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sábado, 30 de junio de 2012

La coherencia como valor educativo


Se enseña coherencia con los actos

Aprendemos valores y normas imitando las actitudes de quienes nos educan
Enseñar a vivir es acompañar a alguien en el proceso de maduración hacia su propia autonomía. En este camino, quien enseña ha de mantener una postura activa, próxima y vigilante pero también respetuosa, y no pensar o hacer nada que la otra persona es capaz de decir, pensar o hacer por sí misma. Por otra parte, como en todo aprendizaje, y de manera más notoria en el que se hace de la vida, la seguridad que se le ofrezca a quien está aprendiendo servirá como pilar al que aferrarse en el día a día. Respeto y confianza han de ser, pues, bases en las que sostener la educación. Pero antes, y para llegar a ello, quien enseña debe ser coherente con lo que va a enseñar, pues se convertirá en modelo con sus propias palabras, y sobre todo, con sus actos.

Con amor y aceptación

Un buen compañero en el viaje de hacerse persona entrelaza su disponibilidad y compromiso bajo las pautas del amor y la aceptación. El educando debe saberse amado, escuchar que lo es, pero también sentirlo. Se usarán pues con él palabras de afecto, sin olvidar el tacto: a través de su cuerpo aprenderá a sentir que se valora su persona, no a una abstracción o a una realidad conceptual, sino a una concreción que se acaricia y se besa, y no sólo cuando es bebé.
La falta de coherencia entre lo que dice y lo que hace el educador le resta mucha legitimidad ante el alumno
También debe sentirse aceptado tal como es, piensa y siente, aun cuando no coincida con la forma de pensar y sentir de quien le educa. Su seguridad se reafirmará si se le trata desde la aceptación incondicional, que le admite tal cual es, sin reproches, descalificaciones ni etiquetajes. Hay que ser consciente de que aceptación no tiene por qué ser sinónimo de gustar. Puede suceder que la personalidad de quien educamos no nos guste e incluso que se encuentre en la antípoda de la escala propia de valores, pero eso no justifica una no aceptación. Cada persona es independiente y distinta.
Decíamos pues, que la seguridad en uno mismo está en gran parte condicionada por quien en su día nos acompañó en los inicios del aprendizaje de la vida. Toca pues preguntarse: ¿qué reporta seguridad? Sin duda, aquello en lo que se confía, que se conoce de forma empírica y que está avalado por la coherencia. Si el educador se pregunta cómo puede ofrecer esa coherencia que le convertirá en una persona creíble, en quien se puede confiar y, por tanto, en alguien capaz de aportar seguridad, vale repasar su forma de estar en el mundo.
  • Es sincero: piensa lo que dice y dice lo que piensa.
  • Es íntegro: hace concordar sus "hechos" con sus "dichos", es decir, su conducta con sus ideales, creencias y convicciones.
  • Exterioriza y comunica sus sentimientos, consiguiendo así que no distorsionen el pensamiento ni interfieran en la relación.
  • Su tono y volumen de voz, su expresión y mirada y lo que está manifestando no se contradicen, sino que forman un todo único.
  • Su cuerpo dice lo que sus palabras están diciendo, y eso, logra hacérselo sentir a quien le escucha.

Los valores se transmiten con el ejemplo

Educar es acompañar permanentemente. Significa nutrir, proporcionar y enriquecer las potencialidades y aptitudes de la persona a quien se acompaña en su educación. Y significa, además, sacar lo mejor de ella. Pero, mientras los conceptos y las teorías pueden ser transmitidas con la palabra, e incluso pueden llegar a ser objeto de diálogo y análisis, en el aprendizaje de valores y normas que establecen comportamientos y actitudes lo que cuenta prioritariamente es la imitación de los modelos. En los casos en los que el modelo presenta incoherencia entre lo que dice y lo que hace, la persona a educar se quedará con el dato de lo que se ha hecho, sabiendo que es contrario a lo que se ha dicho, pero pesa, importa y se demuestra más con el hecho. No le falta razón al dicho: "más vale una imagen que cien palabras". Esta falta de coherencia habrá ofrecido una enseñanza en la que se duda y desconfía, y además, puede llegar a poner en tela de juicio a quien enseña.

Respetarse a uno mismo

Y es que, si bien ser coherente implica ser respetuoso con las ideas, los sentimientos, los momentos y las opciones que toman los demás, también es serlo con uno mismo. Cuando no somos claros y enmascaramos e incluso en ocasiones nos avergonzamos de lo que pensamos, sentimos o decidimos, desatendemos lo que queremos o necesitamos. Esto nos lleva a delatarnos ante quien se es modelo, y genera en el aprendiz una desorientación que se traduce en incredulidad, desconfianza y, en última instancia, en inseguridad. No en vano, la coherencia requiere y denota la responsabilidad con que asumimos nuestras vidas. Si vivimos y nos mostramos comprometidos con nuestro bienestar y felicidad estaremos aportando la mejor a las enseñanzas del arte de vivir. Ese arte de vivir en interrelación, ya que somos personas sociales, se inicia en la armonía con uno mismo, es decir, con la propia autoestima, que después se transmitirá en el ejemplo.

La coherencia como valor educativo

Visto el poder de la coherencia en nuestras vidas y, por tanto, en toda educación que emprendamos, hagamos que:
  • Nuestras palabras reflejen nuestro pensamiento.
  • Nuestras entonaciones, volumen y expresión corporal hablen de cómo nos sentimos.
  • Nuestro comportamiento vaya acorde con nuestros valores.
  • Nos atrevamos a decir sí cuando queremos decir sí y no cuando queremos decir no.
  • Seamos capaces de vivir sin vergüenza nuestras limitaciones y por tanto no pasando por encima de ellas.
  • Sepamos pedir abiertamente lo que necesitemos, sin recurrir a chantajes ni artimañas.
  • Rehuyamos de aparentar desde "lo que se espera de nosotros", para mostrarnos tal cual somos. La autenticidad es la mejor garantía de nuestra coherencia.

viernes, 29 de junio de 2012

Adria Po


28-06-2012 / 14:50 h EFE
Adrià Pon, el estudiante de Lleida que ha sacado la mejor nota de la demarcación en el examen de selectividad -un 9,35-, quiere ser ingeniero aeronáutico.
Según ha explicado a Efe, se trata de una profesión que le ha atraído desde siempre, porque le gusta el diseño de motores y la aviación, además de ser una profesión que le permitiría, por ejemplo, trabajar en la Fórmula 1.
Se trata de unos estudios a los que probablemente accederá sin ningún problema, ya que el año pasado la nota de corte para entrar en ellos fue de un 12 y la media que ha conseguido Pon es de 13,5 sobre una puntuación total de 14.
"Estoy muy contento. No pensaba que conseguiría una media tan alta", explica.
Pero la realidad es que Pon, como demuestra su expediente, siempre ha sido un chico muy estudioso y sólo una chica de su clase, en el instituto de los Maristas de Lleida, ha conseguido una media más alta que la suya en el global de los estudios.
En cualquier caso, la humildad, además de la capacidad para estudiar, debe ser una característica del carácter de Pon, ya que también resta importancia a la alta nota que ha conseguido en Selectividad.
"Vi las correcciones de mi selectividad y pensé que no sacaría una nota tan alta, porque en exámenes como el de matemáticas o el de física yo había llegado al resultado correcto pero proponiendo una solución diferente a la correcta. Estoy muy satisfecho, aunque algo sorprendido", explica.
Si este leridano que cumple 18 años este sábado entra finalmente a la carrera de Ingeniería Aeronáutica tendrá que abandonar su Lleida natal e irse a Terrassa (Barcelona), única ciudad española donde, junto con Madrid, se pueden cursar estos estudios.

