Vistas de página en total

domingo, 8 de agosto de 2010

Expectativas positivas y Efecto Pigmalion

Nuestras expectativas sobre los demás condicionan en buena medida sus fracasos o logros, ya que cada persona es como un escultor que moldea su entorno. Texto: Francesc Miralles

Según la ley del espejo, también denominada “efecto Pigmalión”, las personas se comportan de la forma que esperamos que lo hagan; es decir, todo ser humano responde a las expectativas que pongamos en él. Esta tesis queda perfectamente ilustrada en un célebre musical, My fair lady, a través del experimento de un profesor con una florista de la calle. Tras realizar una apuesta con un colega académico, se propone convertir a la chica, poco agraciada y analfabeta, en una dama que cause admiración en los círculos de la alta sociedad.

En un momento de la historia, la cobaya del experimento confiesa a un amigo de su instructor: “Para el profesor Higgins yo siempre seré una florista porque él me trata siempre como a una florista, pero yo sé que para usted puedo ser una señora porque siempre me ha tratado y me seguirá tratando como a una señora.”

El filme está inspirado en la obra de teatro Pigmalión, de George Bernard Shaw, quien, a su vez, recurrió a la mitología griega. Pigmalión era rey de Chipre y escultor virtuoso que talló en un bloque de piedra a la mujer de sus sueños. Perfeccionó su obra durante interminables jornadas hasta obtener lo que anhelaba. El problema llegó cuando, al buscar esposa entre las doncellas de carne y hueso, se dio cuenta de que jamás encontraría una como la que había surgido de sus manos. En el mito, finalmente la diosa Afrodita se apiada de él y convierte a la estatua de piedra en mujer.

* Pigmalión
* Para lo bueno...
* Empresa
* Autocumplimiento
* El secreto...
* Devolver una imagen positiva

Pigmalión

El efecto Pigmalión

Desde un punto de vista psicológico, el efecto Pigmalión dice que podemos esculpir las actitudes y el rendimiento de las personas con las que nos relacionamos. Esto es así porque, inconscientemente, nos miramos en las expectativas de los demás como si fueran nuestro espejo.

Podemos observar este proceso desde la escuela. Los alumnos de los que se espera sólo suspensos y mala conducta cumplen con creces las expectativas depositadas en ellos. En cambio, los que reciben ánimos de sus profesores tratan de devolver esa imagen positiva. Así funciona en esencia la ley del espejo.

Aplicada al mundo de la empresa, la ecuación sería la siguiente: trátame como un empleado de tercera y me comportaré como un empleado de tercera, trátame como un empleado de primera y me comportaré como tal. Dicho de otro modo: las creencias y expectativas de una persona o grupo de personas afectan de tal manera a otra, que esta última tiende a confirmar las expectativas.

Un ejemplo que suele citarse al hablar de este fenómeno es el experimento que en 1968 llevaron a cabo Robert Rosenthal y Lenore Jacobson. Se le denominó “Pigmalión en el aula” y consistió en informar a un grupo de profesores de Primaria de que sus alumnos habían hecho un test de inteligencia, cosa que no era cierta. Se eligió aleatoriamente un grupo de niños y se dijo a los profesores que, como habían obtenido los mejores resultados, iban a destacar en el curso. Al terminar éste, se confirmó que su rendimiento fue muy superior al resto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario