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sábado, 24 de agosto de 2013

Felipe Diaz Pardo Educar en Tiempos de Crisis

cubierta_Las claves para educar en tiempos de crisis_12mm_270912
Felipe Díaz Pardo es un filólogo con una amplia trayectoria que le ha llevado de profesor de Lengua Castellana y Literatura, a Director de Centro, hasta las funciones de Inspector de Educación en Madrid. Esta experiencia le otorga una perspectiva de los entresijos educativos que pocos pueden aportar en un análisis.
Tuve la suerte de coincidir con él en la última Feria de Libro de Madrid, compartimos editorial y ya tuve ocasión de reseñar su anterior obra. Se me presentó y la conversación surgió rápida, la empatía fue inmediata como no puede ser de otra forma entre quienes vivimos en la ocupación y preocupación de cómo mejorar la educación. En esa línea me dedicó el libro que ahora tengo en las manos.
Es un libro importante que pone el acento en las claves de este laberinto en que se ha convertido la educación. Que la situación está mal, es un hecho; que puede mejorarse, también; la cuestión es cómo lograrlo. En Inteligencia natural dediqué una parte a lo que denominé “laberintos”, ideas que asumimos como ciertas e inamovibles y que contaminan la esperanza y las ganas de hacer condenándonos a la frustración y al inmovilismo. El objetivo de aquella obra era ambicioso, se trataba de diseñar un método educativo desde la infancia, Felipe Díaz Pardo se centra en desarrollar aquella parte del laberinto que allá esbozamos como punto de partida en la obra. En este sentido, es perfectamente complementaria. Coincidimos en un hecho elemental: ante la situación de crisis que vivimos, podemos caer en el pesimismo inmovilista y en la queja permanente o podemos considerar el momento como una oportunidad y, desde la comprensión de la realidad compleja y cambiante, plantearnos qué podemos hacer.
Y es mucho lo que podemos hacer, empezando por desmontar tópicos, replantear la necesidad del esfuerzo, orientar la necesaria implicación de la familia en las labores educativas, ser proactivos en nuestra labor en los centros, atrevernos como padres y profesores a recuperar la necesaria autoridad y liderazgo que nos devuelva al puesto de referentes educativos que nunca debimos abandonar, limpiar conceptos pervertidos por los medios y las circunstancias para recuperar actitudes básicas que nos permitan ser felices… Y un largo etcétera que el autor nos va planteando  a modo de propuestas que todos podemos implementar en nuestro día a día.
El desarrollo de la obra se elabora con frecuentes inserciones de referencias literarias, en ellas aparece el filólogo más allá de las demás ocupaciones. Facilita y agiliza la lectura. Desde luego, es un título para disfrutar, con ideas claras y necesarias en tiempos convulsos. Muy recomendable para todos los profesionales de la docencia, también para las familias. Enhorabuena, Felipe.

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