Anabel Moreno de Ripoll


Anabel Moreno continúa abrumada por haber conseguido la mejor nota de las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) en toda Catalunya con un 9,7 sobre 10 y reconoce que cuando la llamaron de Ensenyament para dar la noticia se pensaba que era una broma. Esta joven lleva desde P-3 estudiando en el mismo centro, la escuela Vedruna de Ripoll y completa esta fase educativa con gran satisfacción.
"Desde pequeña, me he esforzado mucho con los estudios porque es mi manera de ser y eso me ha servido como entrenamiento". Su objetivo más inmediato es estudiar Traducción e Interpretación en inglés y alemán en la UPF de Barcelona para ser intérprete, traductora o profesora, aunque no lo tiene decidido.
Hizo la selectividad en Olot y, aunque se sentía confiada con la matrícula de honor de media que había obtenido en el Bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales, nunca hubiera pensado que llegaría a tener la nota más alta de media de todas las asignaturas comunes.
Como ella, un total de 125 estudiantes serán distinguidos por la Generalitat el día 25 de julio por haber sacado un "excelente" en las pruebas.

miércoles, 27 de junio de 2012

lunes, 25 de junio de 2012

La escala de las emociones adecuadas o la conexión emocional


La Escala de las Emociones Adecuadas
1.-Miedos
2.-Desinteres
3.-Pasotismo
4.-Falta de ganas
5.-Falta de Motivos
6.-Falta de Interes
7.-Curiosidad
8.-Interes
9.-Gusto
10.-Hobbi
11.-Interes
12.-Decidir
13.-Avanzar
14.-Ser perseverante
15.-Seguir a pesar de la derrota
16.-Seguir a pesar del cansancio.
20.-Identidad
21.-implicación
22.-Gusto
23.- Identidad
24.-Motivación
25.-Compromiso
26.-Vocación
27.-Ilusión
28.-Entusiasmo
29.-Serenidad
30.-Disfrute
31.-Vida Plena
32.-Abundancia

Alinear: Mente, Cuerpo, Espíritu y Emociones

Para conseguir altos logros has de alinear.
Sí alinear
Que tus capacidades y energías trabajen en una misma dirección.
 1.-Cuerpo
 2.-Mente
 3.-Espíritu
 4.-Emociones 

Emociones Positivas y Vivir con Ilusión


EMOCIONES POSITIVAS
María Luisa Vecina Jiménez
Universidad Complutense
Dentro del campo emergente de la Psicología positiva el estudio de emociones positivas como la alegría, la satisfacción, el orgullo, la esperanza, etc., ha cobrado gran importancia en los últimos años. Cada vez son más numerosos los trabajos empíricos que se centran en demostrar la relación entre la experiencia de emociones positivas y variables como la salud, el bienestar psicológico, la creatividad, la resiliencia, etc.. En este artículo se exponen algunos de estos trabajos y se enmarcan dentro de la Teoría abierta y construida de las emociones positivas, propuesta por Bárbara Fredrickson para explicar el valor adaptativo de estas emociones. Finalmente se describen dos estados emocionales positivos, la elevación y la fluidez, que suelen pasar desapercibidos y que sin embargo tienen importantes beneficios psicológicos y sociales.
Palabras clave: emociones positivas, elevación, fluidez.
Within the emerging field of positive psychology, the study of positive emotions as joy, satisfaction, pride, hope has experienced an important increase during the last years. Furthermore, numerous empirical studies have shown the relationship between positive emotions and health, subjective well-being, creativity, resiliency, etc.. En this article, some of these studies are exposed. They fit in The broaden-and-build theory of positive emotions, proposed by Barbara Fredrickson to explain the adaptive benefits of positive emotions. Finally, we describe two positive emotions, elevation and flow, that are often unnoticed and are nevertheless important vehicles for individual growth and social connection.
Key words: positive emotions, elevation, flow.
Correspondencia: María Luisa Vecina Jiménez. Facultad de Psicología. Universidad Complutense. E-mail: mvecina@psi.ucm.es
El estudio científico de las emociones positivas ha sido considerado tradicionalmente una actividad frívola y como tal ha merecido poca atención por parte de los investigadores (Fredrickson, 2003). Además, el interés actual por lo positivo es considerado por muchos autores como una moda pasajera o, lo que es peor, como un "refrito" de cosas ya sabidas. Esto puede ser cierto, pero también lo es que no por sabido se aplica y practica todo lo que sería deseable un conocimiento, enfoque o como queramos denominarlo, de tanta trascendencia para el ser humano.
La tendencia natural a estudiar aquello que amenaza el bienestar de las personas ha llevado a centrarse con carácter prioritario en las emociones negativas y a olvidar el valor de las positivas. También es verdad que lo bueno se da por supuesto (Sears, 1983). Es una creencia generalizada pensar que la bondad es una característica representativa de los seres humanos (creer lo contrario haría la vida mucho más difícil), por tanto es algo considerado como normal y lo normal no parece requerir demasiadas explicaciones y mucho menos explicaciones urgentes.
En los últimos años esta tendencia está cambiando y numerosos psicólogos han comenzado a investigar la función adaptativa de las emociones positivas dentro del marco aportado por la Psicología Positiva (Seligman, 2002; Seligman y Csikszentmihalyi, 2000). En este contexto, el cultivo de estas emociones se está convirtiendo en un valioso recurso terapéutico y también en un poderoso recurso para transformar la vida ordinaria de muchas personas en algo plenamente satisfactorio y con sentido.
Con un enfoque divulgativo, aunque basado en trabajos de investigación publicados en revistas científicas, se expondrán a continuación los principales resultados que avalan el creciente interés por este tema, sobre el que sin duda todavía hay mucho que investigar. Son muchas las dificultades que conlleva estudiar experimentalmente fenómenos complejos y son importantes las limitaciones metodológicas de muchos de estos estudios: muestras pequeñas, no aleatorias, instrumentos que en ningún caso pueden medir directamente los fenómenos objeto de investigación, sino sus diversas manifestaciones, etc.. Todo ello hace imprescindible interpretar con cautela los resultados, pero también anima a seguir investigando.
¿QUÉ SON LAS EMOCIONES?
Las emociones tienen su sede biológica en un conjunto de estructuras nerviosas denominado sistema límbico, que incluye el hipocampo, la circunvalación del cuerpo calloso, el tálamo anterior y la amígdala. La amígdala, además de desempeñar otras funciones, es la principal gestora de las emociones y su lesión anula la capacidad emocional. Las conexiones neuronales entre estas estructuras ubicadas en el cerebro reptiliano y la parte moderna del cerebro, el neocortex, son muchas y directas, lo cual asegura una comunicación de vértigo muy adaptativa en términos evolutivos (Ledoux, 1996). Esto hace que sea algo ficticio hablar de pensamiento, emoción y conducta como entidades separadas. Sin embargo, en la práctica investigadora se diferencian para hacer más abordable su estudio.
Pretender definir constructos complejos, y las emociones lo son, no es una tarea fácil. De hecho hoy continúa siendo objeto de debate e investigación tanto su origen, como su estructura interna, las diferencias entre estados afectivos, etc. (Diener, 1999; Ekman, 1994; Parkinson, 1996, 2001).
A pesar de estas dificultades existe cierto consenso respecto a algunas de las características de las emociones básicas (Fredrickson, 2001), de manera que se puede considerar que las emociones son tendencias de respuesta con un gran valor adaptativo, que tienen evidentes manifestaciones a nivel fisiológico, en la expresión facial, la experiencia subjetiva, el procesamiento de la información, etc., que son intensas pero breves en el tiempo y que surgen ante la evaluación de algún acontecimiento antecedente.
Esta definición parece ajustarse mejor al estudio de emociones negativas (miedo, ira, asco, tristeza, etc.), que al estudio de emociones positivas (alegría, orgullo, satisfacción, esperanza, fluidez, elevación, etc.) fundamentalmente porque las primeras se pueden asociar a tendencias de respuesta claras y específicas y las segundas no tanto (Fredrickson y Levenson, 1998). Así, por ejemplo, cuando una persona siente miedo ante algo o alguien sus sistemas de alerta automáticos se activan, se dispone rápidamente a huir o a protegerse, su expresión facial refleja una imagen única y reconocida prácticamente de forma universal por cualquier individuo (Ekman, 1989). Muy probablemente, tales reacciones habrán permitido a muchos individuos de nuestra especie salvar la vida en situaciones críticas, lo cual reflejaría el valor inmediato para la supervivencia que tienen las emociones negativas (Izard, 1993; Malatesta y Wilson, 1988). En este mismo sentido Robert Sapolsky, neurólogo de la Universidad de Standford, afirma en una reciente entrevista que ante amenazas inminentes el cuerpo utiliza toda la energía almacenada para activar los músculos apropiados, aumentar la tensión arterial para que la energía fluya más deprisa y desactivar todo tipo de proyecto a largo plazo. Comenta en tono distendido que si te persigue un león, escoges otro día para ovular, retrasas la pubertad, ni se te ocurre crecer, ya digerirás más tarde, pospones la fabricación de anticuerpos para la noche, si todavía estás vivo... (Punset, 2005).
Por el contrario, cuando una persona experimenta alegría la tendencia de respuesta es más ambigua e inespecífica: puede dar saltos de alegría, pero también puede dedicarse a bromear, a ayudar a otros, a hacer planes para el futuro, a ligar, a explorar, etc.. La utilidad de este tipo de respuestas para la supervivencia no parece tan evidente, principalmente porque no es inmediata, pero no por ello debe obviarse. De hecho, es posible intuir otra clase de beneficios derivados de las emociones positivas que, si bien puede que no encajen perfectamente en los modelos teóricos existentes, las haría merecedoras del desarrollo de modelos específicos (Ekman, 1994).
EL VALOR DE LAS EMOCIONES POSITIVAS
Bárbara Fredrickson ha abierto una línea de investigación centrada específicamente en las emociones positivas y en su valor adaptativo (Fredrickson, 1998, 2000b, 2001, 2003; Fredrickson y Branigan, 2000). Recientemente ha planteado la Teoría abierta y construida de las emociones positivas (Broaden and build theory of positive emotions) (Fredrickson, 1998, 2001), que sostiene que emociones como la alegría, el entusiasmo, la satisfacción, el orgullo, la complacencia, etc., aunque fenomenológicamente son distintas entre sí, comparten la propiedad de ampliar los repertorios de pensamiento y de acción de las personas y de construir reservas de recursos físicos, intelectuales, psicológicos y sociales disponibles para momentos futuros de crisis.
Experimentar emociones positivas es siempre algo agradable y placentero a corto plazo y para esta autora, además, tendría otros efectos beneficiosos más duraderos, en la medida en la que ello prepara a los individuos para tiempos futuros más duros (Fredrickson, 1998, 2001). La alegría, por ejemplo, anima a jugar en el sentido amplio de la palabra, a empujar los límites, a ser creativo (Frijda, 1986) y ello permite el desarrollo y el entrenamiento de habilidades físicas (fuerza, resistencia, precisión), de habilidades psicológicas e intelectuales (comprensión de normas, memoria, autocontrol) y de habilidades sociales necesarias para el establecimiento de relaciones de amistad y de apoyo. Todas estas habilidades, conceptualizadas como recursos, pueden llegar a ser muy valiosas en momentos de escasez y de conflicto, en los que disponer de velocidad, de resistencia, de amigos, de capacidad de innovación, etc. puede ser la diferencia entre vivir y morir.
Las funciones de las emociones positivas vendrían a complementar las funciones de las emociones negativas (Fredrickson, 2001) y ambas serían igualmente importantes en un contexto evolutivo. Si las emociones negativas solucionan problemas de supervivencia inmediata (Malatesta y Wilson, 1988) porque tienen asociadas tendencias de respuesta específicas (la ira, por ejemplo, prepara para el ataque; el asco provoca rechazo, vómito; el miedo prepara para la huida), las emociones positivas solucionan cuestiones relativas al desarrollo y crecimiento personal y a la conexión social. Las primeras propician formas de pensar que reducen el rango de respuestas posibles y las segundas propician formas de pensar que lo amplían. En este sentido, las emociones positivas habrían contribuido a generar las condiciones adecuadas para que nuestros ancestros desarrollaran las habilidades físicas necesarias para superar la estrategia de los depredadores, las habilidades psicológicas que permiten descubrir e inventar posibilidades y las habilidades sociales adecuadas para generar vínculos entre personas y el aprendizaje de conductas de ayuda.
