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lunes, 17 de junio de 2013

Si te comportas como una víctima te apartarán, si asumes tu vida con protagonismo te admirarán.

Si te comportas como una víctima te apartarán,
 si asumes tu vida con protagonismo te admirarán.
1. ¿De qué se trata?
“Cuando ya no podemos cambiar una situación, el desafío consiste en cambiarnos a nosotros
mismos”. Viktor Frankl.
La víctima se queda paralizada en su posición de reclamo y queja.
La protagonista asume su responsabilidad y resuelve los problemas.
Existen personas que eligen asumir su responsabilidad frente a la mayoría de situaciones de su
vida, lo que las convierte en protagonistas. Suelen ser personas admiradas por el resto y
tomadas como referentes ya que logran sistemáticamente un éxito que a las demás pareciera
estarles vedado.
Sin embargo no son la mayoría. Otras en cambio, prefieren instalarse en la queja y el reclamo
a la vida por no darles lo que quieren, lo que sienten que se merecen, o lo que tiene ese otro al
que todo parece irle mejor, en resumen: se comportan como víctimas.
Pero, ¿por qué su cerebro las haría caer en esta trampa?
Simplemente porque es más cómodo pensar que la responsabilidad es de otro. Esto me evita
tener que ponerme en marcha y esforzarme por cambiar la situación. ¡Yo tengo razón!, por lo
tanto, haga lo que haga no hay solución, ¡es mi mala suerte!, ¡no puedo hacer más!
En mis sesiones de formación, y a los efectos de hacer más gráfico el modelo, suelo sostener
en mi mano el llavero y dejarlo caer al suelo. Hecho esto, les pregunto:
- ¿Por qué cae el llavero al suelo?
Tras un momento de duda, aparece una respuesta:
- "Como soy Ingeniero te diré que por la Ley de Gravedad"-, comenta uno.
- “Si, por la ley de gravedad” – asiente el resto.
Luego de unos segundos repregunto ¿Alguien tiene otra explicación?
Tímidamente a veces agregan:
- "Tú lo soltaste y por eso se cayó".
Pero, ¿cuál es la respuesta correcta a mi pregunta?
Ambas respuestas son correctas y reflejan al mismo tiempo una lectura clara de la vida e
identifican las dos posturas que podemos asumir: ¿eres víctima o protagonista frente a los
sucesos?
Alfredo Diez | Nunca te rindas2
La víctima no es más que una observadora que se posiciona fuera de la escena, se cuenta
una historia tranquilizadora y por lo tanto, no se hace responsable del resultado. El llavero se
cayó por la gravedad: “Yo no hice nada”, “no fue culpa mía”.
En cambio la protagonista, se ve como el centro de la acción. El llavero se cae porque yo lo
dejé caer: “Yo soy el responsable de lo sucedido porque puedo decidir soltarlo o no”. Se asume
como parte del asunto por lo que es capaz de intervenir para modificar el resultado.
La experiencia con el llavero me permite reflexionar sobre que, no siempre a "una gran verdad
se opone una gran mentira", ya que muchas veces confundimos la experiencia vivida con la
explicación que damos de ella.
Es decir, la postura de "si yo tengo razón, el otro está equivocado" en el caso del llavero no es
aplicable ya que ambas personas tienen razón. El llavero se cae por la ley de gravedad y
también porque yo lo dejé caer.
Es interesante observar que la enorme subjetividad que caracteriza el pensamiento humano
explica, en gran medida, que a la hora de relatar las mismas experiencias vitales unas
personas tengan una visión protagonista y otras una victimista, como enseña en su libro
Metamanagement, Fredy Kofman.
Pensemos por un momento: si elijo sentir que la culpa de que no me valoren en el trabajo es
del autoritario de mi jefe, hasta que él no cambie, mi situación no mejorará. ¿Para qué
entonces me voy a molestar en hacer algo? = comodidad y falta de resultados.
Si en cambio pienso que a pesar de cómo sea mi jefe siempre existe la posibilidad de que haga
algo para que mi situación mejore = mucho más esfuerzo, ¿no es así? Ponerme a pensar
alternativas, tener que argumentar, tomar riesgos, provocar un cambio.
Lo importante es que seamos conscientes de nuestra interpretación y podamos identificar
cuando nos colocamos en una postura u otra. La forma en que explicamos y “nos explicamos”
nuestra realidad es una muy buena manera de hacerlo:
Víctima Protagonista
He
llegado
tarde
a
mi
cita
por
culpa
del

despertador,
¡No
puedo
creer
que
falle

justo
hoy!
¡Este
reloj
es
un
desastre¡


Cuando
tenga
una
cita
importante
pondré

el
despertador,
probaré
si
tiene
pilas
y

además,
pondré
el
móvil
por
si
este
falla.

Por
culpa
de
mi
divorcio
me
siento
sola
y

desdichada.
¡Mi
ex
me
hizo
sufrir
mucho

y
eso
no
es
justo!
 
Gracias
a
mi
divorcio
he
aprendiendo
cosas

muy
interesantes
y
ello
ha
cambiado
la

perspectiva
de
mi
vida.

He
llegado
tarde
porque
había
mucho

tráfico;
no
lo
pude
evitar,
en
esta
ciudad

es
imposible
llevar
coche.
 
Llegué
tarde
porque
no
calculé

el
tráfico
a

esa
hora.
La
próxima
vez
saldré
con
más

tiempo
de
casa.

A partir de allí, la clave es desarrollar una actitud protagonista duradera que minimice el
vaivén entre una y otra manera de interpretar la realidad.
Para lograrlo debemos trabajar en nuestra madurez personal, la que se logra superando un
proceso de aprendizaje de tres dimensiones que representan una gradual toma de conciencia
y responsabilidad en el camino hacia nuestras metas. 

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