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lunes, 26 de enero de 2015

Los padres deben educar las emociones de los hijos y enseñarles a ser felices


Los padres deben educar las emociones de los hijos y enseñarles a ser felices

Cultura | 26/01/2015 - 13:59h
Barcelona, 26 ene (EFE).- Los padres deben educar las emociones de los hijos y enseñarles a ser felices, según propone el psicólogo clínico Ferran Salmurri en el libro "Razón y emoción", en el que denuncia que aún vivimos sometidos a principios primitivos que nos convierten en esclavos de nuestras emociones.
El libro, que forma parte de una nueva colección de RBA de ámbito personal, explica que actualmente se educa en la adquisición del conocimiento de una manera primitiva, "se enseña a comer con cubiertos, a hacer una declaración de renta, pero no a ser más felices", que "es sentirse bien consigo mismo en cada momento de la vida".
Asegura este psicólogo que cuando la gente se sincera y le preguntan qué quiere realmente en la vida, todos contestan que ser feliz, o la felicidad de sus hijos, y que incluso cuando se les hace escoger entre si prefieren que su hijo sea un banquero amargado o un taxista feliz muchos escogen lo segundo, pero que sin embargo "no se les enseña a alcanzar la felicidad".
Ferran Salmurri se pregunta que si "todo lo que sentimos depende de los que sentimos" cómo es que no enseñamos a pensar a los niños y se les enseña a obedecer, se crea la norma y se sigue usando un sistema educativo poco humano en el que se sigue premiando y castigando pensando que educamos racionalmente, cuando en realidad lo hacemos de forma emocional".
Como ejemplo explica que cuando los padres interfieren en la pelea de dos hermanos lo hacen porque tienen miedo de que se hagan daño, cuando habría que dejarlos porque si te implicas les sale a cuenta hacerlo y además les sirve para llamar la atención.
En el caso del desorden continuo de unas zapatillas, reñir a los hijos por ello no conduce a nada, y Salmurri propone decir que el hecho de que estén en medio de la sala te hace sentir mal y que te ayuda a sentirte mejor si están en sus sitio.
Defiende que "hay que evitar una bronca y hacer un ejercicio de empatía por el amor que te tiene, y que vea el disgusto que te produce vivir de esta manera".
Según este experto, para educar bien lo primero que hay que saber es tener claro para qué vivimos, y contestarnos que lo hacemos para sentirnos bien, una fórmula que sirve para acabar con el egoísmo que hasta ahora ha sido el motor de la vida.
También hay que tener autoestima, aprender a relativizar las cosas de la vida (celos, miedo, envidia), y enseñar a pensar, y añade que "si queremos ser felices habría que preguntarse cada día al despertarse para qué vivo hoy, y contestar que para ser feliz, y pensar si tenemos bastante para sentirnos bien".
En este sentido, considera que "si con lo que tienes es suficiente para sentirte bien, debes concentrarte en esto, y darte cuenta cada día de que tienes bastante para vivir y ser feliz".
Asegura además que al hablar de la autoestima el cerebro se modifica en pocos días en función de lo que hacemos y sentimos, y que quien hace ejercicios para mejorar su forma de pensar, en tres o cuatro semanas lo modifica, remarcando que "hay que parar los pensamientos negativos y aprender a tener otro pensamiento porque la felicidad está en la cabeza".
Recuerda que la depresión, entre otras cosas, es la visión exageradamente negativa de todo, de la propia conducta y de los acontecimientos, y por ello considera muy importante aprender a relativizar.
Las tres claves para educar a un niño son tener pensamientos positivos, mejorar la capacidad de esfuerzo y la empatía (aprender a pensar en los otros), y dos de estos conceptos, la autoestima, y la empatía, hacen que mejore la convivencia con los otros.
En la entrevista opina que las generaciones siguientes serán mas felices porque el mundo está mejor, y tacha de mentira el decir que tiempos pasados fueron mas felices, "porque nunca ha habido tanto acceso a la educación, a la justicia o a la sanidad, ni tan pocas guerras por el numero de habitantes" aunque el mundo puede ser muchísimo mejor.


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sábado, 3 de enero de 2015

Cudec - Pedagogía Sistémica - Parte 1

Angelica Olvera: desde el año 2000 Enfoque Sistemico

La mayor preocupación de los padres es darles una buena educación a sus hijos, tarea que muchas veces se vuelve muy complicada. La docente mexicana Angélica Olvera es una experta en la relación entre padres, hijos y escuela. Pionera en poner en marcha la pedagogía sistémica y las constelaciones educativas ha venido hasta Elche, para impartir un curso sobre esta materia en el centro Espigol Salut Natural.