En un contexto más cercano también es posible observar empíricamente algunos de los beneficios derivados de experimentar emociones positivas y en esto es en lo que se centran cada vez más investigadores que adoptan un enfoque positivo de la psicología.
LAS EMOCIONES POSITIVAS MEJORAN LA FORMA DE PENSAR
Numerosos estudios experimentales vienen demostrando que el afecto positivo se relaciona con una organización cognitiva más abierta, flexible y compleja y con la habilidad para integrar distintos tipos de información (Derryberry y Tucker, 1994; Isen, 1987, 1990, 2000; Isen y Daubman, 1984; Isen, Daubman y Nowicki, 1987; Isen, Johnson, Mertz y Robinson, 1985; Isen, Niedenthal y Cantor, 1992; Isen, Roenzweig y Young, 1991). El resultado de esta forma de pensar hace más creativa la solución de problemas y más acertados y sensatos los juicios y la toma de decisiones (Carnevale y Isen, 1986; Isen, 1993; Isen, Nygren y Ashby, 1988; Lyubomirsky, King y Diener, 2005).
Uno de estos experimentos puso de manifiesto que los diagnósticos sobre enfermedades hepáticas eran más acertados cuando a los médicos se les hacía sentir bien regalándoles previamente una simple bolsita de golosinas (Fredrickson, 2003). Más acertados se refería en este estudio a que los médicos tardaban menos tiempo en integrar la información del caso y a que eran menos proclives a basarse en pensamientos iniciales y, por tanto, a hacer diagnósticos prematuros.
Otros experimentos (Isen et al., 1987) muestran que los estados afectivos positivos inducidos, bien fuera viendo una comedia o recibiendo un pequeño regalo comestible, facilitan la solución creativa de problemas. Concretamente, parecen incrementar las asociaciones novedosas, no previsibles y las combinaciones inusuales de elementos.
En esta misma línea, se ha comprobado que las personas expuestas a imágenes que suscitan distintas emociones (alegría, serenidad, miedo o tristeza) difieren en la forma de procesar información visual. A la hora de realizar una tarea de categorización en la que no existen respuestas correctas e incorrectas, sino respuestas que reflejan una forma global o local de percibir una configuración de elementos, las personas que experimentan emociones positivas tienden a elegir configuraciones más globales, es decir, ven el bosque más que los árboles (Fredrickson, 2001).
La relación existente entre afecto positivo y pensamiento abierto y flexible ha sido analizada específicamente en otro estudio empírico (Fredrickson y Joiner, 2002). Después de tomar medidas repetidas de varias emociones positivas y de indicadores de pensamiento abierto y flexible, se observó que existía un reforzamiento mutuo entre ambas variables, es decir, la presencia de emociones positivas predecía en un momento temporal posterior pensamiento abierto y flexible y, de igual manera, el pensamiento abierto y flexible predecía afectividad positiva en el futuro.
Todos estos resultados sugirieren que en general las emociones positivas facilitan la puesta en marcha de patrones de pensamiento receptivos, flexibles e integradores, que favorecen la emisión de respuestas novedosas. Es muy posible que esta forma de pensar, y no la opuesta, haya precedido a los grandes descubrimientos y a las realizaciones más importantes de la historia de la humanidad y de cuyo valor nadie duda. Es difícil imaginar a Miguel Ángel cabreado mientras pintaba la Capilla Sixtina, a Newton iracundo debajo del manzano, a Edison, a Marie Curie, a Pasteur, etc., etc. deprimidos en sus laboratorios. Por el contrario, es fácil imaginarles pensando posibilidades y alternativas, combinando elementos a priori imposibles, absortos en su tarea, emocionados contemplando sus avances hacia una meta deseada y llena de significado para ellos.
LAS EMOCIONES POSITIVAS SE RELACIONAN CON LA SALUD
Considerando que la salud es algo más que la ausencia de enfermedad y que las emociones positivas son también algo más que la ausencia de emociones negativas, es posible plantear la utilidad de las emociones positivas para prevenir enfermedades, para reducir la intensidad y duración de las mismas y también para alcanzar niveles elevados de bienestar subjetivo (Lyubomirsky, King y Diener, 2005).
Que las emociones positivas se relacionan con el nivel de bienestar subjetivo o felicidad no es una afirmación sorprendente, sin embargo afirmar que prolongan la vida sí lo es y requiere de pruebas más consistentes.
En esta línea, un sorprendente estudio que además reúne condiciones de control experimental excelentes, analizó el estado de salud y la longevidad de 180 monjas que en 1932, justo antes de ingresar en una orden religiosa, escribieron breves relatos autobiográficos sobre sus vidas y sobre lo que esperaban del futuro (Danner, Snowdon y Friesen, 2001). Este estudio ha puesto de manifiesto que, dadas las condiciones homogéneas en las que todas las monjas habían vivido, la única variable a la que se podían atribuir las diferencias observadas en su estado de salud y en su longevidad era la presencia de emociones positivas en los antiguos relatos. Las monjas que reflejaron en sus escritos emociones positivas (alegría, anhelo, felicidad) gozaban de mejor estado de salud y vivían una media de diez años más que aquellas que prácticamente no expresaron emociones. El 90% de las monjas del grupo más alegre seguía viviendo a los 85 años en contraste con el 34% del grupo menos alegre.
En otro importante estudio se evaluó el estado de salud y el estado emocional de 2.282 sujetos de más de 65 años y se les hizo un seguimiento durante dos años. Los resultados mostraron que la experiencia de emociones positivas protegía a las personas mayores de los efectos más negativos del envejecimiento y de la incapacidad y, lo más importante, predecía con éxito quienes vivirían y quienes morirían (Ostir, Markides, Black y Goodwin, 2000).
En un reciente estudio, 334 voluntarios sanos entre 18 y 54 años fueron evaluados en su tendencia a expresar emociones positivas (felicidad, satisfacción y tranquilidad) y emociones negativas (ansiedad, hostilidad y tristeza). Posteriormente, a todos ellos se les administró nasalmente unas gotas que contenían el virus que produce el resfriado común. Los resultados mostraron que aquellos sujetos con un estilo emocional positivo presentaban un riesgo menor de contraer resfriado que aquellos sujetos con estilo emocional negativo (Cohen, Doyle, Turner, Alper y Skoner, 2003).
Un posible mecanismo explicativo de este efecto protector de la salud es el que plantea la hipótesis de que las emociones positivas deshacen los efectos fisiológicos que provocan las emociones negativas (Fredrickson, 1998, 2003). Una tendencia de respuesta específica asociada a la experiencia de emociones negativas es el incremento de la actividad cardiovascular (presión sanguínea, frecuencia cardiaca, vasoconstricción periférica), que sostenida en el tiempo se relaciona directamente con numerosas enfermedades. Varios estudios experimentales han puesto de manifiesto que la recuperación cardiovascular en personas que habían visto extractos de películas de terror, es decir, que habían experimentado miedo, era más rápida cuando posteriormente veían extractos que suscitaban alguna emoción positiva (alegría o sorpresa) que cuando veían películas emocionalmente neutras o que suscitaban tristeza (Fredrickson y Levenson, 1998) y que los sujetos que espontáneamente sonreían mientras veían un extracto de película triste se recuperaban unos 20 segundos antes que los que no sonreían nunca.
En otro experimento se provocaron reacciones de ansiedad en un grupo de estudiantes al comunicarles que en un minuto tendrían que exponer ante una cámara un discurso sobre por qué se consideraban buenos amigos y que ese discurso sería posteriormente evaluado por sus compañeros. En estas condiciones se formaron cuatro grupos, dos vieron películas que elicitaban emociones positivas (alegría, satisfacción), uno vio una película que elicitaba tristeza y un cuarto grupo sirvió de control. Los resultados (Fredrickson, 2003) mostraron que los sujetos que habían visto las películas que provocaban emociones positivas tuvieron una recuperación cardiovascular más rápida que el grupo de control y mucho más rápida que los que vieron la película triste.
Otro posible mecanismo de acción por el que las emociones positivas protegerían a las personas de enfermedades y trastornos es el que proponen Aspinwal y sus colegas en un estudio del que concluyen que las personas que se consideraban felices buscaban, asimilaban y recordaban mejor información sobre riesgos para la salud (Aspinwal, Richter y Hoffman, 2001).
Todos estos datos en conjunto parecen indicar que las emociones positivas deshacen los efectos negativos que provocan las emociones negativas, lo que iría asociado a un menor desgaste del sistema cardiovascular y con ello a un mejor estado de salud (Fredrickson y Levenson, 1998). Esto, unido a que la experiencia de emociones positivas predice un elevado nivel de bienestar subjetivo, entendido éste como el promedio de emociones positivas y negativas (Diener, Sandvik y Pavot, 1991) y a que también aumenta la probabilidad de sentirse bien en el futuro (Fredrickson, 2001; Fredrickson y Joiner, 2002), hace posible asignar un papel protagonista a las emociones positivas, como mínimo, en el cuidado de la salud y en el logro de estados subjetivos de bienestar.
LAS EMOCIONES POSITIVAS MEJORAN LA CAPACIDAD DE AFRONTAMIENTO ANTE LA ADVERSIDAD
Las emociones positivas también contribuyen a hacer más resistentes a las personas frente a la adversidad y ayudan a construir resiliencia psicológica (Aspinwal, 2001; Carver, 1998; Lazarus, 1993; Lazarus, 1993; Lyubomirsky, King y Diener, 2005). Las personas resilientes, aquellas que ante la adversidad se doblan pero no se rompen, son capaces de experimentar emociones positivas en situaciones estresantes. Varios estudios han puesto de manifiesto que las personas más resilientes suelen experimentar elevados niveles de felicidad y de interés por las cosas en momentos de gran ansiedad provocados experimentalmente (Fredrickson, 2001; Tugade y Fredrickson, 2004). La presencia de emociones positivas durante los momentos de aflicción hace más probable que se desarrollen planes de futuro y estos planes, junto con las emociones positivas, predicen un mejor ajuste psicológico doce meses después de haber vivido un suceso traumático (Stein, Folkman, Trabasso y Richards, 1997).
Igualmente, las emociones positivas protegen frente a la depresión, incluso después de haber pasado una experiencia realmente traumática. En un estudio realizado con medidas tomadas antes y después de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York se evidenció que las personas que, junto a las emociones dominantes de angustia, miedo, disgusto y desprecio, experimentaron también tras los atentados emociones positivas de gratitud, interés, amor, esperanza, orgullo, etc., presentaban menos síntomas depresivos y más optimismo, satisfacción con la vida y tranquilidad. Las emociones positivas parecían ser un ingrediente activo esencial que, además de ayudar a las personas resilientes a no hundirse en la depresión, también contribuían a incrementar sus recursos psicológicos de afrontamiento (Fredrickson, Tugade, Waugh y Larkin, 2003).
