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miércoles, 20 de marzo de 2013

Joan Vaello: «En el aula, el respeto es una línea continua que no se puede traspasar»


Joan Vaello: «En el aula, el respeto es una línea continua que no se puede traspasar»

El psicopedagogo opina que la clave para lograr enseñar a los que no quieren aprender es «contagiar ganas»

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Joan Vaello Orts, durante la charla impartida ayer en el Centro de Profesores y Recursos de Avilés.
Joan Vaello Orts, durante la charla impartida ayer en el Centro de Profesores y Recursos de Avilés. ricardo solís
Carolina G. MENÉNDEZ

El secreto de enseñar no es tanto transmitir conocimientos como contagiar ganas, especialmente a los que no las tienen. Así resume Joan Vaello Orts, psicopedagogo, profesor de la UNED y ex director del Instituto de Secundaria Bernat de Sarriá, de Benidorm, su libro «Cómo dar clase a los que no quieren», título también del curso que desde ayer y hasta mañana imparte en el Centro de Profesores y Recursos de Avilés con la participación de más de doscientos docentes de la comarca.

Durante estos tres días, Vaello hablará, entre otras cuestiones a tener muy presente en el proceso educativo, de motivación: «Es fundamental entender que hay que despertar el interés de los alumnos a través de contenidos que les estimulen», y también de esfuerzo: «Tenemos que entrenarlos en esta cultura». Pero también hizo hincapié en los valores básicos de convivencia dentro del centro docente. En este sentido citó el respeto: «En el aula tiene que ser total. El respeto es una línea continua que no se puede traspasar ni en un sentido ni en el otro». También la solidaridad y la influencia; es decir, el poder y la capacidad de cambiar los roles de otras personas. «Los niños adolescentes son muy influenciables, por eso tenemos que ganar poder. Y ante eso sólo cabe la relación entre profesores y familias», subrayó.

Vaello considera primordial motivar al alumnos para evitar uno de los males actuales de la educación: el fracaso escolar cuyas causas, dijo, pueden ser, además de motivacionales, cognitivas o relacionales.

Ante un auditorio compuesto en su gran mayoría por mujeres, Joan Vaello Orts, rodeado de un total de ocho pantallas (dos de ellas de tamaño gigante proyectaban el «power point» que acompañaba su charla y el resto alternaban imágenes de él con otras del público) utilizó un discurso técnico pero ameno y salpicado de ejemplos clarificadores que los oyentes siguieron con sumo interés.

En su comunicación intentó transmitir optimismo y ante los problemas que afectan a la desmotivación sólo hay dos posturas, dijo: «Quedarnos quietos y no hacer nada o adoptar soluciones». Él, claramente se manifestó partidario de la segunda opción «porque aunque la situación sea mala, si se entra con ilusión realista, se puede disfrutar también en condiciones adversas».

El trabajo en equipo de los docentes fue el mensaje más repetido ayer por este estudioso, «La educación es un encargo social que se hace en equipos, es un problema común que requiere sincronía y confluencia. Pero aunque todo el mundo entiende que hay que trabajar en equipo, en demasiadas ocasiones impera una cultura individualista», comentó.

Por ello, para transformar el estilo de trabajo de los centros educativos y conseguir equipos que interactúen en beneficio del conjunto de los colegios e institutos, propuso a los profesores seguir unas claves y superar una serie de obstáculos. Siguiendo con su espíritu positivo, animó a «centrarnos en la búsqueda de soluciones y huir de las quejas». Para alcanzar estos objetivos, sugirió hacer frente a las divergencias para convertirlas en coincidencias, fomentar la intercomunicación, acotar las temáticas diferenciando los temas vitales de los triviales y limitar el número de los miembros de los equipos para hacer más ágil y sencillo el trabajo.

Igualmente, Joan Vaello Orts recomendó huir de la complicación en la gestión de los problemas que se gestan en el aula. «Lo complicado no funciona, hay que buscar la simplicidad», apuntó. En este sentido habló de lo que llamó «economía de las personas, los papeles y el tiempo».

En esa búsqueda de soluciones para resolver los conflictos, el psicopedagogo, para quien la «escuela es una vida en la que se convive con los demás, con las tareas y con uno mismo», aconsejó: explorar los problemas -«detectar cuanto antes dónde hay desmotivación»-, diagnosticarlos -«cualquier problema tiene detrás una carencia cognitiva, social o motivacional»-, ubicarlos -«para ver quién puede resolverlo con mayor eficacia»-, tratarlos y hacer un seguimiento -«muchos de los problemas que no se resuelven es por no haber aplicado las anteriores pautas».

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