La felicidad es un reto muy personal es del todo personal

Rémi Brague, sin un ápice de ingenuidad, responde de otra forma: Lo cito, porque merece la pena leer su obra directamente: “No tenemos el derecho de hacerlo, más que en el caso de que la vida sea un bien también para estos otros que criamos. Y para que así sea, no es suficiente con que la vida sea globalmente agradable, cosa que poca gente niega, y que en todo caso yo no niego; además tiene que ser buena, sin importar las vicisitudes que la vida traiga a quienes no han pedido nacer, vicisitudes que evidentemente tenemos el derecho de evitar tanto como podamos, pero que no podemos tener la certeza de poderlas evitar en su totalidad” (p. 91).

Nadie ha decidido existir, pero quienes hemos engendrado tenemos el derecho de hacer lo más agradable posible la existencia a aquellos que hemos traído al mundo.