Igual que un estado afectivo negativo lleva a un pensamiento focalizado pesimista y éste a un estado afectivo más negativo todavía en una espiral de influencia recíproca que puede terminar conduciendo a una depresión clínica (Peterson y Seligman, 1984), un estado afectivo positivo, favorecido por la experiencia de emociones positivas, llevaría a un pensamiento abierto, integrador, creativo y flexible que facilitaría el afrontamiento eficaz de la adversidad y que a su vez incrementaría los niveles de bienestar futuros (Fredrickson, 2001; Fredrickson y Joiner, 2002).
APLICACIONES TERAPÉUTICAS
La Psicología ha priorizado el estudio de todo aquello que impide, limita o dificulta el desarrollo de las personas y ha desarrollado estrategias eficaces para corregir numerosos déficits y trastornos. Si bien experimentar emociones negativas es algo inevitable y a la vez útil desde el punto de vista evolutivo, también es cierto que tales emociones se encuentran en el núcleo de muchos de los trastornos psicológicos (O’Leary, 1990; Watts, 1992). El interés consciente de los psicólogos por estudiarlas y manipularlas ha contribuido notablemente a disminuir el sufrimiento de muchas personas, pero la necesidad de continuar mejorando la eficacia de los tratamientos psicológicos obliga a explorar nuevos caminos y en este sentido no parece descabellado proponer un papel más activo para las emociones positivas en la prevención y el tratamiento de numerosos trastornos. De hecho, es incluso posible plantear que parte de la eficacia de muchas de las técnicas y estrategias de intervención psicológicas ya desarrolladas se debe a que generan estados emocionales positivos o a que crean las condiciones adecuadas para que éstos aparezcan (Fredrickson, 2000a). Las técnicas de relajación, por ejemplo, son especialmente utilizadas en el tratamiento de los trastornos de ansiedad y, según Fredrickson, son eficaces porque, de una manera o de otra, propician condiciones adecuadas para sentirse contento (calma interior, percepción de uno mismo y de su conexión con el mundo). Imaginar escenas placenteras, reales o no, representar una situación agradable con convicción, relajar los músculos, son estrategias que animan a saborear el momento presente y que facilitan la integración de experiencias.
Algo similar sucede con las técnicas conductuales que proponen incrementar el número de actividades placenteras para tratar trastornos como la depresión. Obviamente, la realización de actividades placenteras elegidas por uno mismo incrementa los niveles de reforzamiento positivo recibidos y hace más probable la aparición de distintas emociones positivas, que vendrían a contrarrestar la presencia de las negativas.
Las terapias cognitivas, por su parte, insisten en que no son los acontecimientos negativos en sí mismos los que conducen a la depresión, sino las explicaciones que las personas tienen sobre ellos, generalmente internas, estables y globales (Abramson, Seligman y Teasdela, 1978; Peterson y Seligman, 1984), por lo que intentan sustituir dichas explicaciones por otras externas, inestables y específicas. Esta estrategia, conocida como aprendizaje del optimismo, ha resultado ser eficaz para prevenir y tratar los trastornos depresivos. La clave de su eficacia puede radicar en el intento de anular el efecto de los significados negativos, aunque ello no implique necesariamente sustituirlos por otros positivos. En esto último, sin embargo, es en lo que empiezan a insistir algunos autores cuando proponen estrategias complementarias para encontrar significados positivos en la vida diaria, como por ejemplo: la reevaluación positiva de acontecimientos adversos, la valoración positiva de eventos cotidianos, el establecimiento y el logro de objetivos realistas (Folkman y Moskowitz, 2000; Folkman, Moskowitz, Ozer y Park, 1997). Los datos empíricos muestran que tales fuentes diarias de significado positivo predicen la recuperación de estados afectivos deprimidos y el bienestar psicológico a largo plazo (Folkman, Chesney, Collette, Boccellari y Cooke, 1996), por lo que continuar explorando las posibilidades de estrategias centradas en lo positivo es algo sugerente para la investigación y muy probablemente útil para incrementar la eficacia de los tratamientos.
DESCRIPCIÓN DE ALGUNOS ESTADOS EMOCIONALES POSITIVOS
A pesar de que en nuestro vocabulario existen más términos para referirse a emociones negativas que a emociones positivas (Averill, 1980) y que muy probablemente ello condiciona que seamos mucho más conscientes de los estados afectivos negativos que de los positivos y agradables (Avia y Vázquez, 1998), es posible hacer un esfuerzo de autoobservación para identificar estados emocionales positivos como primer paso para intentar intensificarlos después.
Las emociones positivas son más de las que a priori imaginamos y pueden centrarse, según Seligman, (2002), en el pasado, en el presente y en el futuro. Son ejemplo de emociones positivas del pasado la satisfacción, la complacencia, la realización personal, el orgullo. Las emociones del presente son, entre otras, la alegría, el éxtasis, la tranquilidad, el entusiasmo, la euforia, el placer, la elevación y la fluidez. Finalmente, son emociones positivas del futuro el optimismo, la esperanza, la fe y la confianza. A continuación se describen dos estados emocionales positivos del presente que suelen pasar desapercibidos y que sin embargo tienen importantes beneficios psicológicos y sociales.
Elevación
La emoción de elevación, traducción literal del inglés elevation, es una emoción positiva que se experimenta como un fuerte sentimiento de afecto en el pecho (Haidt, 2000, 2002). Surge cuando somos testigos de actos que reflejan lo mejor del ser humano y provoca un deseo de ser mejores personas. Es lo que uno puede experimentar cuando con desgraciadamente poca frecuencia los informativos cuentan la historia de alguien anónimo que olvidó sus propios intereses y se jugó la vida por otra persona, o menos dramáticamente, que actuó pensando en el bien de otros y no en el suyo. Elevación es lo que probablemente sintieron muchas personas cuando vieron que, tras los atentados del 11 de marzo en Madrid, los enfermos ingresados en los hospitales cedían sus camas a los heridos, los taxistas ofrecían gratuitamente sus vehículos a los familiares de las víctimas, los madrileños se echaban a la calle para donar sangre masivamente, etc., etc.. Elevación es lo que se experimenta incluso al recordarlo.
La experiencia de esta emoción hace más probable que queramos estar, cooperar y ayudar a otras personas (Isen, 1987; Isen y Levin, 1972; Oatley y Jenkins, 1996; Seligman, 2002), y ello tiene importantes beneficios psicológicos y sociales. Por una parte, las personas que tras experimentar esta emoción deciden pasar a la acción y ayudan a otras, se pueden sentir orgullosas de sus buenos deseos y satisfechas por sus acciones. Paralelamente, las personas que son ayudadas pueden sentir otra importante emoción positiva, la gratitud, y las que simplemente son testigos de esa relación de ayuda puede experimentar elevación, lo que suscitaría nuevos deseos de ser mejor persona y de ayudar a otros. Esta espiral positiva tiene efectos sociales beneficiosos en términos de solidaridad, altruismo, cooperación, etc.. y contribuye efectivamente a crear redes sociales de apoyo y a cohesionar el tejido social. En definitiva, permite mejorar la calidad de vida dentro de las comunidades, los grupos y las organizaciones (Fredrickson, 2001).
Fluidez
La fluidez (en inglés flow) es un estado emocional positivo (Csikszentmihalyi, 1975, 1990; Csikszentmihalyi y Csikszentmihalyi, 1988) que se experimenta en momentos en los que las personas se encuentran totalmente implicadas en la actividad que están realizando hasta un punto en el que nada más parece importarles. Las personas que experimentan fluidez sienten que controlan sus acciones y que son dueñas de su destino, sienten júbilo y una profunda sensación de satisfacción, más allá del mero divertimento. Esta experiencia es en sí misma tan placentera que lleva a continuar en la actividad, a pesar de la presencia de costes y obstáculos.
La fluidez se produce cuando las habilidades de la persona están en equilibrio con los retos y desafíos que la actividad le plantea. En estas circunstancias, la atención se concentra en la consecución de una meta realista, la retroalimentación que se obtiene sobre el nivel de ejecución es inmediata y uno llega a olvidarse de sí mismo. Una expresión coloquial que resume este estado es la siguiente: "mientras estaba haciendo ...., el tiempo se me pasó volando".
Numerosas actividades son susceptibles de producir fluidez: jugar al ajedrez, pintar, escalar, correr, componer y tocar música, bailar, escribir, etc.. Es fácil en estas situaciones observar los efectos beneficiosos sociales y culturales de involucrarse en tales actividades: obras de arte, piezas musicales, proezas deportivas y estéticas que pasan a la historia y que en definitiva vienen a reflejar lo que diferencia a las personas de otros animales. Pero, además, es posible experimentar fluidez realizando actividades que no han sido libremente elegidas o que son reforzadas extrínsecamente, por ejemplo con un salario, y en las que a simple vista parecería que no es el gusto por hacerlas lo que las motiva principalmente. Csikszentmihalyi (1990) describe experiencias de fluidez fantásticas en cirujanos, operarios de cadenas de montaje, científicos, madres que cuidan de sus hijos, prisioneros de campos de concentración, etc. Y es que algunos individuos logran transformar tareas rutinarias, trabajos aburridos, circunstancias realmente adversas en experiencias subjetivamente controlables, de las que pueden extraer algún grado de satisfacción y que en ocasiones han propiciado descubrimientos, innovaciones o producciones que han cambiado el curso de la historia.
El enfoque positivo de la Psicología, que tal vez no podamos calificar como nuevo pero sí como importante y necesario, tiene mucho trabajo por delante. En primer lugar, tiene que superar las limitaciones de las investigaciones sobre los procesos emocionales. La Psicología, como afirma Ruut Veenhoven, ha tenido más éxito en comprender el pensamiento que el afecto y aunque está claro que los acontecimientos y la evaluación de los mismos evocan experiencias afectivas, la fabricación interna de tales experiencias sigue siendo apenas comprendida (Veenhoven, 1994). Además, es necesario identificar los antecedentes que elicitan diferentes estados afectivos positivos, progresar en el desarrollo de medidas fiables y válidas, acumular evidencias sobre los efectos que ello tiene sobre distintas variables y explicar los mecanismos precisos que conducen a tales efectos.

