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domingo, 17 de marzo de 2013

Como deben los Padres afrontar los Conflictos en casa


En primer lugar, y antes de abordar la problemática que nos ocupa, vamos a exponer unas orientaciones iniciales que, a modo de principios de
intervención, deben guiar la aplicación de las estrategias propuestas para
que sean eficaces:
Contemplar los conflictos como una ocasión de crecer y formarse. En los
niveles obligatorios de enseñanza, las tareas escolares siempre provocarán
lógicas resistencias en algunos alumnos con escasos intereses académicos. Como en cualquier actividad forzada, la colisión de intereses acaba por provocar
conflictos: para los alumnos que no ven interés ni utilidad en las actividades
escolares, la obligatoriedad de las mismas se les puede hacer insoportable.
El esfuerzo del profesor por hacer atractiva y útil la materia puede maquillar
el carácter obligatorio del trabajo escolar hasta convertirlo en algo deseable,
pero, no obstante, es muy probable que siempre quede un reducto de problemas de conducta sin resolver mediante estas estrategias de tipo instruccional.
Se hace por lo tanto necesario que el profesor se forme en la adquisición de
estrategias para afrontar las diferentes situaciones conflictivas que le van a
acompañar, en mayor o menor medida, durante toda su carrera docente. El
conflicto puede ser una magnífica oportunidad para resolver de forma creativa y formativa un problema mediante el esfuerzo conjunto del profesor y
los alumnos, pues la consecución de una solución satisfactoria genera efectos
gratificantes para todos: mejora la satisfacción del profesor y ayuda al alumno
a crecer en su desarrollo moral y personal.
Desnudar los problemas: la firmeza relajada. Los conflictos suelen ir
acompañados de circunstancias que los agravan y que no son inherentes al
propio conflicto, sino consecuencia de la forma de afrontarlo. El enfado
explosivo del profesor, los gritos y acusaciones, la tensión o los comentarios sarcásticos son algunas de las vestimentas que suelen adornar las intervenciones disciplinarias y que los agravan innecesariamente, sin añadir nada positivo de cara a su resolución. Conviene pues desnudar el problema y
despojarlo de todos los aditamentos emocionales que podamos para afrontarlo de la forma más relajada y despersonalizada posible, pues así se facilita una solución efectiva y satisfactoria para todos.
La firmeza no tiene por qué llevar aparejadas tensión y reacciones
encolerizadas, que suelen reforzar las conductas que se quieren inhibir,
produciendo resultados no deseados. Algunas medidas que pueden ayuResolución de conflictos 6/11/06 18:00 Página 11dar a desnudar los problemas son el uso de un tono de voz pausado y deliberadamente bajo o la adopción de una expresión relajada.
Respetarse mutuamente, mejor que mandar-obedecer. El respeto mutuo
y la reciprocidad pueden ser un sustitutivo eficaz de la obediencia y el temor al castigo en las relaciones en la clase, ya que favorecen la madurez y
la autonomía moral del alumno. Los jóvenes, en su desarrollo moral, han
ido sustituyendo progresivamente un sistema de valores impuesto desde
fuera por los adultos (padres, profesores) por otro cada vez más autónomo
y diferenciado, por lo que cada vez les es más difícil seguir aceptando sumisamente las imposiciones provenientes de cualquier atisbo de autoridad. La forma de establecer normas y de mantener el control de la clase
debe irse adaptando a las edades de sus alumnos: mientras que en edades
tempranas se aceptan normas establecidas unilateralmente por el profesor,
al acercarse el alumnado a la adolescencia, las relaciones entre el profesor
y sus alumnos basadas en la desigualdad y las órdenes irán perdiendo eficacia, siendo cada vez más operativas aquellas intervenciones basadas en la
reciprocidad, la responsabilidad y el consenso.
Adaptar las estrategias al contexto y al estilo docente propio. Las estrategias propuestas genéricamente sobre el tema en este libro deben ser adaptadas flexiblemente por cada profesor a las características del contexto en
que se desenvuelve su trabajo. La misma estrategia que sirve a un profesor, a otro no le funcionará en absoluto; la misma medida que vale en
unas circunstancias determinadas, en otras se muestra totalmente ineficaz; lo que era adecuado el curso pasado en un centro determinado, este
año no lo es en la misma medida en otro lugar de trabajo. No se puede
aplicar ninguna medida de forma mecánica, sino que deben ser un punto
de partida para encuadrarlas de forma creativa dentro de la visión global
que cada docente tiene acerca de cómo se debe enseñar.
Tratar bien los resfriados evita pulmonías. La mayoría de situaciones
que perturban el adecuado desarrollo de las actividades en un aula o un
centro escolar suelen ser de poca gravedad y alta frecuencia. Son las rutinas
perturbadoras, ligadas por lo general a la desmotivación, el aburrimiento
y la ausencia de éxitos académicos, con la búsqueda consiguiente de protagonismo mediante conductas inapropiadas. En un estudio realizado en
varios centros de Secundaria, casi el 70% de las quejas de los profesores
sobre el comportamiento de sus alumnos se referían a conductas tales como llegar tarde a clase, no sacar el material, molestar a los compañeros o
desobedecer las indicaciones del profesor. Pertenecen a una categoría de
12 Resolución de conflictos en el aula
Resolución de conflictos 6/11/06 18:00 Página 12conductas disruptivas, perturbadoras del clima de clase, pero no violentas ni atentatorias contra la integridad y la dignidad de los demás. Si se
consigue reducir al mínimo este tipo de comportamientos, se reduce
gran parte de la conflictividad, además de que indirectamente también
acaban disminuyendo las conductas más graves.
Crear condiciones favorables a la convivencia. Los problemas de conducta pueden aparecer en cualquier momento, pero suelen hacerlo cuando
las oportunidades son favorables. El objetivo al planificar la gestión de la
convivencia, puesto que no se pueden impedir ni prever todos los conflictos posibles, debe ser crear condiciones que hagan más improbable su
aparición, mediante la creación de un clima escolar positivo, tanto en el
aula como en el centro.
Adoptar una perspectiva proactiva. Una perspectiva proactiva en la gestión de la convivencia es la que intenta resolver los conflictos futuros aprovechando los actuales («qué debo hacer para que no vuelva a ocurrir»),
frente a una perspectiva reactiva, centrada en resolver los problemas pasados y saldar las cuentas («esto merece un escarmiento», «esto no puede quedar así»). La perspectiva proactiva convierte la resolución de un conflicto
actual en prevención de un conflicto futuro (tabla 1). Por ejemplo, aplazar
Algunas consideraciones iniciales 13
Tabla 1. Disciplina proactiva y reactiva.
Disciplina proactiva Disciplina reactiva
Actúa a priori, se anticipa
a los problemas
Intenta resolver el futuro
Considera el orden como un medio
para facilitar el aprendizaje
Busca construir la convivencia
Ve los conflictos como una ocasión
Ve los conflictos como algo natural
y positivo «Esto merece ser analizado para que no
vuelva a ocurrir»
Actúa a posteriori, sigue
a los problemas
Intenta resolver el pasado
Considera el orden como un fin
en sí mismo
Busca ajustar cuentas, dejar saldos
a cero
Ve los conflictos como un problema
Ve los conflictos como algo
extraordinario y negativo
«Esto merece un castigo»

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