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viernes, 14 de marzo de 2014

Naomi ALDORT como APRENDER a SER PADRE y MADRE

Acabo de leer el libro Aprender a educar sin gritos, amenazas ni castigos  de Naomi Aldort, sin duda la lectura de este libro, ha sido un incentivo para la creación de este blog.

Algunas ideas que he extraído de este libro, y que me gustaría compartir son:

-       Los niños tienen que actuar por querer hacer bien las cosas, no por miedo ni por la necesidad de ganarse la aprobación.

-       Hablar a los niños correctamente, las palabras que elegimos tienen el poder de sanar o herir, de crear distancia o de fomentar la proximidad, de ignorar los sentimientos o de abrir el corazón, de favorecer la dependencia o la independencia.

-       Pedirle cosas al niño: en ocasiones, deseamos pedir al niño algo que necesitamos, como colgar la toalla después de ducharse, poner fin a una llamada telefónica, quitarse las botas… La palabras que elegimos en estas situaciones pueden culpar y avergonzar al niño o pueden fomentar la consideración y el cuidado mutuos. Hasta hace poco, la culpa y la vergüenza construían herramientas de control: Evitar expresiones como:
“Si no…la vamos a tener,” “Estropeas todo lo que tocas”.
Evitar los gritos, fomentar un clima tranquilo en casa, dar ejemplo.

-       Comprender el comportamiento de su hijoel amor no es una recompensa, a los padres con frecuencia les confunde la idea de expresar amor hacia un niño que actúa con agresividad; aún así, al hacerlo, se descubre que la agresión del niño es su petición de amor o atención hacia una necesidad no satisfecha. Su amor es, por lo tanto, la mejor respuesta a su enfado.

-       Evitar la psicología de víctima, los niños que reciben repetidamente por su llanto y su desdicha aprenden otra lección: “Con la angustia suficiente, puedo conseguir lo que quiera”.


-       Escuchar el enfado de un niño. No podemos cambiar situaciones pasadas o cambiar a las personas que van pasando en nuestras vidas. Tendremos que enseñarle a aprender a vivir con las personas y a tomar decisiones que no requieran controlar a los demás. Favorecer la autocomprensión, ver que pensamientos provocan su dolor, hacerle preguntas como: ¿Pensaste que si te llama tonto lo eres en realidad? ¿ Qué es lo peor que puede ocurrir ahora?. Escuchar al niño, lo sucedido, aunque fuera algo indeseado, es mucho más fácil de asimilar que los pensamientos de dolor y miedo que elabora la mente.

-       Seguridad emocional: comparta la vida con un niño que actúe con cariño y progresivamente, no porque le tema a usted, sino porque quiera hacerlo bien.

-       El niño aprende con la experiencia: ¿Puede cometer errores o se le avergonzará? ¿Puede llorar y contar con la atención respetuosa de los padres o se les menospreciará?

-       Las siguientes ideas reforzaran  la sensación de seguridad del niño:

*Evite evaluar al niño (o a otras personas en su presencia) mediante elogios o críticas. Crecer con la necesidad de complacerle y estar a la altura de sus expectativas es una fuente de ansiedad para el niño.
*Hable al niño con respeto, tanto en público como en privado. Reñir, interrumpir, culpar, poder a prueba o juzgar son malas maneras de tratar a una persona, tanto si es un niño como un adulto, y son métodos que conducen al miedo, la culpa y la desconfianza

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