domingo, 24 de junio de 2012

Maria Luisa Becerra Naciste para Triunfar


María Luisa Becerra: "Dime cómo naciste y te diré cómo
eres"
Afirma que elegimos a nuestros padres antes del nacimiento y que la forma en que nacimos condiciona nuestra manera de ser.
GASPAR HERNÀNDEZ
--¿Tan importante es la forma como nacemos?
--Importantísima, porque queda grabada en nuestra memoria celular
y nos condiciona toda la vida. Dime cómo naciste y te diré cómo eres.
-¿Cómo suelen ser, a partir de lo que ha constatado, las
personas nacidas de forma prematura?
--Son los rápidos, siempre tienen prisa. Son personas que,
generalmente, no se encontraban bien en la vida intrauterina y
quisieron salir antes de tiempo.
--¿Y los nacidos por cesárea?
--Suelen tener unos sentimientos de culpabilidad muy grandes y baja
energía porque creen, inconscientemente, que su vitalidad hace daño al ser al que aman. Y van a atraer a
personas que les permitan pensar: "¿Lo ves? Yo hago daño a las personas a las que amo". Además, han
tenido problemas de vinculación afectiva y de contacto físico.
--¿Y cuando el parto ha sido con mucho dolor?
--Depende de cómo la madre lo haya vivido. Una madre puede haber tenido un parto con mucho dolor, pero
ha podido vivirlo rendida y amorosamente, sin culpabilizar al niño. El problema es que el niño haya oído
reiteradamente que para que él naciera su madre sufrió mucho. Ese niño creerá que para recibir amor es
necesario sufrir.
--Son afirmaciones contundentes. Pero la vida es más que la gestación: influyen muchísimas
cosas.
--A la gente escéptica, yo les digo que todo esto se ha demostrado científicamente y que hay bibliografía.
Soy psicoterapeuta y he estado más de 30 años acompañando a mujeres en el parto, como soporte
emocional.
--¿Qué más dice a los escépticos?
--Que observen los momentos de transición o cambio en su vida, y verán que en estas situaciones han
actuado con una fuerza que, si la observan bien, reconocerán que no es del presente. ¿Por qué cuando viajo
sufro tanto? ¿O cuando me traslado de casa? ¿O cuando me separo de alguien? Observen cómo se activan
esas memorias.
--Son las memorias celulares.
--Son memorias congeladas en el cuerpo debido a situaciones trau- máticas en el inicio de la vida.
--¿Y qué hace usted con ellas?
--Llevar a cabo la terapia del rebirthing o renacimiento.
/
Miércoles
dic. 2008
3

Las Maneras de mejorar la Actitud

Nuestra actitud es importante de que sea buena
Y has de saber que siempre la puedes mejorar.
Es una manera de alinearte con lo que de verdad quieres obtener.
El perfil del coach se caracteriza por sudon de liderazgo no directivo, facilidad de expresión, buena capacidad de análisis, competencias para orientarse a los resultados, y en algunos casos una extensa experiencia profesional y de vida, útil para poder acompañar a otras personas y profesionales en su mejoramiento continuo de los resultados.
Dentro de este orden de ideas, una primera actitud que te puede dar grandes beneficios en tus ventas como coach empresarial, coach ejecutivo, coach de negocios,…, es la apertura mental y flexibilidad, para entender las necesidades de cada cliente, sus particulares procedimientos y exigencias para ser coacheados y atendidos, las profundidades de cada área de negocio, y las diferentes personalidades de personas y clientes que deberás tratar en tunegocio de coaching.
Recuerda que a los clientes les gustan los proveedores flexibles y que se ajustan a sus necesidades, y no al contrario. Les interesan los coaches que están dispuestos a enfrentar cualquier problema y contingencia, no le temen a lo desconocido ni al riesgo, porque confían en sus capacidades y habilidades.
La segunda actitud que deberás cultivar como coach es el optimismo y positivismo. Una empresa ya se encuentra abrumada o agobiada con sus propios problemas como para que el coach le incremente más inconvenientes y dificultades. El cliente espera que el coach sea un motivador y no una piedra en el zapato, le ayude a visualizar varias alternativas a la solución y no trabas, crea en que las cosas se pueden realizar mejor, y logre impulsar y motivar a la gente que coachea para que mejore y crea en sus propias capacidades.
Surge una tercera actitud clave en las ventas como es el servicio, la entrega entusiasta al cliente, entendida como brindar el tiempo suficiente para atender sus necesidades, disponer de recursos y de la tecnología apropiada para que los procesos de cambio se lleven a cabo, la amabilidad, disponibilidad, respeto y cumplimiento de los compromisos realizados. El cliente valorará al coach que le entregue un servicio superior y estará dispuesto a recomendarte con otros clientes.
Cada negocio cuenta con sus propios secretos y estrategias de éxito, que de ninguna manera desearán compartir con sus competidores. Por ello, la cuarta actitud para mantener y aumentar las ventas como coach, es la confidencialidad a toda prueba. Que seas un profesional responsable y cuidadoso en la información que brindas y divulgas, y que seas capaz de guardar los secretos empresariales que te confíen con tu propia vida. Si lo logras, los clientes llegarán y permanecerán, de lo contrario se irán irremediablemente.
La quinta actitud clave para que las ventas de todo coach florezcan y crezcan, es lograr que los éxitos queden lo suficientemente documentados y organizados, para que se conviertan en tu mejor referencia. Los clientes buscan gestiones exitosas, coaches de éxito y que les puedan ayudar efectivamente en sus necesidades (aquí la importancia de identificar a tu nicho de mercado ideal y crear la diferencia respecto a otros profesionales). Tus pequeños éxitos iniciales servirán para que nuevos clientes te lleguen, y de esta forma seguir forjando resultados y logros cada vez mayores y de mejor resonancia.

Las escala del Interés y motivación

"Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo" Benjamin Franklin
Es importante que aprenda a sentirme involucrado o comprometido con algo.
La Escala de las Emociones Adecuadas
1.-Miedos
2.-Desinteres
3.-Pasotismo
4.-Falta de ganas
5.-Falta de Motivos
6.-Falta de Interes
7.-Curiosidad
8.-Interes
9.-Gusto
10.-Hobbi
11.-Interes
12.-Identidad
13.-implicación
14.-Gusto
15.- Identidad
16.-Motivación
17.-Compromiso
18.-Vocación
19.-Ilusión
20.-Entusiasmo
23.-Serenidad
24.-Disfrute
25.-Vida Plena
26.-Metas claras
27.-Objetivos muy claros
28.-Identificate
29.-Dedícate
30.-Que te vean como lo que quieres ser: Identidad
31.-Esfuérzate
32.-Disfruta el camino


Las Emociones Adecuadas


La Escala de las Emociones Adecuadas
1.-Miedos
2.-Desinteres
3.-Pasotismo
4.-Falta de ganas
5.-Falta de Motivos
6.-Falta de Interes
7.-Curiosidad
8.-Interes
9.-Gusto
10.-Hobbi
11.-Interes
12.-Identidad
13.-implicación
14.-Gusto
15.- Identidad
16.-Motivación
17.-Compromiso
18.-Vocación
19.-Ilusión
20.-Entusiasmo
23.-Serenidad
24.-Disfrute
25.-Vida Plena

Es importante establecerte en las emociones adecuadas

Adele y los Valores

I heard that you're settled down,
That you found a girl and you're married now,
I heard that your dreams came true,
Guess she gave you things I didn't give to you,
Old friend, why are you so shy?
Ain't like you to hold back or hide from the light,

I hate to turn up out of the blue uninvited,
But I couldn't stay away, I couldn't fight it,
I had hoped you'd see my face,
And that you'd be reminded that for me it isn't over,

Never mind, I'll find someone like you,
I wish nothing but the best for you, too,
Don't forget me, I beg,
I remember you said,
"Sometimes it lasts in love,
But sometimes it hurts instead,"
Sometimes it lasts in love,
But sometimes it hurts instead, yeah,

You know how the time flies,
Only yesterday was the time of our lives,
We were born and raised in a summer haze,
Bound by the surprise of our glory days,

I hate to turn up out of the blue uninvited,
But I couldn't stay away, I couldn't fight it,
I had hoped you'd see my face,
And that you'd be reminded that for me it isn't over,

Never mind, I'll find someone like you,
I wish nothing but the best for you, too,
Don't forget me, I beg,
I remember you said,
"Sometimes it lasts in love,
But sometimes it hurts instead,"

Nothing compares,
No worries or cares,
Regrets and mistakes, they're memories made,
Who would have known how bittersweet this would taste?

Nevermind, I'll find someone like you,
I wish nothing but the best for you,
Don't forget me, I beg,
I remember you said,
"Sometimes it lasts in love,
But sometimes it hurts instead,"

Nevermind, I'll find someone like you,
I wish nothing but the best for you, too,
Don't forget me, I beg,
I remember you said,
"Sometimes it lasts in love,
But sometimes it hurts instead,"
Sometimes it lasts in love,
But sometimes it hurts instead.

viernes, 22 de junio de 2012

Lucia Gobarro Galvez


UNIVERSIDAD | La nota más alta

Lucía, 9,975 en Selectividad: 'Es un mito que la privada sea mejor que la pública'

Lucía Cobarro, la nota más alta de Selectividad. | Efe
Lucía Cobarro, la nota más alta de Selectividad. | Efe
  • La joven, estudiante en un instituto público, quiere estudiar Medicina
Lucia Cobarro Gálvez, alumna del IES Severo Ochoa de Alcobendas que ha obtenido la nota máxima de Selectividad en la región, un 9,975, quiere hacer Medicina y considera "un mito" que la educación privada sea mejor que la pública.
Cobarro, que lleva seis años en este instituto, desde primero de la ESO, cursaba el bachillerato Científico Tecnológico y ya había logrado la medalla de oro de las Olimpiadas de Química de Madrid y uno de los Premios del certamen de Jóvenes Investigadores.
Es vecina de Alcobendas y, aunque su asignatura favorita es Química, está pensando en matricularse en la Facultad de Medicina -posiblemente en la Universidad Autónoma por la proximidad, aunque tampoco descarta del todo la Complutense, por los amigos-, y tiene planes de especializarse en Neurología y abrirse campo en la investigación científica.

