde la infancia, dos pilares en los que también se basa su última obra, ‘Adolescentes, manual de instrucciones’.
Pero, ¿cuándo comienza la temida adolescencia? El pistoletazo de salida no lo da la regla o la primera eyaculación, como ocurría antaño. La extensión que tiene en la actualidad esta etapa, que se inicia sobre los nueve o diez años, ya no es tanto una cuestión biológica como emocional, y puede dilatarse hasta los 35 años, cuando algunas personas siguen manifestando inseguridad, necesidad de reconocimiento y no aceptan sus propios defectos.
Alberca sostiene que es una etapa fascinante y desatendida, en la que el joven, que ni es adulto ni es niño, “no siente que sea otro y cuando observa sus cambios y la responsabilidad que estos le empiezan a exigir, es como si se asomara a un precipicio, y entonces lo que menos necesita son unos padres que exageren los cambios y le empujen al abismo”, asevera. A este respecto, el escritor cordobés aclara que si alguien se rebela en el fondo lo que está diciendo es que se siente inseguro. “Los progenitores –añade- somos como unos sparring en el ensayo de la vida”.
El principal error de los padres es tratarles como niños en ciertas ocasiones y reprocharles actuaciones infantiles en otras. Esta actitud no hace más que acrecentar la confusión que sufren tanto hijos como progenitores. “Muchas veces se desesperan porque se preguntan dónde está el pequeño cariñoso que daba besos y era dócil. En ese niño es en el que debemos apoyarnos para hacerle madurar y darle seguridad”, aconseja el experto. “El adolescente perfecto es el que oye a su padre, nunca le manifiesta que le está entendiendo, nunca le da la razón pero fuera defiende lo que ha oído en casa”, desvela el escritor.
Basándose en su experiencia como docente y padre de ocho hijos, Alberca ha llegado a la conclusión de que ser exigentes con los adolescentes y transmitirles cariño y compresión es más fructífero que juzgarles. Además, es una época en la que se puede poner remedio a enseñanzas erróneas de la infancia, aunque “en educación siempre es el momento perfecto para hacer lo que no hicimos antes”, enfatiza en su manual, en el que aspira a que padres e hijos sean más felices y culminen con éxito la adolescencia.
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