ALGUNAS VECES SE GANA Y OTRAS... SE APRENDE
Saber vivir es un arte, como saber navegar. Hay momentos de placidez, otros de tempestad. En algunos el viento sopla a favor, en otros, en contra. A momentos parece que no avanzamos, la brisa de la vida no alcanza a darnos el empuje necesario, y en otros todo se acelera más de lo que quisiéramos y tenemos la sensación incluso de que vamos a la deriva.
También en la vida como en el mar hay escollos, arrecifes que dificultan o imposibilitan el avance en una determinada dirección. Sí, la vida nos acota, nos limita con realidades complejas, difíciles, que están allí.
Pero ocurre a veces que hay obstáculos que no son reales, que son imaginarios, que residen en el mar de nuestras creencias. Entonces, en ese navegar por la vida, si bien es cierto que no podemos cambiar la dirección del viento, sí que podemos mover nuestras velas también para vencer los límites que nosotros, consciente o inconscientemente añadimos a nuestra ruta, para sortear esos miedos que no tienen objeto real y que pueden frenarnos tanto o más que los que sí lo son.
Vencer la inercia, vencer el miedo, mover las velas. Sobre esto alguien que analizó a fondo la condición humana, la Dra. Elisabeth Kübler-Ross, escribió: "Nuestros miedos no evitan la muerte, frenan la vida. Difícilmente llegamos a reconocer hasta qué punto dedicamos la vida a manejar el miedo y sus efectos. El miedo es una sombra que lo obstruye todo: nuestro amor, nuestros verdaderos sentimientos, nuestra felicidad, nuestro ser mismo.”
Y así es.
Sobre el arte de navegar por nuestros días, por esta vida, sobre los miedos y los aprendizajes, aquí está este enlace a un artículo de mi blog Soluciones que espero que os sea útil.
Besos y abrazos.
Álex
Saber vivir es un arte, como saber navegar. Hay momentos de placidez, otros de tempestad. En algunos el viento sopla a favor, en otros, en contra. A momentos parece que no avanzamos, la brisa de la vida no alcanza a darnos el empuje necesario, y en otros todo se acelera más de lo que quisiéramos y tenemos la sensación incluso de que vamos a la deriva.
También en la vida como en el mar hay escollos, arrecifes que dificultan o imposibilitan el avance en una determinada dirección. Sí, la vida nos acota, nos limita con realidades complejas, difíciles, que están allí.
Pero ocurre a veces que hay obstáculos que no son reales, que son imaginarios, que residen en el mar de nuestras creencias. Entonces, en ese navegar por la vida, si bien es cierto que no podemos cambiar la dirección del viento, sí que podemos mover nuestras velas también para vencer los límites que nosotros, consciente o inconscientemente añadimos a nuestra ruta, para sortear esos miedos que no tienen objeto real y que pueden frenarnos tanto o más que los que sí lo son.
Vencer la inercia, vencer el miedo, mover las velas. Sobre esto alguien que analizó a fondo la condición humana, la Dra. Elisabeth Kübler-Ross, escribió: "Nuestros miedos no evitan la muerte, frenan la vida. Difícilmente llegamos a reconocer hasta qué punto dedicamos la vida a manejar el miedo y sus efectos. El miedo es una sombra que lo obstruye todo: nuestro amor, nuestros verdaderos sentimientos, nuestra felicidad, nuestro ser mismo.”
Y así es.
Sobre el arte de navegar por nuestros días, por esta vida, sobre los miedos y los aprendizajes, aquí está este enlace a un artículo de mi blog Soluciones que espero que os sea útil.
Besos y abrazos.
Álex
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