Resultados abrumadores

Los resultados de sus exámenes son abrumadores, pues la nota más baja es un 9,50 en Biología, tres 9,75 en Francés, Química y Matemáticas y tres espléndidos 10 en Lengua, Historia y Física que se complementan con una media de 10 en el Bachillerato.
La sorpresa comenzó esta mañana a las 7:30 horas con un escueto mensaje que ha recibido de la universidad donde le informaban de la nota media obtenida, resultado APTO y SUERTE.
"Me cuesta mucho ver las cosas y no considero que tengo una facilidad especial, solamente en el esfuerzo está la clave", ha señalado Lucía Cobarro.
Sobre su medalla de oro en las Olimpiadas de Química de la Comunidad, en la que pueden participar tres estudiantes por instituto, Lucía señala:"si no hubiera tenido la preparación que me han dado mis profesores no hubiera obtenido estos resultados".
A su juicio, es " un mito que la enseñanza privada sea mejor que la pública, todo depende del esfuerzo que haga la persona".
Compagina sus estudios con su afición musical, asiste a clases de viola "cuando tiene tiempo", y reconoce la labor del claustro de profesores del IES Severo Ochoa donde ha estudiado la ESO y el Bachillerato: "He tenido profesores excelentes, el ambiente de clase de este año ha sido fabuloso y creo que eso ha influido mucho en nosotros".
Las matemáticas "no se me dan mal", señala Lucía que es hija de profesora de esta asignatura y se sorprende de haber obtenido un 10 de Física, pese a que la química era "su fuerte".
"Lucía tiene una capacidad intelectual extraordinaria pero además grandes dotes para el esfuerzo y para el sacrificio continuo que ha realizado en los últimos años y nada es fruto de la casualidad", ha manifestado el director del IES Severo Ochoa, Agustín Calvo.

De los institutos más antiguos de Alcobendas

Este Instituto cumple este año su 25 aniversario, es de los más antiguos de Alcobendas y tiene 1.250 alumnos matriculados que se distribuye en enseñanza Secundaria, Bachillerato, Formación Profesional inicial y los ciclos formativos de grado medio y superior de la rama de administración.
"También tenemos Formación Profesional a distancia en Administración en grado medio, somos instituto bilingüe y en su día con sección lingüística de Francés a la que pertenecía Lucía, pero esa sección se ha trasladado a otro centro", añade el director.
Ha añadido que otros seis alumnos del Severo Ochoa, "la mayoría chicas", han obtenido notas superiores a 12, de un total de 14.
Según Agustín Calvo, "los institutos tienen un alto nivel de exigencia, cuentan con un profesorado magnífico muy vocacional y muy volcado que dedica sus horas libres a reforzar a los alumnos; no se trata de optar por una enseñanza gratuita, sino de optar por una enseñanza de gran calidad", ha concluido.

Desarrolla emociones positivas!!!!!


ué es una emoción?

Lo que sientes en cada momento y situación.

¿Y una emoción tóxica?
No la dominas: te domina.

¿Puedo dominarlas?
Puedes elegir cómo sentirte en cada momento: ¡es sabiduría emocional!

¿Usted jamás grita o rompe cosas?
No.

¿No se enfada nunca?
Sí, ¡pero el enojo es terapéutico! Lo patológico es la conducta violenta. Yo dejo que el enojo llegue... y se largue, sin alterarme.

¿Cómo lo consigue?
Podría explotar, implotar... o hablar: "Esto me ha enojado", verbalizo, y lo comparto.

¿Y ya está?
¡Nos curamos hablando! Nos enfermamos aislados y nos curamos en compañía.

A veces quiero estar solo...
Que te escuchen te cura, pero que te escuchen bien, con los ojos: "¡Mírame!", le pides a alguien que quieres que te escuche.

Es cierto...
En el yo-tú dejamos de ser invisibles. Y lo importante aquí es el guioncito: ¡es lo que nos da existencia!

Deme un ejemplo de emoción tóxica.
Sentir miedo ante un león y salir corriendo es sano. Lo mismo ante un mosquito... es desproporcionado: ¡es un miedo... tóxico!

¿Qué aconseja?
Controlar los pensamientos. Si piensas "¡Tengo que gustar a todo el mundo!", acabarás ansioso y angustiado. Un pensamiento puede provocar mil muertos...

¿En qué está pensando?
"Este barco no lo hunde ni Dios", se pensó del Titanic. Y pusieron pocos botes salvavidas. ¡Las ideas tienen poder, pueden matan! Incluso el amor se tiñe de las ideas...

¿Existe el amor para toda la vida?
¿Qué idea acoges? Lo que hay en el mapa (mente) lo verás en el territorio (afuera).

La crisis: ¿empieza en el mapa?
Una sacudida nos conviene. A ver: tú mismo tienes que agendarte tu felicidad.

Enséñeme a agendar, si le place.
Resérvate tres momentos cada día para alguna felicidad: caminar, tomar algo con un amigo, contar unos chistes... ¡Como prioridad! Y si luego te queda tiempo..., trabaja.

Y si ese trabajo me da gusto, ¡ideal!
Indicio: si mientras trabajas sientes desvanecerse espacio y tiempo, ¡buena señal!

¿Algún consejo para conseguir trabajo y conservarlo?
Tener esto presente: te contratan por tus capacidades y te despiden por tu carácter.

¿Qué quiere decir?
¡Que el trato con los demás es determinante! Si tienes bien armonizadas tus emociones, eso se nota... y todos querrán tenerte cerca. ¡Fuera emociones tóxicas, pues!

¿La envidia, por ejemplo?
Si quiero lo que tienes tú (y quiero que tú lo pierdas), soy un envidioso.

¿Es muy grave? Todos hemos sentido envidia alguna vez...
Denota una mentalidad de escasez: crees que no hay para todos de eso que envidias.

¿Y cómo se derrota a la envidia?
Piensa que hay abundancia de todo, que hay de todo para todos... Y ya está. Más aún: piensa que si el otro tiene algo, es señal de que tú también lo vas a tener. ¡Piensa así!

Interesante.
¡Alégrate del bien del otro! A veces Dios regala bendiciones a los demás... para estudiar tu reacción: ¡si te alegras por el bien ajeno, lo atraes! Si te disgustas..., lo alejas.

Si te va bien, eso me beneficia.
Sí, pues nadie nos roba ninguna bendición. Y nadie llega a ningún sitio a solas: ¡Messi es buen jugador por el equipo en que juega!

Hábleme de otra emoción tóxica.
Los celos: miedo a que otro me robe lo que tengo... porque es alguien mejor que yo. Denota baja autoestima, claro. Otra cosa es la celotipia: ¡tengo la certeza de que mi pareja me engaña! Por eso la mato y me suicido.

¿Cómo limpiar emociones tan tóxicas?
Revalorizando tu capital interno.

¿Cómo se hace eso?
Todos mantenemos un diálogo interno con una hinchada: o bien lo hacemos como equipo local (y nos animan) o como visitante (y nos insultan). ¡Elige tú: sé el equipo local!

De acuerdo, símil comprendido.
Todas las batallas se ganan por anticipado... dentro del corazón. Lo determinante no es lo que otros te dicen desde fuera, sino lo que tú te dices desde dentro.

¿Seguro?
Fíjate: si te dicen que eres mal periodista, sólo te dolerá si tú crees lo mismo; pero si sabes que eres bueno, ¡no te afectará!

Hay quien siente que los demás están siempre faltándole al respeto.
Lo que tienes dentro lo escuchas fuera.

¿Cómo puedo vencer la ansiedad?
Piensa en lo peor que podría pasarte: ¿perder el trabajo?, ¿no tener para comer?, ¿morirte? Y búscale tres soluciones... ¡y respira!

¿Cuál es su agenda del bienestar?
Camino una hora cada día. Hablo. Hago lo que me gusta. Y planifico sueños, ilusiones.

¿Y cómo encaja aquí la pareja?
Tu felicidad no viene nunca del otro. Si pretendes hacer feliz al otro..., seréis infelices. Si pretendes que otro te haga feliz..., seréis infelices. ¡Nadie puede hacer feliz a nadie!

Qué panorama, ¿no?
Un panorama despejadísimo: tu felicidad o infelicidad es decisión tuya y sólo tuya. No te emparejes para ser feliz: emparéjate porque eres feliz. Y ama: mima al otro.