- ¿En que consiste la pedagogía sistémica?
- Es una nueva disciplina que se centra directamente en la participación de los padres de familia en el proceso de enseñanza y aprendizaje. En estos tiempos donde se ha reducido el tiempo que los padres están en casa con sus hijos debido a los roles que cada uno lleva a cabo profesionalmente. Ha disminuido muchísimo el tiempo de convivencia y de contacto los padres con sus hijos.

- ¿Cambia esta nueva forma de vida la manera con la que educan los padres?
- Si, la educación familiar se caracteriza por la poca contundencia que hay en la aplicación de los límites, porque se está educando con mucha culpa. El pensamiento de los padre es: como los dejamos solos mucho tiempo no los atendemos. Entonces cuando están con ellos relajan muchísimo los límites. les permiten hacer cosas que no son positivas. De este modo, no les enseñan lo que está bien y lo que no. Esto trae como consecuencia que los niños carezcan de límites y no los tengan claros. Uno de los elementos pedagógicos por antonomasia son los límites.

- ¿Los límites son siempre efectivos?
- Los límites educan de dos maneras. Si el niño se lo salta, él también tiene clara las consecuencias de esta acción. Por tanto tiene una mirada de anticipación y una estrategia para resolverlo, esto hace que se vuelva inteligente. Y si aprueba el límite, significa que está fortaleciendo su voluntad.

- ¿Qué sucede cuando los padres no asumen su rol?
- Esta falta de límites provoca que los maestros asuman las tareas de los padres, entonces se desgastan muchísimo porque jamás un profesor podrá llevar a cabo esta tarea. Y el padre tampoco puede asumir el papel del docente. En este momento se produce el caos. El padre quiere ser el maestro. El docente ponerse en el sitio del padre y el alumno se desentiende. La pelea se produce entre el padre y el maestro, en lugar de crear una alianza entre los dos para ver que es lo mejor para el joven.

- ¿La consecuencia de falta de límites se traslada a la escuela?
- El relajamiento en los límites hace que no se respete la autoridad del maestro, de la dirección y las normas de socialización de la escuela. Como consecuencia, los docentes tienen graves problemas para relacionarse y poder trabajar con ellos. Tanto en casa como en el colegio se nota la falta de disciplina y límites, así como de procesos pedagógicos para enseñar a los hijos cómo deben comportarse en las familias y en la escuela, es decir, las reglas de socialización y las normas. Por consiguiente, la escuela no puede actuar de padres, y la familia no puede asumir el papel del profesor. Existe una problemática seria al respeto de que la familia quiere que la escuela le enseñe las normas familiares, y eso no puede ser. Y por otro lado, las normas de socialización de la escuela no son respetadas por los padres ya que no comprenden que sean diferentes a las suyas.

- ¿Cuál es el papel de la escuela?
- Tiene tres grandes tareas. La primera, la socialización. Necesitan aprender a socializarse con sus iguales y con chicos de diferentes edades, con niño y niñas, con chicos que provienen de diferentes sistemas económicos, con la diversidad cultural, ya que ésta es la realidad de la vida. Yo, en este sentido veo a Elche como una ciudad muy abierta y muy dispuesta a lo que viene, no poniendo resistencia a la situación, y eso va a ser muy saludable para todos. Al Gobierno le tocará poner los límites y a nosotros lidiar, en el buen sentido, con lo que venga. Es decir, atender a la diversidad, la integración. La segunda función del docente es enseñar contenidos de conocimientos específicos como son matemáticas, física, química... es decir, contenidos curriculares que ya están planeados por un ministerio de Educación.Y la tercera tarea es que de verdad los chicos cumplan con sus obligaciones y que se sientan bien por ello. Por tanto, también depende de nosotros el nivel de autoestima. Nosotros junto con los padres nos toca verificar que el autoestima queda en un buen nivel.

- ¿Y la de los padres?
- Es papel fundamental es educar las 24 horas al día. Educar para que los hijos se puedan relacionar con los padres. Como padres y no como amigos. Amigos tienen muchos, padres sólo uno. Y rebajar la tarea del padre a la de amigo es un proceso de reducción que es nefasto y afecta a todo su entorno entre el que se encuentra la escuela. La tarea de un padre es muy grande para reducirla a la de compañero. Actualmente, los padres no cumplen con esta función. En un excesivo amor a sus hijos y por entenderlos rebaja los límites.

- ¿Qué se debería hacer?
- Muchas veces la comunicación debe ser tajante y las explicaciones en ocasiones son obsoletas. Yo no entendí a mis padres, y mis hijas no me van a entender a mí, es una cadena. Lo único que queda es asumir esta situación y saber estar cadas casas, ya que cada familia es única, irrepetible e insustituible. La escuela requiere respetar las normas establecidas en la familia de los jóvenes, y los padres respetar las que se han declarado obligatoria y normativas en la escuela para que los chicos funcionen.