Vistas de página en total

jueves, 7 de abril de 2011

Marta Matute: La Formación de los Mejores

¿Quién teme a los mejores? El falso debate sobre la segregación en los colegios Opinión | Colegios | segregación Aguirre | mejores | estudios | institutos
Enviar
Leer más tarde
Comentar
Imprimir
RSS
11 Facebook
7 Twitter
5 Tuenti
Menéame
POST ANTERIORES
Portugal, la ‘cabra’ de Caldera y la España socialista
Libia y la crisis nuclear japonesa evidencian un alarmante vacío de poder global
Un año decisivo
Mr Buffet, el ‘corporate governance’ y su sucesión
Ver más »
COMUNIDAD
COMENTARIO DESTACADO

Buenos días. Una vez más se exponen los cuadros que diferencian a esta dictadura con un régimen mucho más democrático que el existente. Perdón, no puede existir ni comparación porque sólo disfrutamos de una dictadura diseñada hace más de tres...

Politeia
Deja tu comentario
BUSCAR USUARIOS
Ver directorio de usuarios (5/5 | 41 votos)
|
Compartir
Delicious Technorati Menéame Facebook |
Deja tu comentario
|
27 Comentarios
Marta Matute - 07/04/2011
¿Saben ustedes cuál es la nota media que exige la Universidad pública española para acceder a los estudios de Medicina?
Hablamos de dinero público, enseñanza no obligatoria y estudiantes españoles. Y sin embargo, nunca se ha oído a nadie protestar porque la facultad de Medicina, o la de Arquitectura, o las ingenierías, favorezcan a unos jóvenes frente a otros, y limiten el acceso con un baremo que sólo tiene en cuenta la capacidad intelectual y los méritos académicos. Tampoco nadie alzó la voz acusando a las administraciones de dilapidar el dinero y gastarlo sólo en formar a los chicos que descollan. ¿Y saben por qué nadie cuestiona este sistema? Porque todos los ciudadanos quieren que en el quirófano les atienda el cirujano más cualificado y que su casa la construya el arquitecto más competente.
Entonces, si cualquiera aspira a que el más sobresaliente neurocirujano se haga cargo de su enfermedad o que el más hábil ingeniero de caminos dibuje el trazado de la nueva autopista ¿por qué se cuelan en el discurso político las palabras segregación y gueto cuando se propone la excelencia educativa de los bachilleres más aventajados?
La ley de Educación lo deja bien claro: los centros escolares tienen la obligación de adaptar los curriculum a las necesidades de los alumnos. Adecuarlos para los niños que tienen dificultades y también para los que sobresalen por sus capacidades. Hasta ahora, la mayoría de los colegios públicos sólo han prestado atención a la diversificación de los menores con problemas. En 3º y 4º de la ESO, se habilitan clases especiales y los mejores pedagogos para los estudiantes con dificultades de aprendizaje. Se les separa para que ganen terreno. ¿Es esto segregación?

La ley de Educación lo deja bien claro: los centros escolares tienen la obligación de adaptar los curriculum a las necesidades de los alumnos. Adecuarlos para los niños con dificultades y también para los que sobresalen por sus capacidades
¿O es segregación lo que hace desde hace 27 años el instituto Ramiro de Maeztu de Madrid? El ministro Gabilondo y su equipo de gobierno, que ayer se descolgaron con una crítica feroz a la propuesta de Esperanza Aguirre de habilitar centros especiales para los bachilleres con mejores calificaciones, no deben saber que desde hace más de dos décadas, este centro educativo ofrece en su oferta educativa un bachillerato internacional que, entre otras cosas, permite acceder a las más prestigiosas más universidades del mundo. Por supuesto, estos estudios están homologados por el ministerio de Educación y a él sólo acceden los expedientes más brillantes. El Ramiro no es el único centro público que oferta en España este tipo de enseñanza.
Tampoco debe estar al corriente Gabilondo y su equipo de que en Madrid, y supongo que algo similar ocurrirá en otras comunidades autónomas, desde hace años, y con el beneplácito de su departamento, los niños y las niñas que estudian ballet o música no van al instituto con otros niños y otras niñas. No. Estos chicos van a un colegio especial habilitado en el espacio público del instituto Cervantes. Y acuden allí porque sus capacidades artísticas son tan sobresalientes que necesitan una educación especial para poder cumplir con sus compromisos escolares y extraescolares. Y nadie se lleva las manos a la cabeza.
Acceso a la excelencia

Tal vez Esperanza Aguirre quiera discriminar a los mejores, y lo hará si a esos alumnos les ofrece profesores eminentes, más medios materiales y una atención individualizada. Tres cosas a las que hoy por hoy no tiene derecho el resto de los bachilleres.Si estos chicos no cuentan sólo con su inteligencia y su esfuerzo para competir, los sindicatos, el Ministerio de Educación y los ciudadanos podrán poner el grito en el cielo y protestar, porque Aguirre estará quitando a los unos para dárselo a los otros.
Pero si con esta iniciativa del PP, de lo que se trata es de permitir el acceso de las clases medias, y de los estudiantes sin demasiados recursos económicos, pero con un enorme talento, a la excelencia académica, bienvenida sea la idea. Que nadie ponga objeciones. O correrá el riesgo de que le llamen envidioso. Porque eso es precisamente lo que intentó, salvando la distancia histórica, la Junta para la Ampliación de Estudios en el año 1907 y lo que permitió que un hombre como Miguel Catalán se convirtiera en uno de los más grandes científicos españoles.
La fatalidad quiso que la Guerra Civil diera al traste con aquella fascinante aventura, dejando en la cuneta intelectual a toda una generación de españoles. Ójala los prejuicios de unos pocos no taponen hoy el despegue de nuestros jóvenes más brillantes, porque la mediocridad abona la decadencia social y económica de cualquier país. Y de eso, ya podemos exportar algunos ejemplos.
Élites siempre ha habido y siempre habrá. De lo que se trata en democracia y progreso es de ampliar su base social. Si no impulsamos su desarrollo desde las administraciones y las instituciones públicas, volveremos al pasado: sólo pertenecerán a ese selecto club unos pocos, los privilegiados que tienen unos padres ricos que pueden pagar una educación de élite, aquí y en el extranjero.

*Marta Matute es periodista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario